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Pico, pala y contragolpe en la victoria del Atlético contra el Athletic

Los de Simeone castigan dos errores del conjunto vasco con dos contras que le mantienen vivo en su pelea por el título

FOTO: Diego Costa celebra con with Kevin Gameiro uno de los goles. / VÍDEO: Declaraciones de Simeone tras el partido.Foto: atlas | Vídeo: Denis Doyle (getty) / atlas
Ladislao J. Moñino

Dos pelotas perdidas, dos contras y dos goles. Otro partido de pico y pala del Atlético rematado a la contra por los muchachos de Simeone, que mantienen su persecución agónica sobre el Barcelona. Otro duelo macizo de los rojiblancos a la espera de chispazos que los agiten. Esta vez la mecha la encendieron dos regates de Oblak en la frontal del área. En medio de otra cita dura de digerir, el meta espoleó con esa acción a la grada y a sus compañeros. Faltaban algo más de 20 minutos, y lo siguiente fue la condena para el Athletic. Una recuperación de Saúl, una conducción bien ejecutada por Griezmann y el pase de este a Gameiro, que esperaba acomodado y escorado en el área. Su remate cruzado superó a Kepa y ya derrotó definitivamente al conservador equipo de Ziganda. Otro error en la salida, esta vez de San José, lo aprovechó Thomas para lanzar Gameiro. El pase al hueco de este lo hizo bueno Lekue, que falló en la intercepción y dejó pista libre para la poderosa zancada de Diego Costa. Su definición fue excelsa. Atisbó el poco hueco que le dejó Kepa y enchufó el disparo por el palo corto. El trabajo de zapa del Atlético se concretó, como en tantas ocasiones, al contragolpe.

La alineación de Simeone rezumaba ciertos aires de futuro. Con Lucas y Giménez en el eje de la zaga y Thomas y Saúl al gobierno del centro del campo, escoltados por Koke y Correa en las bandas. De ese ramillete que componen parte de los cimientos renovadores del equipo, fueron los dos centrales los más entonados. La pareja es agresiva en el corte, vuela por arriba y tiene los arrestos de los centrales clásicos para arriesgar el físico en el juego de choque. Lucas se jugó la rodilla en un cruce con Williams y la cara, en una disputa de Lekue con el pie alto. De esos lances, estirpe de central, surgió su cambio en el descanso. Entre ambos controlaron las pocas ocasiones en las que el Athletic se asomó al territorio de Oblak en la primera mitad. Thomas y Koke estuvieron mejor en la contención y en la recuperación que en la creación.

Sin Aduriz y sin Raúl García, el equipo de Ziganda se redujo a la guerrilla defensiva, con San José por delante de la defensa. En ataque se ciñó a lo que pudiera inventar Beñat, su futbolista más dotado con la pelota, para lanzar a Williams. Ante esos argumentos, el Atlético despachó otra de esas primeras partes en las que entra en depresión con la pelota en los pies. Quizá ahí radique un dato significativo: en 13 partidos el Atlético se ha ido a la caseta con 0-0. Entre la aguerrida cerrazón del Athletic y las imprecisiones en el pase, Kepa se fue al descanso virgen de intervenciones.

La efervescencia inicial de los rojiblancos se diluyó cuando el colegiado no señaló un posible penalti de Núñez, que se comió un recorte de Diego Costa y lo trabó. El personal, mosqueado con el hecho de que a su equipo no le hayan pitado un penalti en todo el campeonato, mostró su indignación. En la hinchada rojiblanca también estaba puesto el foco ante el reencuentro con Griezmann tras su desplante de hace dos semanas ante el Valencia. Cuando se anunció su nombre por megafonía hubo indiferencia. Aplicado en la recuperación, su nueva reconquista de la grada fue paulatina.

También fue progresiva la aceleración del Atlético para buscar el partido. Salió más decidido en el descanso, con más intención de que Filipe Luis y Vrsaljko profundizaran. Una volea cruzada de Diego Costa a pase de Correa obligó por primera vez a Kepa. El argentino tuvo uno de esos partidos obtusos, en los que lo intenta todo, y cuando le sale algo no acaba de culminarlo.

Por la banda de Filipe llegó la segunda ocasión del Atlético. Su centro lo peinó Koke y Costa lo remató alto con la testa. Griezmann también se acercó al gol con un disparo a la carrera de la frontal. La producción fue en crecimiento con el juego. El Athletic se agazapó aún más y Simeone optó por poner en liza a Gameiro por Koke, que no acaba de encontrarse. Griezmann pasó a la derecha y dirigió la ofensiva final rojiblanca, apoyado por el crecimiento de Thomas y Saúl. El tramo final de ambos tuvo más poso y más empuje. Mordieron al centro del campo del Athletic y entre los dos protagonizaron los robos que generaron los goles. Tras el primero, Simeone aumentó el hormigón metiendo a Gabi por Correa. Solidez para cimentar otro contragolpe definitivo. Y lo encontró. Castigó por segunda vez al Athletic con Costa a la carrera para firmar la mejor secuencia que maneja este equipo. Pico, pala y contragolpe.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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