Los suplentes del Barça suman en Vigo
Los azulgrana recuperan la mejor versión de Paulinho y se sitúan a seis puntos del título después de encadenar su partido 40 invicto ante un exigente Celta
El Barça dio mucho que hablar en Vigo, por la alineación y por el resultado, desnaturalizado al inicio y reconocible al final, ganador desde que salió al campo Messi y perdedor cuando fue expulsado Sergi Roberto y emergió el mejor Iago Aspas. Hubo mucho ruido, diversión, ocasiones varias y poco cuajo futbolístico en un partido que necesitaba ganar el Celta para aspirar a Europa y le sobraba al Barcelona con vistas a la final de Copa ante el Sevilla. Nadie podrá acusar en cualquier caso a Valverde y a los suplentes azulgrana de emborronar la trayectoria de los titulares puesto que el equipo aumentó a 40 el récord de partidos invictos en la Liga.
A efectos de inventario quedará también para el recuerdo que formó el Barça sin un solo futbolista de la Masia, circunstancia que no se daba desde hacía 16 años, y que presumiblemente solo Coutinho jugará de salida el sábado en Madrid. Al entrenador no le salió mal la rotación masiva, como si hubiera 11 titulares y 11 reservas, en una de las visitas más exigentes como la de Balaídos, escenario de alguna de las derrotas más dolorosas del Barcelona. Aunque estuvieron expuestos a la derrota, los azulgrana también aspiraron a la victoria hasta que se disparó el mano a mano entre Iago Aspas y Messi.
Los azulgrana respiraron muy bien de salida por el costado izquierdo con las entradas de Denis Suárez y los movimientos de Coutinho. Wass no tapaba bien su lateral en una defensa de tres centrales y los dos atacantes del Barça sacaban de sitio a Roncaglia. Iba y venía el partido al compás de Dennis. No atinó en un remate sencillo contra Sergio y acto seguido propició una transición de Aspas que Maxi remató sobre el cuerpo del capitán Ter Stegen.
Jugaban los barcelonistas en campo contrario, relativamente apretados, diligentes incluso con la pelota, hasta que los celestes apretaron mucho mejor las marcas hombre a hombre y se estiraron hacia Ter Stegen. Quedó parado entonces un partido muy abierto y entretenido en Balaídos.
Aunque al equipo de Valverde le costaba salir con la pelota por la timidez de André Gomes, Paulinho alcanzaba posiciones de remate con facilidad, buen llegador y cabeceador, como constató el poste derecho de Sergio. Y el Celta aceleraba de forma vertiginosa cada vez que perdía el cuero el Barça. Los errores en el pase eran continuos en Denis y Dembéle. La exigencia era máxima para los zagueros y el meta del Barcelona.
Al Barcelona le faltaba control y posesión y el Celta no tenía continuidad ni precisión a pesar del buen partido de Brais Mendes. Ambos equipos se alimentaban de la presión y de la aparición de sus jugadores desequilibrantes, pocos en la cancha como Coutinho. El brasileño atacó muy bien la bola mal jugada por Jonny, combinó con Alcácer y Dembélé remató la jugada con gran un zurdazo que sorprendió a Sergio. El Celta aguardó también a que se equivocara un jugador del Barça. El torpe fue André Gomes, pusilánime y poco intenso en su intento de combinar con Dembélé, y la contra la inició y culminó Jonny en la boca de gol después de un centro desde la derecha de Maxi.
El descanso no alteró el diálogo que mantenían los dos equipos: a un sombrero de Denis respondió Iago con una muy buena jugada mal rematada por Jozabed. No tenía pausa el encuentro mientras calentaba Messi. El acoso del Celta parecía, de todas maneras, más sincronizado y mejor que el del Barcelona. Recularon en exceso los azulgrana, sometidos por Aspas, y Valverde reaccionó con la entrada de Messi.
El 10 le cambió la cara al Barcelona y al Celta. Los barcelonistas se animaron al tiempo que se encogían los chicos de Unzué. El balón pasó a pies de Messi, se arrimó Semedo por la derecha y percutieron a la red entre Paulinho y Alcácer. El intervencionismo de Messi motivó un delantero excelente como Iago Aspas, que forzó la expulsión de Sergi Roberto y después enganchó un excelente centro de Emre Mor al que se anticipó mal Ter Stegen. El error del portero fue tan manifiesto como involuntaria pareció la mano del punta del Celta. Los gallegos rozaron la victoria hasta que reventó Aspas y permitieron el alivio del Barça, feliz por mantener la racha, por quedar a seis puntos de ganar la Liga, por hacer equipo con vistas a la Copa después de recuperar a Coutinho y a Paulinho.
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