México canta y llora de alegría
El Tri vence por primera vez a Alemania y se desborda el júbilo en todo el país
La victoria de México frente a Alemania recuerda a los tiempos de júbilo del Mundial de 1986. Las calles mexicanas están plagadas de gente con banderas mexicanas, estridentes máscaras de luchadores y envueltas en una sinfonía de pitidos de automóviles. El triunfo tiene un sabor especial, es la primera gran victoria
La gente caminó desde la principal plaza de Ciudad de México, el Zócalo, hasta el monumento de las grandes celebraciones, el Ángel de la Independencia. “Le ganamos a los campeones del mundo, es increíble", dice emocionado Roberto Fuentes, ataviado con un sombrero de mariachi. “Sentí que se me salía el corazón, que pasaba lo mismo que en los otros Mundiales”, admite Omar López. El pasado mexicano en las Copas del Mundo había arrojado derrotas en los últimos minutos o por goleadas ante las potencias. Ganarle a Alemania, según la cosmovisión mexicana, equivale a ganar el Mundial.
"¿¡En dónde están, en dónde están los alemanes que nos iban a ganar?!", vociferaba un grupo de aficionados que paralizó una de las avenidas principales de la capital mexicana, el Paseo de la Reforma. “¡Sí se pudo, sí se pudo!”, se repetía el grito entre las calles. “Imposible un partido más redondo: un primer tiempo brutal en ataque, un segundo tiempo bestial en defensa. Contra el mejor equipo del mundo”, apuntó el escritor Emiliano Monge en Twitter. En redes el jolgorio aumentó con los chistes de los mexicanos. “¡Hey, Trump! México ya tiene un muro”, se lee en una fotografía del portero mexicano, Guillermo Ochoa. Toda la tertulia en redes sociales exaltó el gol del triunfo de Hirving Lozano. “Juan Carlos Osorio nos calló la boca”, se lee en uno de los varios comentarios que se replicaron.
El entrenador colombiano ha sido duramente atizado por sus decisiones estratégicas desde que su equipo perdió 7-0 en la Copa América Centenario frente a Chile. “Confirmado: México compite y gana frente a los mejores del mundo”, escribió el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.
“Es una fiesta muy padre, mi nuera es alemana y queríamos enseñarle cómo festejamos los mexicanos”, cuenta Lupita Ramírez, mientras empieza a subir el volumen del Cielito Lindo, coreado por los mexicanos congregados en el Ángel de Independencia. Las personas atascadas en el habitual tráfico de Ciudad de México esta vez no se molestaron por los bloqueos de calles. México se regocija.
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