Los pitos amenazan el sí de Griezmann al Atlético
El club afirma que el francés comunicó a tres compañeros que se quedaba, pero los silbidos de la grada enredan su continuidad
Contra lo esperado, Antoine Griezmann tenía decidido quedarse en el Atlético de Madrid hasta que los silbidos que recibió durante el partido contra el Eibar del pasado domingo bloquearon por el momento su decisión. Este último enredo, avanzado por el diario Marca y confirmado por este periódico, comenzó con la comunicación de Griezmann a tres de sus compañeros que había decidido aceptar la oferta del Atlético. La cadena de la buena nueva se extendió hacia las alturas de la dirigencia, que quiso confirmarlo con el entorno del jugador y recibió una respuesta positiva, según el club. Fuentes cercanas a Griezmann, sin embargo, aseguran que la decisión no estaba tomada al ciento por cien.
Si tenía pensado quedarse, todo se torció cuando Simeone dio entrada a Griezmann para reemplazar a Koke en el minuto 58. En ese momento se produjo una sonora pitada por parte de la afición, que interpretó que la negativa del jugador a hablar de su futuro tanto en Lyon, nada más acabar la final de la Liga Europa, como en Neptuno, tras ser manteado, eran señales definitivas de que su futuro estaba en Barcelona. Las informaciones sobre su contrato con los azulgrana aparecidas en la prensa deportiva catalana el domingo, más los antecedentes de sus declaraciones pasadas, también contribuyeron a que parte de la hinchada del Atlético le abucheara con fuerza cuando pisó el campo y toco el balón.
La reacción del público generó la alarma entre los capitanes y afectó a Griezmann, que llegó a pedir el cambio pese a que no llevaba ni cinco minutos en el terreno de juego.
Godín convirtió los silbidos a Griezmann en aplausos. #ElDíaDelFútbol pic.twitter.com/DcaX70PS39
— Fútbol en Movistar+ (@MovistarFutbol) May 20, 2018
Godín y Simeone
Primero fue Gabi el que trató de cortar las protestas invitando a la afición colchonera con siete dedos, en referencia al dorsal del francés, a animarle. Fallido el intento de Gabi, los pitos continuaban cada vez que Griezmann tocaba el balón, el capitán rojiblanco se fue a hablar con Simeone. Al poco, Godín, otro de los capitanes y hombre de confianza del francés, se dirigió corriendo desde el banquillo al fondo norte para pedir que corearan su nombre. Cuando los cánticos desde ese sector comenzaron entró en escena Simeone, con marcados aspavientos, también reclamó el apoyo para Griezmann, que ya se convirtió en unánime. Juanfran y Fernando Torres también trataron de tranquilizarle y consolarle cuando detectaron lo tocado que había quedado su compañero por la reacción de la hinchada.
El desconcierto y cierta desazón reinan ahora en los despachos del club. La dirigencia dice desconocer qué pasará. Hablan de un jugador sensible, con la piel fina ante las críticas, que había moldeado un discurso menos ofensivo para el club y la sensibilidad de la hinchada desde que fue advertido meses atrás. “Si te quedas bien, y se te marchas, márchate bien”, le conminaron.
En la noche de este lunes, el delantero francés subió a su cuenta de Instagram una fotografía suya besando la copa de la Europa League. Como mensaje, tan solo dos corazones. En apenas una hora, ya acumulaba casi 600.000 "me gusta" de los usuarios de la red social.
En medio de la incertidumbre que se ha generado, la directiva también desliza que con la continuidad de Griezmann, contar con Diego Costa y Vitolo desde el inicio del curso, más la llegada de un lateral izquierdo y los sustitutos de Carrasco y Gaitán permitían a Simeone aspirar a todo.
Griezmann se concentra con la selección francesa mañana en Claire Fontaine. Deschamps advirtió a sus internacionales que ninguno llegara a la concentración con su futuro por resolver.
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