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El Baskonia paga su irregularidad ante el Fenerbahçe

Los de Obradovic, liderados por Wanamaker, se anotan el primer punto de la serie tras imponer su juego racional

Thompson forcejea con Diop
Thompson forcejea con DiopERDEM SAHIN (EFE)

Las estadísticas previas al partido se comportaban como condenas de muerte para Baskonia. Cuando Obradovic está de por medio, es como ver al demonio más sabio de los parqués (nueve Euroligas le contemplan) con los ojos encendidos. Cuando tienes al Fenerbahce enfrente, es saber que te mira el actual campeón al que ganabas hace unos años pero ahora es como un gigante al que hay que ganar tres de cinco partidos, con el factor cancha en contra.

No hay misiones imposibles, pero algunas lo parecen. Y la del Ulker Sports exigía enfrentarla sin pasos atrás. Lo que se perdiera al principio pesaría como un saco de piedras al final. Y el Baskonia fue llenando el saco mientras el Fenerbahce estiraba el cuello y sumaba puntos con esa facilidad que traduce siempre la racionalidad. Diez puntos de ventaja turca en el primer cuarto eran el resultado de la negativa dirección de Marcelinho, las pérdidas, el desacierto en el triple. Apenas sobrevivían los de Pedro Martínez por el acierto en el rebote ofensivo y la entrada de Shengelia, que transfundió calidad y sangre caliente. Mientras tanto los otros dos pívots, Voigtmann y Poirier, se fueron al descanso sin anotar ni un solo punto.

Al tran tran, sin riesgos, con la naturalidad de la rutina de esos equipos que asustan pero no enamoran más que ocasionalmente, el Fenerbahçe fue forjando el triunfo. Vesely empezó a cazarlas al vuelo en luchas feroces, Nunnally calentó la muñeca y la dejó girar, Melli se convirtió en la sombra de todo el que le rodeaba del Baskonia. Y, en la segunda mitad, la barrera fue mayor hasta cerrar el segundo cuarto con 17 de ventaja local. A ellos colaboraron las acciones confusas del Baskonia, presionando dos contra uno la salida de la pelota de Fenerbahce.

Le podía el ritmo y el Baskonia pagaba dos cosas que impiden cualquier victoria: sin los puntos triples ni los de dos de sus cuatro pívots, vencer es un milagro, pero los trucos ya no funcionan.

La ventaja actuó como una sabrosa zanahoria para Fenerbahce que la negoció apelando a la fortaleza de Sloukas en la dirección y el acierto de Nunnally en el lanzamiento. Le mantuvo vivo al Baskonia el descubrimiento de los triples (llevaba 3 de 15 durante el tercer cuarto hasta que se sumó Timma, escondido detrás de su sombra).

Con esos pocos triples, el Baskonia fue limando las diferencias. Y el Baskonia le ganó por fin un cuarto al Fenerbahce (22-26) que actuó como un corticoide en un cuerdo desganado. El Baskonia hizo honor a su estilo en el último cuarto. Se durmió el equipo de Obradovic y los de Vitoria fueron robando canastas hasta colocarse a siete de desventaja con más de cuatro minutos por jugar. La ilusión ora vez frente al raciocinio. Se asomó el Baskonia a la ventana del milagro, el truco o lo que fuera, pero se acabó cayendo de puro ímpetu. Wanamaker con 16 puntos la cerró de un golpe. Pero el Baskonia ya ha visto lo que esconde.

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