Comienza, con victoria de Henao, la gran semana del ciclismo colombiano
Tras un campeonato nacional con todas las figuras, el martes comienza la Oro y Paz, la carrera que ha atraído a los grandes equipos del WorldTour
Para un recién llegado la mejor manera que tienen los colombianos de contar esquemáticamente su país es con la música: Cali es la salsa, te dicen, y Medellín el reggaetón y Boyacá el vallenato, y, resumen, y ya se salen de los géneros musicales, porque no les dan, toda Colombia es ciclismo. Y Nairo es Boyacá, pantano es Cali y los Henao y Gaviria y Urán son Medellín y toda Antioquia.
El campeonato de Colombia lo ha ganado el domingo Sergio Luis Henao, que es de Ríonegro, allí donde la carretera asciende desde Medellín siempre verde, siempre primavera, pero un cierto sentido de la justicia poética habría querido que el triunfo en El Poblado hubiera sido de Rigo Urán, que también es de Antioquia (de Urrao), y muy popular (más gente se le echó encima en la meta que a nadie, y más le jalearon y le sometieron a selfis inclementes), y cuya trayectoria simboliza mejor que ninguna el gran cambio del ciclismo colombiano en la última década.
El campeonato nacional colombiano, en Medellín, pareció una carrera grande europea. Lo controló el equipo Sky y lo ganó uno de los suyos, mientras corredores del EF-Drapac (el antiguo Cannondale), del Quick Step y del Astana intentaban impedirlo (los Movistar no participaron). La imagen parecía tan normal que hasta hacía olvidar que hace solo unos meses parecía imposible porque nunca se había producido.
La escena que tanto satisface a los optimistas de la historia culminará esta semana, de martes a domingo, en la 2.1, la Colombia Oro y Paz, la primera prueba de una semana en la que las figuras del ciclismo colombiano competirán en su país.
Si se quiere simplificar sin faltar a la verdad bien se podría decir que todo empezó con Rigo Urán.
Antes de que todos los equipos del WorldTour empezaran a pelearse por tener a los mejores corredores colombianos jóvenes y con futuro, Urán fue el primero que se fue de su país siendo muy joven y maduró como ciclista ambicioso fuera, lo que, la experiencia ha mostrado, es la única manera de crecer fuerte. Ocurrió hace una docena de años. Rigo, con 19 años, se fue a Italia y un par de años después acabó en Pamplona, y fundó una casa en la ciudad navarra a la que hizo puerto de acogida de compatriotas que llegaban a Europa como él, jóvenes y campeones. Por allí pasó Mauricio Soler, que se malogró con una terrible caída en Suiza, y después la generación de los que triunfaban en el Tour del Porvenir guiados por Luis Fernando Saldarriaga. Nairo y Sergio Henao fueron dos de ellos. Chaves también llegó joven a Europa, pero por otro camino, como La Ronca Carlos Betancur. Y más tarde los novísimos, como Superman Miguel Ángel López, los sprinters Fernando Gaviria y Álvaro Hodeg, y Egan Bernal, el Kid Maravilla de Zipaquirá, quien con el maillot del Sky ganó el viernes la contrarreloj del campeonato colombiano.
El domingo, Bernal, que dicen que va para gran figura, se arremangó para ayudar a ganar a su compañero Henao. “Así es el proceso”, dice Bernal, a quien descubrió para el ciclismo Fabio Rodríguez, aquel escalador que ayudaba a Tony Rominger en las Vueltas que ganó con el Clas y a quien llamaban Beso Lindo. Bernal, que acaba de cumplir 21 años, empezó con el mountain bike y a los 19 ya se fue a Italia. Ha vuelto a competir a Colombia como un campeón, el ciclista en el que, quizás, el Sky deposite su futuro. “Pero aún no puedo asumir esa responsabilidad de liderar al equipo”, dice, con una prudencia traicionada por sus hechos. “Aún no tengo fortaleza suficiente para eso”.
En la Oro y Paz, que la afición colombina espera expectante, Bernal, un escalador de fuerza, fibra y clase, y afán ofensivo, compartirá con Henao el mando del Sky. Y cuando, quizás desde la cabeza del pelotón, se vuelva y vea a sus espaldas a Nairo, Anacona, Rigo y demás grandes, y ciclistas españoles, italianos, ingleses, belgas, franceses, de primer nivel, quizás se sienta tan orgulloso como decía estar el domingo Henao. “Están pasando cosas muy grandes”, dice el campeón nacional, que repite título. “La Oro y Paz es la carrera que queríamos todos los colombianos, y queremos que se establezca y perdure en el tiempo, y que vengan a competir con nosotros los ciclistas de todo el mundo, y que descubran lo bueno y lo malo de Colombia”.
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