Thiem contra Zverev, final en clave de futuro

Este domingo, en la Caja Mágica, un pulso en clave de futuro, de nuevos tiempos, del paso de página que se resiste porque hay dos colosos inmensos. Dominic Thiem (24) frente a Alexander Zverev (21). Es decir, los dos jugadores llamados a encabezar el tenis mundial en un horizonte cercano. El primero resolvió su cruce con el gigantón Kevin Anderson (6-4 y 6-2, en 1h 25m) y el segundo superó por la noche a otro tenista de enorme proyección, Denis Shapovalov, por 6-4 y 6-1 (en 57 minutos). De esta forma, la grada de Madrid presenciará por primera vez en 10 años una final sin ningún integrante del Big Four (Federer, Nadal, Djokovic, Murray).

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Abrió turno Thiem, a primera hora de la tarde. Sin titubueos y aprovechando la fabulosa inercia que adquirió la jornada anterior, cuando batió a Rafael Nadal en los cuartos, el austriaco selló su acceso a la final exhibiendo toda su pericia sobre arena. De 24 años, el número siete del mundo superó con relativa holgura al diluido Anderson y este domingo apunta al que sería su primer título en la Caja Mágica y también su primer Masters 1000, siempre y cuando consiga vencer en el pulso definitivo a Zverev.

En la misma línea que un día antes, Thiem desplumó a su rival a base de derechazos y reveses durísimos. Comandó de inicio a fin del partido, sin fisuras, imponiéndose en casi todos los peloteos y sacándole jugó a la imprecisión de Anderson. El sudafricano había estado inspirado en la escala anterior, contra Dusan Lajovic, pero esta vez se vino abajo en buena medida por sus pobres índices de servicio, apartado capital en su tenis: su efectividad con primeros fue del 56% y su recompensa con la bola inicial en juego de solo el 64%. Muy fallón, dejó 27 errores no forzados, por solo ocho de Thiem.

Este, otra vez, exhibió su drive y su nocivo revés a una mano. De nada sirvió la historia, que decía que no había podido una sola vez con en los seis precedentes. Thiem lo tuvo todo bajo contraol. Y así, de nuevo, disputará su segunda final consecutiva en Madrid. El curso pasado perdió contra Nadal, por 7-6 y 6-4, pero este domingo (18.30, La 1) tendrá la reválida frente al consolidado Zverev, tres de la ATP. En el caso de ganar, elevaría su décimo trofeo, con un matiz importante: siete de ellos llegaron sobre arcilla –(Niza (2), Umag, Gstaad, Buenos Aires (2) y Río de Janeiro– y únicamente dos en otra superficie (Acapulco y Stuttgart).

Cuarta final de Masters 1000 para ‘Sascha’

“Para ser honesto, cuando comenzó esta semana pensaba que estaba muy lejos de esta final”, admitió el austriaco, siete del mundo. “En Montecarlo y Barcelona me faltó confianza, aunque le gané a Novak [Djokovic] y eso es siempre un magnífico resultado. Sufrí una lesión en el tobillo en Indian Wells y eso me mantuvo un tiempo fuera... Así que me ha llevado un rato recuperar mi mejor juego. Creo que mi tenis ha crecido especialmente esta semana”, remató Thiem.

Ya de noche, Zverev redujo por la vía rápida a Shapovalov, en menos de una hora. El alemán pisó el acelerador para certificar su cuarta final de un Masters 1000, la primera en la Caja Mágica. Ganó dos de ellas el curso pasado (Roma, contra Djokovic, y Montreal, a Federer) y este cedió contra John Isner en Miami. El joven Sascha suma siete trofeos en la élite y es seguramente el tenista con más mimbres para dominar el futuro, aunque en realidad ya ejerce en el presente. Y ahora, en su segunda comparecencia en el barrio de San Fermín, tiene ante sí otro título de relevancia. Entre él y un nuevo éxito, Thiem. 4-1 a favor del austriaco hasta ahora. El futuro ya va pidiendo paso.