El ‘cocigaláctico’, los Triperos y otras estrellas de la gastronomía futbolística
La cocina y el fútbol se unen en las previas de las aficiones y peñas de todo el país
La Cultural Leonesa ha jugado esta temporada en Segunda División por primera vez en más de 40 años. Y las aficiones rivales no pueden estar más encantadas con este hecho, pero no por motivos deportivos: León es la Capital Española de la Gastronomía en 2018. Ir a ver un partido de tu equipo a casa del contrincante es un plan habitual de miles de hinchas y peñistas que no solo implica conocer el estadio o asistir a 90 minutos de fútbol. También es el hermanamiento entre aficiones, el descubrimiento de una ciudad, de personas. Y el placer de conocer las joyas culinarias de cada lugar. Lo sabe Isabel Pérez, de la peña El Chicharro del CD Tenerife, que esta temporada ha hecho varias veces el vuelo de ida y vuelta a la Península: “Siempre lo hemos pasado muy bien y comemos de maravilla. En León fue estupendo”.
Al otro lado de aquella visita estaba Marcelino García, tesorero de la Federación de Peñas de la Cultural: “Somos nuevos en esto y hemos querido aprender y darnos a conocer. Cada una de las 13 peñas del equipo tiene su historia pero en general nos gusta cuidar a los que nos visitan”. Una de las asociaciones, Los Triperos, organiza desayunos cuando el horario del partido es de mañana. Aunque por su contenido más bien podrían considerarse brunchs de contundencia leonesa. “Es un desayuno como dios manda. A base de chorizo frito, jamón, huevos fritos, patatas, zorza y lo que caiga”, narra García. Los Triperos también ofrecen comidas en los partidos importantes, a base de cocido leonés o chuletón de los Valles del Esla.
Aquí no termina el menú para el rival de la Cultural. En los hermanamientos la Federación siempre intenta que las peñas del contrincante se vayan con un recuerdo culinario de la tierra, “un poco cecina, chorizo, mermeladas, conservas…”. No es todo. Si el aficionado todavía tiene hambre al llegar al estadio Reino de León, dispondrá en las barras de bocadillos de jamón ibérico con la firma de Agustín Risueño, uno de los mejores cortadores de España.
Lo habitual es que las peñas de todos los equipos ofrezcan al forastero productos y platos típicos de cada región. Viendo lo que ponen en la mesa ya se pueden averiguar los colores futboleros. Del mismo modo que Isabel Pérez ha disfrutado de la gastronomía en sus viajes a la península, también ha intentado que los peñistas que llegaban a Santa Cruz se fuesen bien comidos. “Ya que se hacen el viaje hasta aquí, que se coman unas buenas papas arrugás con mojo, o unas costillas, un gofio escaldado...”. La peña Zoneros, que forman 60 aficionados, también ofrece comidas y cañas en su sede social: “A nosotros nos sale muy bien el arroz, pero también la carne fiesta y las papas”, cuenta Jafet Nonato, su presidente, que destaca el trato recibido en algunos rincones de la Península: "Hemos hecho amigos en el Rayo Vallecano, en el Albacete, en varios lugares de Andalucía... En general el trato es bueno y pase lo que pase siempre acaba en fiesta".
En Primera no por haber, teóricamente, más en juego se pierde la hospitalidad. En el caso del Villarreal está bastante claro por dónde van las especialidades. “Tenemos un buen local junto al estadio y lo tenemos abierto a todo el mundo todos los días de partido. Cuando organizamos bienvenidas nuestros platos fuertes son las paellas y las fideuás”, explica José Luis Alcón, presidente de la Agrupación de Peñas. Las paellas no son precisamente pequeñas. “Cada una, en teoría, da para 60 raciones, pero nosotros hacemos 40 para que salgan bien generosas”, se sonríe Alcón. En ocasiones han llegado a hacer cuatro paellas, es decir, comida para 160 personas. “Es mucho trabajo, montar, desmontar, cocinar para tanta gente. Pero la verdad es que lo pasamos muy bien y es la previa perfecta para los partidos y para conocer a la gente a la que luego visitamos”.
El Villarreal trabaja ahora en dotar a su estadio de un restaurante propio. Es algo que ya han hecho otros equipos. El Wanda Metropolitano es el estadio más moderno de la liga, y ha sido concebido con la idea de que su atractivo vaya más allá de lo que ocurra en el césped. Tiene un restaurante, La Gradona. Una barra interminable en su anillo VIP que sirve Centerplate, referente mundial del sector del cátering. El Atlético ha colocado además food trucks alrededor del estadio para los días de buen tiempo. Todo para mezclar la experiencia gastronómica con la deportiva antes, durante y después del partido.
En el Bernabéu se puede disfrutar de una combinación similar. “Yo suelo picar algo en los bares cercanos, como el José Luis que es muy típico de aquí. Y lo normal es que me lleve un bocata para cenar durante el descanso, pero la oferta del estadio es muy amplia”, explica Daniel Prieto, socio y abonado madridista de 30 años. El plan habitual de este farmacéutico también incluye visitar la barra del restaurante Puerta 57, con vistas al campo. “Sirven buenos pinchos y también hay cocina tradicional, como callos o cocido. Es una buena previa al partido, sobre todo para los visitantes, pero durante el encuentro cierra”. En el transcurso del partido no hace falta ni acercarse a la barra: “Hay chicos con mochilas en la tribuna que ofrecen snacks y bebida sin que te tengas que mover del asiento”.
Las peñas madridistas también se reúnen en torno a una mesa en muchos partidos. Nabil Alturek es el presidente de la Capote y Montera. "Nos juntamos los días que el Madrid juega en casa y hacemos cocigaláctico". El cocigaláctico es su versión del cocido madrileño, que elaboran en la sede de la peña, el bar El Rincón de Toñín. Cuando vienen peñas y otros invitados pueden llegar a ser mád de 50 personas.
La afición el fútbol modesto es más reducida, pero no por ello dejan de lado los hermanamientos. "Este año nos lo hemos pasado bien. Fuimos a casi todos los partidos fuera de casa, incluso en Barcelona, y a Santiago ha venido mucha gente también", relata Santiago Leis, de la peña Fonte Sequela de la SD Compostela, un club histórico que ahora está jugándose el ascenso a 2ª B. El presupuesto de la peña no da para una mariscada, pero sí se cocinan platos tradicionales de Galicia. "Lo que más les damos es caldo o cocido gallego. También hemos hecho alguna pulpada y no han salido mal. Luego ganamos o perdemos pero por lo menos comimos".
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