Las federaciones reclaman un nuevo modelo de financiación del deporte
Un estudio de Deloitte señala que la madurez del deporte de elite español está muy por debajo de la de los países del entorno cultural y económico
“El cine español es políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo e industrialmente raquítico”, voceó Juan Antonio Bardem entonces, cinco adjetivos que podría haber utilizado perfectamente 60 años después José Hidalgo para presentar un estudio que retrata el “estado paupérrimo” (este superlativo sí que lo utilizó el presidente de ADESP, la asociación de federaciones deportivas españolas) del deporte español de alto nivel.
El estudio, elaborado por la auditora Deloitte, radiografía los cinco aspectos que definen lo que se podría llamar madurez deportiva de un país: rendimiento deportivo (medallas), estructura financiera (fuentes de ingresos y financiación), gestión organizativa (federaciones), ayudas e integración social, y desarrollo (licencias y clubes). En términos absolutos, el resultado final no es bueno: el grado de madurez alcanzado es del 53,8% (máximo: 100%); en términos relativos, comparado con 10 países de cultura similar y del mismo entorno económico (Canadá, Nueva Zelanda, Australia, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Bélgica, Países Bajos y Dinamarca), el resultado es malo: España es el país peor valorado, distante 11 puntos porcentuales de la media y a 23 del primero, Nueva Zelanda. El mayor grado de inmadurez lo alcanza el deporte español en el capítulo más visual, el del rendimiento deportivo, donde se queda en un 31% de su potencial.
El lamento de Hidalgo, y su grito de esperanza posterior, no los pudo escuchar su destinatario natural, un secretario de Estado de Deporte aún no nombrado, pero constituyen una posible lista de tareas que deberá asumir la persona que asuma por decisión del ministro Màxim Huerta la presidencia del Consejo Superior de Deportes (CSD). El responsable deportivo parlamentario del PSOE, Javier Antón, se llevó una copia del estudio para que la viera el ministro.
“Este estudio señala el agotamiento de un modelo y la necesidad de uno nuevo para el deporte español”, resumió Hidalgo durante la presentación en un Desayuno Informativo de Europa Press ante un auditorio casi totalmente masculino. “No es necesario cambiar la Ley del Deporte, solo retocarla, pero es necesaria una nueva visión estratégica, un nuevo sistema de financiación, un nuevo esquema para la preparación de los deportistas de elite y un mayor impulso a la integración y a la igualdad, introduciendo para ello, incluso, un sistema de cuotas entre la dirigencia deportiva y los técnicos. La mujer no tiene que estar solo para dirigir el sector femenino del deporte”.
Todas las medidas, lanzadas al grito común “¡queremos un plan estratégico!”, coreado por Raúl Chapado, presidente de la federación de atletismo, y Fernando Carpena, de natación, que también hablaron en el acto, se resumen en una: más dinero.
Partiendo de la premisa de que el Estado debe financiar la detección de talentos, su tecnificación y su conversión en deportistas olímpicos porque ellos son el mejor activo de la llamada marca España, los responsables federativos recordaron que las subvenciones del CSD a las federaciones han disminuido en un 44% entre 2011 y 2017 (de 103 a 56 millones de euros anuales), y también el Plan ADO, el modelo de becas creado con los Juegos de Barcelona, ha sufrido un gran decremento de ciclo olímpico en ciclo olímpico. “No se puede elaborar un plan estratégico, un adónde queremos llegar y cómo podemos llegar, sin una financiación asegurada”, explicó Chapado, quien sugirió que no estaría mal pensar que un porcentaje de las apuestas deportivas online debería volver al deporte, así como una revisión del modelo tributario y una disminución del IVA del 21% actual al 10%. “Y también somos conscientes de que debemos trabajar en nuestras propias gobernanza, transparencia e igualdad, y en captar más federados”.
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