Fernando Alonso, quinto en el GP de Australia: “Ahora podemos luchar y divertirnos”

Fernando Alonso logró este domingo en Australia una más que meritoria quinta posición que iguala el mejor resultado obtenido por el español los últimos tres años. El mejor bautizo posible de la alianza entre McLaren y Renault, una combinación inédita hasta el momento en la historia de la Fórmula 1 con la que la escudería de Woking (Gran Bretaña) pretende salir de las catacumbas por las que deambuló los últimos tres años. Los niveles de rendimiento y de robustez del propulsor francés es infinitamente superior a los que ofrecía Honda, de modo que el equipo ya puede llevar la vista a los rivales de arriba, quemar etapas lo antes posible y comenzar a recuperar el tiempo perdido en los últimos tres cursos.

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Aunque esa quinta posición no es la medida real del rendimiento que puede ofrecer en estos momentos el MCL33, el asturiano fue capaz de compensar con su habilidad, temple y constancia las deficiencias de un monoplaza que, según la propia escudería, debe ser el que más crezca a lo largo de los 21 grandes premios que conforman el calendario de este 2018, el más largo de siempre. Las cinco plazas que recuperó el ovetense desde la décima que ocupó en la salida llevaron al ovetense a ser nombrado piloto del día por los aficionados en la votación que se hace tras cada prueba.

“Estoy muy orgulloso de vosotros. Hemos pasado por un invierno muy largo, pero ahora podemos luchar y divertirnos”, soltó Alonso por la radio, nada más cruzar la línea de meta, a 28 segundos de Sebastian Vettel, el ganador. “Ahora nos podemos defender, podemos atacar y eso nos mete en otro tipo de carreras. Cambiar el motor nos obligó rediseñar la parte trasera del coche, la zona del cambio y demás. Tan es así que muchas de esas piezas no llegaron a tiempo aquí, en Australia”, añadió el bicampeón del mundo (2005 y 2006). “Hay que estar cerca de Red Bull lo antes posible, pero esto ya es muy distinto de lo ocurrido los tres últimos años”, zanjó Alonso.

Sainz: “Casi vomito”

Mucho peor lo pasó Carlos Sainz, que debido a un fallo en el sistema de suministración de agua potable condujo la segunda parte de la prueba con nauseas y ganas de devolver. “Tuvimos un problema con el depósito del agua, que iba escupiendo constantemente, de modo que bebí más de la cuenta y me sentó mal”, resumió el madrileño, que finalmente pudo defender la décima plaza y, por consiguiente, el último punto de los que se otorgan. “Tuve náuseas, puede que provocara un corte de digestión, y a partir de entonces todo se hizo muy largo. En un momento dado, con el coche de seguridad en la pista, casi vomito”, remachó el de Renault.