Nadal contra Thiem, la amenaza de la nueva ola
En busca de su undécimo título en Roland Garros, hoy a las 15.00, el balear acepta el reto del austriaco, su emergente sucesor sobre tierra batida. Analizan el choque Carlos Moyà y los técnicos del rival
Es mediodía en París y el termómetro se ha disparado. En la pista 3 de entrenamiento, con pocas miradas ajenas y en medio de una agradable discreción, Günter Bresnik se aproxima y sentencia sin dar un solo rodeo: “No hay ningún competidor, en ningún solo deporte, tan bueno como Nadal”. El técnico de Dominic Thiem se pronuncia mientras el chico agradece la carantoña de un par de aficionados y se retira en medio del silencio. Una escena radicalmente distinta a la que tiene lugar media hora antes, a 200 metros. Cuando Rafael Nadal concluye su sesión –con tres cuartos de hora de trabajo extra sobre lo programado– y se dispone a abandonar la pista 4, ocho miembros de seguridad rodean al número uno como a una estrella del rock, y aún y todo tiene dificultades para avanzar.
Desfila el balear y poco a poco desaparece el remolino. A continuación van saliendo algunos miembros de la plana mayor: su padre Sebastià, su tío Miguel Ángel, su agente Carlos Costa y en última instancia Rafael Maymó (fisio) y el preparador Carlos Moyà, que luego, en la zona reservada exclusivamente a los jugadores y sus equipos, se refiere a la final que hoy (15.00, Eurosport y DMax) disputarán Nadal y Thiem. “Rafa tiene la humildad de saber que se tiene que ganar cada día el derecho a seguir compitiendo, y esa humildad es la que le ha llevado a ser un animal competitivo”, sostiene el entrenador, quien justo hoy, 20 años atrás, conquistaba en Roland Garros su único Grand Slam.
“Me da igual que sean 20 o 55. Nunca pensé que a estas alturas estaría viviendo esto con Rafa…”, valoraba el mallorquín en la antesala de un choque bisagra entre el rey y el advenedizo, entre el gran dominador histórico de la tierra batida y el tenista que tiene todos los visos de recoger el testigo en un punto no demasiado lejano. “Dominic es uno de los mejores del mundo en esta superficie y eso hace que las cosas se le compliquen más a Rafa”, interviene el asturiano Galo Blanco, miembro del staff técnico del austriaco desde comienzos de este año; “es mejor jugador en casi todos los aspectos: ha madurado, decide mejor, se mueve con más acierto... Pero todavía hay un largo recorrido para llegar adonde queremos”.
A sus 24 años, Thiem se erige en la amenaza más sólida para Nadal sobre arena. Después de ceder el año pasado en las semifinales contra el balear y un curso atrás en la misma escala, ante Novak Djokovic, el joven aspira a la hazaña de ser el tercer hombre que derriba al español en París. Si lo hace, se convertiría en el primer jugador nacido en los noventa que conquista un Grand Slam. Integrante de la nueva ola, cada vez con más mimbres y cada vez más amenazante, Thiem afronta el desafío con el bonus de haber superado al número uno dos veces sobre arena; ahora bien, en escenarios y circunstancias completamente diferentes: Roma (2017) y Madrid (2018).
El récord de Margaret Court, a tiro
“Es mejor llegar con una victoria en el último partido, pero las condiciones son distintas. Obviamente, tenemos que aprender la lección de lo que pasó en la Caja Mágica e intentar evitarlo. Tenemos un plan y él tiene el suyo”, indica Moyà. “Domi ha jugado muy bien las dos últimas semanas, mejorando ronda a ronda. Y ya le ganó a Nadal hace poco, así que tiene el convencimiento de que puede volver a hacerlo. Será muy importante cómo vaya el primer set”, adelanta Bresnik, con un bolso al hombro y gorra roja.
Dominic ya le ha ganado a Rafa antes y tiene el convencimiento de que puede volver a hacerlo GÜNTER BRESNIK
Sea como fuere, Nadal irrumpe hoy en toda su extensión, sin haber perdido nunca una final en el Bois de Boulogne y mirando de frente al que sería su undécimo título de Roland Garros, con el que igualaría el monopolio de Margaret Court en Australia. Un dominio único. De menos a más, progresión tantas veces repetida en el torneo, al número uno le respalda la historia y su nexo místico con la Chatrier. “Es el jardín de su casa”, puntualiza Blanco, añadiendo: “Este año hemos jugado más veces en la central de lo que estábamos acostumbrados, porque las otras veces que había jugado contra Rafa era siempre el primer partido en la central, y este año no va a haber esa ventaja”.
El yugo anímico del número uno
Detalle al margen, Nadal parte como indiscutible favorito. “Llega en un buen momento, habiendo perdido un solo set, así que el camino ha sido bueno. Siempre se puede mejorar, pero hubiéramos firmado llegar como hemos llegado: está bien preparado mentalmente, sin mucho desgaste [15h 24m, por las 13h 36m del rival] y jugando un buen tenis. Y todos sabemos que cuando se le ha exigido el máximo, él siempre ha respondido”, recuerda Moyà, antes de incidir en la gran incógnita: ¿Hasta qué punto podrá Thiem resistir el yugo anímico de Nadal? “Son cinco sets y jugar a un nivel de riesgo tan alto como el que emplea Thiem durante tanto tiempo no es fácil. Físicamente le veo preparado, pero mentalmente puede ofrecer más altibajos”, señala.
Mentalmente, Thiem puede ofrecer altibajos. Juega con mucho riesgo CARLOS MOYÀ
El austriaco, siete del mundo, propone agresividad y un tiro muy pesado. Sus opciones pasan por ganar pista y alejar a Nadal de la línea de fondo para exigirle una defensa constante. Mientras, la estrategia del rey de la arena –29 victorias y dos derrotas esta temporada, frente al 35-8 de Thiem– pasa por no ofrecer bolas francas y acotar el golpeo de su adversario a posiciones forzadas. Imponer el drive y guiar el pulso hacia ese laberinto psicológico del que solo él tiene la llave de salida.
“La derecha de Nadal es excepcional, uno de los mejores golpes de la historia del tenis. Pero lo que le diferencia verdaderamente y lo convierte en un gran campeón es su mentalidad”, tercia Bresnik. “Esa es la clave: aguantar mentalmente”, se suma Blanco; “cuando estás en la final, significa que estás preparado, pero las últimas veces que se han enfrentado a cinco sets Rafa le ha pasado por encima... Te enfrentas al mejor de la historia, yo no creo que vaya a haber uno igual en la vida”.
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