Ceballos toca fondo con 28 segundos en Leganés
El sevillano se marchó muy enfadado y hundido anímicamente de Butarque después de que Zidane le sacase al campo en el minuto 92. Pese a su situación, confía en triunfar en el Madrid
Dani Ceballos abandonó ayer el estadio de Butarque a paso rápido y con la mirada al frente, visiblemente perdida. Neceser en mano, capucha puesta, con rostro serio y el ceño fruncido, recorrió de manera fugaz el pasillo entre el vestuario y su asiento en el autobús del Madrid. Fue el segundo de la plantilla, tras Gareth Bale, en abandonar el estadio del Leganés. No articuló palabra. No hacia falta. Ese efímero paso por la zona habilitada para los medios fue más que suficiente para transmitir al exterior la sensación de enfado y desánimo que le produjo su paso por la localidad del sur de Madrid. Ceballos acababa de vivir su peor experiencia desde que se incorporase al equipo blanco el pasado verano. El disgusto del joven utrerano estaba justificado. Zinedine Zidane acababa de cometer con él uno de esos actos que el gremio futbolístico interpreta como una humillación: introducirle en el campo con el tiempo cumplido.
Sin nada en juego, con el partido finiquitado y tras realizar ejercicios de calentamiento durante prácticamente toda la segunda mitad, el chico recibió una llamada del banquillo cuando el partido alcanzaba el descuento. La lógica invitaba a pensar que los ayudantes del técnico francés le anunciasen que debía esperar el pitido final desde el banquillo. Pero no fue así y el volante se despejó del chándal. Escoltado por Chendo, el delegado, se acercó al cuarto árbitro y sustituyó a Mateo Kovacic. El marcador señalaba el minuto 91: 58 y el colegiado había otorgado solo dos de prolongación. Ceballos accedió al verde andando, contrariado, a trote desanimado. La escena duró 28 segundos, tiempo que tardó González González en señalar el final.
Después del hostil recibimiento que le brindó el Villamarín el pasado domingo, lo ocurrido en Butarque fue un golpe muy duró para el sevillano. Anoche se mostraba incapaz de comprender la decisión de Zidane. Estaba enfadado, hundido anímicamente, según le traslado a su entorno más íntimo. Fue la última y mayor decepción en una temporada más complicada de lo esperado. El volante, dice su gente, sabía a lo que se enfrentaba al fichar por el Madrid, pero desvelan también que en las cábalas que se hacía el joven en su cabeza en verano el número de oportunidades era mayor de las que le ha ido brindando el técnico hasta la fecha.
Decidido a triunfar de blanco
Ceballos es tras Jesús Vallejo el jugador menos utilizado por Zidane. En seis meses tan solo ha disputado 688 minutos, 411 de ellos en la Copa del Rey. No ha sido titular en ningún partido de Champions y tan solo en dos ocasiones ha aparecido entre los once elegidos en liga, competición en la que hasta los segundos de Leganés no se le veía desde el 9 de diciembre, cuando disputó 19 minutos frente al Sevilla. Recién recuperado de un esguince en el tobillo izquierdo, Ceballos tenía la ilusión de reaparecer en el partido frente el Betis, equipo en el que se formó. No ocurrió. Tampoco se cumplió su predicción de tener una oportunidad frente al Leganés.
Pero pese a su actual situación, los planes de Ceballos no contemplan tirar la toalla. "Sabe que esto es el Madrid", dice su círculo, que asegura que el sevillano mantiene la paciencia y el deseo de triunfar en Chamartín. Aseguran que el volante tiene muchas ganas de que Zidane le dé un partido de titular en liga para reivindicarse. Confía en que un escenario así, rodeado de algunos de los titulares, pueda cuajar una buena actuación y dar un golpe en la mesa como ya hizo hace exactamente una vuelta en Mendizorroza. Aquel día, escoltado por Isco y Casemiro, anotó dos goles y dio la victoria al Madrid. Este sábado, su víctima, el Alavés, visita el Bernabéu y solo de Zidane depende que Ceballos pueda poner a su prueba su pronóstico.
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