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Un carrusel de vidas
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Jonathan Soriano, de Salzburgo a Pekín

El olfato goleador del delantero español no mengua ni en Austria ni en la Superliga china

Jonathan Soriano, con el Salzburgo en 2015.
Jonathan Soriano, con el Salzburgo en 2015.Cordon Press

El Espanyol tenía el partido ganado al Rayo, era un 3-1 con dos de Tamudo. Es el minuto 89 y el entrenador Ramón Moya decide sacar a Jonathan Soriano, delantero del filial, 17 años. Era su debut en Primera.

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Un jugador prometedor, llamado a ser perico destacado. No iba a ocurrir. Con Lotina haría su único gol en Liga a los 19. Nada más.

Siete años después de aquel debut, harto de cesiones a equipos de Segunda, sin encontrar su hueco, decidió darse una nueva oportunidad. Fue un volantazo. La apuesta es arriesgada: Ficha por el filial del Barcelona en Segunda B. Ya tiene 24, fichaje controvertido que cuestiona el modelo de La Masia. Se le llama por experiencia, hace 18 goles y asciende con Luis Enrique como entrenador. En su segundo año consigue 32 goles, récord histórico de la categoría. Llega tarde, pero llega. Consigue debutar con el primer equipo en rondas coperas de poca entidad.

Guardiola le iba a reconocer el saco de goles en el filial. Se había ganado un lugar en la gira de pretemporada por Estados Unidos. Era julio de 2011 y había sido titular en los dos partidos de la Audi Cup. También lo fue en la final ante el Bayern formando de inicio con Villa y con Thiago Alcántara al que dio la asistencia del primer gol.

Todo iba bien hasta que chocó con Tymoschuk, un rocoso centrocampista ucraniano. Allí se acabó. Una grave lesión de rodilla le apartó del primer equipo para siempre.

Se recuperó y acabó fichando por el Red Bull Salzburgo. Allí marcó una época, más de 400 partidos, máximo goleador de la liga austriaca y capitán. El asunto es que ahora el ojito derecho de la bebida energética está en el Leipzig alemán. Tanto que se optó por dejar salir a Jonathan. Se le retiró el dorsal 26 cual ídolo NBA. Siempre quiso volver a España, pero nunca le llegó una buena oferta. Así que, China. Llegó la temporada pasada al Beijing Guaon. Acabó el primer curso saliendo casi a gol por partido.

Es uno de los cuatro españoles en el campeonato, junto a Juan Cala, Mario Suárez y el recién llegado Jonathan Viera con el que comparte vestuario. También con Renato Augusto que será titular con Brasil en Rusia o Bakambu, ex del Villarreal.

China sigue pensando en grande. Quiere tener cincuenta millones de futbolistas federados en 2025. Pretende clasificarse para el Mundial de 2026 y organizar la edición posterior. Lo que suena a quimera es el culmen del plan: campeones del mundo en 2050. Hoy, el futbol es asignatura obligatoria en los colegios. En un lustro tendrán un campo de fútbol cada diez mil personas. Mientras, la Superliga está lejos de ser la amenaza que parecía para los colosos europeos: no se gana lo que se dice, y no se paga por traspasos como hace dos años. El fichaje de Soriano tiene sentido dentro de una línea más racional. Seguirá haciendo goles, seguirá soñando con volver.

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