El Mapfre, a por su tercera victoria de etapa en la Volvo
Los siete VO65 doblarán el mítico Cabo de Hornos en la etapa más larga y emblemática de la vuelta al mundo a vela y sueño de todo navegante oceánico
Miles de aficionados neozelandeses despidieron en Auckland a los siete barcos de la Volvo Ocean Race en la salida de la etapa reina, que llevará a los equipos en un viaje de 7,600 millas náuticas por el océano Sur pasando por el emblemático Cabo de Hornos para después poner rumbo norte hasta alcanzar la línea de meta en Itajaí (Brasil).
Con un viento en torno a los 20 nudos, el despliegue de la armada kiwi para despedir a la flota fue impresionante: tablas de kitesurf, windsurfistas, kayaks, barcos de vela ligera, cruceros y barcos de regata presididos por el ganador de la antigua Whitbread Round the World Race, el Steinlager 2 del legendario sir Peter Blake.
La prueba dio comienzo a las 02.00 hora española (14.00 hora local) y tras cruzar la última baliza del recorrido inicial en la bahía de Auckland, el Mapfre puso rumbo a Brasil en cabeza de la flota a más de 23 nudos de velocidad, comenzando una larga ceñida hacia East Cape (Cabo Este), el punto más oriental de Nueva Zelanda. El Dongfeng, el Team Brunel y Turn the Tide on Plastic navegaban detrás del líder.
Tripulación del Mapfre
Xabi Fernández (ESP), patrón
Joan Vila (ESP), navegante
Pablo Arrarte (ESP), jefe de guardia
Rob Greenhalgh (GBR), jefe de guardia
Willy Altadill (ESP), trimmer/caña
Blair Tuke (NZL), trimmer/caña
Antonio “Ñeti” Cuervas-Mons, proa
Sophie Ciszek (AUS/USA), proa
Támara Echegoyen (ESP), trimmer
El Mapfre parte como líder de la general con tres puntos de ventaja sobre el Dongfeng de Charles Caudrelier, segundo clasificado y el gran rival hasta el momento del barco español. El objetivo del los de Xabi Fernández será pelear por anotarse en Brasil su tercera victoria de etapa en la Volvo Ocean Race 2017-18. La tripulación del Mapfre acumula 22 pasos por el mítico Cabo de Hornos y en esta ocasión será la primera vez para la gallega Támara Echegoyen y el neozelandés Blair Tuke.
El Vestas 11th Hour Racing regresa a la competición después de perderse las últimas dos etapas por los daños sufridos en una colisión cerca del final de la cuarta etapa. El patrón Charlie Enright señaló que su equipo está ansioso por competir nuevamente y seguir desafiando a los líderes.
Ganar sur
Con 7.600 millas náuticas, la séptima etapa es la más larga de la regata y casi todo su recorrido transcurre por uno de los lugares más inhóspitos del planeta, el océano Sur, que incluye atravesar los 40 rugientes y los 50 aulladores hasta doblar el mítico Cabo de Hornos. “Esta es una parte del mundo donde a veces hay que olvidarse de la competición y simplemente cuidar de la gente y el barco”, señaló el patrón del Dongfeng, Charles Caudrelier. “El sur es un lugar especial: las olas son más grandes, el viento es más fuerte, por lo que debes ser consciente de lo que haces”.
La estratégica inicial será ganar sur lo más rápidamente posible e intentar posicionarse para subirse al tren de borrascas que circulan de oeste a este y que rodean la Antártida. Una vez los barcos alcancen las bajas presiones que les llevarán a Cabo de Hornos, la clave para navegar rápido será mantener el barco en la zona de viento de mayor intensidad, del centro al norte de la baja presión.
En su aproximación al cabo de Hornos la flota tendrá que separarse de la civilización más que nunca, pasando por Punto Nemo, el lugar más remoto del planeta, a más de 2.000 millas de tierra en todas direcciones y donde los humanos más cercanos son los astronautas de la estación espacial.
La zona de exclusión de hielo para la séptima etapa se encuentra muy al sur, en los 59 grados Sur. En teoría, esto acortará la distancia y acelerará la etapa. Pero tiene un precio: la Antártida deshiela muy rápido, y gran parte de ese deshielo va hacia el norte, hacia la ruta que tienen que seguir los barcos. Chocar a gran velocidad contra un iceberg sería un desastre para el barco y la tripulación, El límite de hielo es una línea imaginaria formada por boyas cada 5 grados, que la flota debe dejar a estribor. Este puede ser modificado por la organización durante el transcurso de la etapa dependiendo del movimiento de las masas de hielo.
Cabo de Hornos.
Tras superar el Pacífico Sur, la flota habrá llegado a Cabo de Hornos, en el extremo meridional de Sudamérica. Para superarlo navegarán por el Paso de Drake, un estrecho de apenas 400 millas entre el continente y la Antártida. Allí, los sistemas de bajas presiones se comprimen en una zona de aguas poco profundas, lo que genera uno de los mares más duros del mundo.
En palabras de Pablo Arrarte, jefe de guardia del Mapfre, “Cabo de Hornos es un sitio especial para todo el mundo. Todos sabemos que está muy lejos, que allí las condiciones son duras. Yo he pasado tres veces y casi siempre ha sido muy, muy duro, así que hay que tener respeto”.
Son muchos los factores que hacen de esta etapa una de las favoritas para todos los regatistas. Muchos de los protagonistas aseguran sentir un cosquilleo especial a la hora de afrontar la etapa.
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