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La revolución de Osorio y el ‘Chucky’ Lozano derroca a Alemania

El técnico colombiano programó un partido diseñado para superar a Alemania con la velocidad del autor del histórico gol

Ladislao J. Moñino
Lozano celebra su gol ante Alemania.
Lozano celebra su gol ante Alemania.KAI PFAFFENBACH (REUTERS)

Al pie de la gigantesca estatua de Lenin que preside la entrada principal del estadio Luzhniki acampaba una contrarrevolución consumista. Los puestos de cerveza y refrescos americanos, atiborrados de hinchas que bailoteaban al son de un Dj que hacia retumbar una hipnótica música electrónica, ocupaban el espacio alrededor del líder homenajeado.

Bajo la sombra de la enorme efigie, un centenar de seguidores mexicanos parecían llamar a la puesta en marcha de la revolución que luego aconteció sobre la hierba. “Si nos organizamos, nosotros podemos", gritaban enfervorizados. La primera estrofa del himno mexicano inflamó aún más el ambiente en los sectores del estadio Luzhniki donde centelleaban camisetas verdes y blancas. “Mexicanos, al grito de guerra. El acero aprestad y el bridón, Y retiemble en sus centros la tierra. Al sonoro rugir del cañón…".

Con el rugido de su himno aún retumbando, México se desplegó para su intento de asonada. La empresa era titánica: derrotar a Alemania, la vigente campeona del mundo, la selección más acostumbrada a imponerse en el marcador alejada del devenir del juego. Si juega bien gana, y si juega mal, también suele hacerlo.

El metódico seleccionador mexicano, el colombiano Hector Osorio, explicó su organización del partido, después de aclararse si tenía que contestar a las preguntas en inglés o en español. “Habíamos diseñado un plan desde hace seis meses, que por las lesiones tuvimos que cambiar por algunas lesiones, pero la idea siempre fue tener dos jugadores lo más rápidos posible por banda. Optamos por un volante llegador por toda la banda como Layún y por Hirving Lozano, el jugador más rápido que tenemos, que un delantero y un extremo”.

El Chucky Lozano fue el autor del histórico gol. La jugada respondió a lo planeado. Una recuperación en el medio y una apertura meteórica a un costado. Ya en el área y al galope, Lozano sentó a Kimmich con un recorte y reventó a Neuer con un derechazo contundente. El chico del PSV al que le apodan como el diabólico muñeco de la saga de películas porque se escondía debajo de la cama para asustar a sus compañeros de cantera en el Pachuca, se presentó en la sala de prensa ruborizado por su timidez. “Yo creo que es el mejor gol de mi vida. Todos soñamos con jugar un Mundial y con tener un debut tan significativo, pero lo más importante es cómo se manejó el partido. Hicimos un gran trabajo, todos corrimos y todos metimos la pierna”, acertó a decir deslumbrado por tanta presencia de cámaras y reporteros. Lozano, Vela y Layún, formaron parte del plan de un entrenador que por lo que dice debe dividir el campo en cuadrículas para situar a sus jugadores. “A Vela le hicimos jugar en la cuadricula 14, delante de sus centrales y a la espala de Khedira. Hizo un trabajo excepcional, pero estaba programado cambiarle en el minuto 60”.

Joachim Löw, ya había advertido en la previa de los peligros de México y de Lozano. Ayer era un hombre abatido porque su selección le dio a México lo que necesitaba: “Perdimos muchos balones y ellos tienen Tienen un buen contragolpe y transitan muy bien de la defensa al ataque con jugadores muy rápidos con espacios”.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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