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Ante Schwartzman, el Nadal gris: a cuartos jugando mal

Después de tres partidos muy completos, el número uno sufre un apagón frente al correoso y sensacional argentino: 6-3, 6-7, 6-3 y 6-3 (en 3h 50m). El lunes se cruzará con el croata Cilic, verdugo de Carreño

Alejandro Ciriza
Nadal devuelve de revés durante el partido contra Schwartzman, hoy en Melbourne.
Nadal devuelve de revés durante el partido contra Schwartzman, hoy en Melbourne.Clive Brunskill (Getty)

Rafael Nadal sudaba a raudales por el bochorno que encapotaba Melbourne y fruncía el ceño. En realidad, gesto muy habitual en él mientras discurre una respuesta o bien cuando lo que escucha o lo que ve no cuenta con su aprobación. En estas estaba cuando Diego Schwartzman, su rival en el pulso de octavos, se revolvía como un hurón metido en los pantalones y le planteaba una resistencia desagradable y pesada, porque el argentino no da por perdida una bola y juega al tenis de fábula. Ahora bien, a Nadal no le gustaba nada lo que estaba ocurriendo en la pista, feo-feo el panorama, muy gris, y por eso (suele ocurrir con él) se cansó y dijo c’est fini: 6-3, 6-7, 6-3 y 6-3 (en 3h 50m). Mal partido del número uno y pasaporte a cuartos.

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Está ya el balear en la segunda semana, objetivo cumplido, pero este último partido empañó la evolución que dibujaba su juego en las tres rondas previas. Durante un buen rato se vio a un Nadal perdido y descolocado, sin gasolina ni punch; no atacaba la pelota, no le respondía la derecha y el que gobernaba era el pequeño Schwartzman, que no responderá al perfil fisionómico del tenista moderno, todos gigantes ahora, pero que sabe perfectamente cómo hacer daño. Mide 1,70, puede que menos, pero tiene olfato, le pega duro, lo contesta todo y le hizo pasar una tarde complicada al rey actual del circuito.

"Sabía que iba a ser un partido difícil y así ha sido. En un Grand Slam nunca puedes esperar partidos fáciles", manifestó Nadal, que con este triunfo se garantizó de forma matemática marcharse de Melbourne sentado en el trono de la ATP; "Diego jugó bien, muy agresivo, y yo no saqué lo suficientemente bien el partido; ahí radica el tema de no haber cerrado un poco antes el tema. Hice tres breaks en ese set y lo normal es que si haces tres breaks sean suficientes". 

Fue, sin haber lesión de por medio, el partido más tibio que ha jugado Nadal en mucho tiempo. A lo largo de varias fases (primer y segundo set, sobre todo) cedió el terreno y peloteó dos o tres metros por detrás de la línea de fondo, lo cual supone siempre un mal indicativo. Transmitió vulnerabilidad e inseguridad, y del mismo modo inquietud porque en ocasiones no persiguió bolas a las que habitualmente acude. Fue como si al Sansón de la raqueta le hubiesen cortado de repente la cabellera, porque aunque en los días previos no hubiera alcanzado un punto de brillo alto al menos su línea sí que había sido ascendente.

La virtud de la cabeza, infinita facultad

Schwartzman devuelve la pelota, este domingo en la central.
Schwartzman devuelve la pelota, este domingo en la central.SAM MOOY (EFE)

Despachó a Estrella, Mayer y Dzumhur con mucha holgura, y este domingo se produjo la regresión: Nadal dudando, tembloroso, a la espera muchas veces y sin poder hacerse con la iniciativa. Incluso fallón: de camino a los octavos había contabilizado 46 errores no forzados en tres encuentros y ante el bonaerense dejó 52; en el trazado hacia este domingo había entregado 21 juegos y ningún set, y esta vez se le escaparon 16 y un parcial. Y encima hubo una confluencia: él no estuvo bien, fallando golpes sumamente francos, mientras que Schwartzman firmó un partido sensacional.

Frente a la flojera, tuvo la virtud de prosperar en un mal día, infinita facultad. Su ADN, la bandera del número uno del mundo

El argentino, un chicle en el zapato para cualquiera, le retorció con la derecha (58 winners, frente a 46) y aunque no llegase a tenerle contra las cuerdas numéricamente sí lo consiguió desde un punto de vista anímico en varios momentos. Se quedó a poco de que se cumpliera la sinergia que solicitaba en la previa: su mil por cien y el mal día del coloso. Le enredó en el segundo parcial y le arrebató tres veces el servicio, las tres en esa manga. Luego continuó muy pegajoso y si no dio la campanada fue porque le faltó un punto de malicia y Nadal se corrigió lo suficiente para evitarlo.

No obstante, el número uno ofreció una imagen frágil. Si ganó y cruzó el ecuador competitivo del torneo fue porque no hay nadie con una cabeza tan dura como la suya. Es la virtud de los elegidos: seguir adelante pese a hacerlo mal. Y esta vez así fue. El lunes tocará turno con Marin Cilic (29 años, número seis de la ATP) y la continuidad pasará por un golpe de timón ante el croata, el primer top-20 al que se enfrenta en un Grand Slam desde la última final en Roland Garros (Wawrinka). Contra él, balance de 5-1: solo perdió en 2009 (Pekín), la primera vez.

En este domingo nuboso y al traspié en Melbourne, en el que el sol pedía sitio y lo encontraba a duras penas, Nadal se alejó durante tres horas de Nadal para volver a ser finalmente el auténtico Nadal, el tenista de la mente acorazada y el empeño más absoluto. Frente a la flojera, tuvo el mallorquín la virtud de prosperar en un mal día, gigantesca e infinita facultad. "Es el momento de dar un paso adelante y ser agresivo". Su ADN, la bandera del número uno. En ese sentido, algunas cosas nunca cambian.

NO JUGARÁ LA PRIMERA SERIE DE LA COPA DAVIS

En la comparecencia ante los periodistas, Nadal confirmó lo que se preveía ya desde hace algunos días: no disputará la primera serie de la Copa Davis con España, el primer fin de semana de febrero (del 2 al 4) contra Gran Bretaña. 

"No, no voy a estar en Marbella, ya lo sabe el capitán. Creo que tendría poco sentido porque llevo unos pocos meses complicados; he pasado un mes de diciembre que no ha sido fácil para mí y he tenido que dejar Abu Dabi y Brisbane para empezar aquí. No puedo hacer un cambio de superficie drástico en tres días para irme a jugar a tierra, no lo puedo hacer", argumentó.

"Uno tiene que tomar decisiones complicadas", agregó; "este año sí que veo que tenemos la posibilidad de hacer algo importante en la Copa Davis. Ojalá se siga hacia adelante. Ya he hablado con Sergi [Bruguera] y él ya sabe lo que hay por mi parte. Es un año duro, vengo de un año muy bueno pero muy complicado, con muchos partidos. Terminé de una manera que no me gustó, con lo cual tengo que intentar que no ocurra lo mismo".

Y continuó: "Tengo que intentar salvar mi físico y para ello intento hacer un calendario más escaso, no forzar cuando no me toca. Pase lo que pase aquí el siguiente torneo que jugaré será Acapulco, así que no voy a jugar nada entre medio. Los primeros cuatro meses del año voy a estar prácticamente jugando cuatro meses".

No obstante, Nadal enfatizó que este año quiere alistarse en el equipo. "No estoy diciendo que no vaya a jugar la Copa Davis este año. Simplemente digo que en esta primera eliminatoria no puedo; más adelante, veremos. Me gustaría poder ayudar al equipo a ganar otro título, sería bonito, y dentro de mis posibilidades haré todo lo posible para ayudar", zanjó.

RESULTADOS DEL DOMINGO 21

CUADRO MASCULINO: Rafael Nadal, 6-3, 6-7, 6-3 y 6-3 a Diego Schwartzman; Marin Cilic, 6-7, 6-3, 7-6 y 7-6 a Pablo Carreño; Grigor Dimitrov, 7-6, 7-6, 4-6 y 7-6 a Nick Kyrgios; Kyle Edmund, 6-7, 7-5, 6-2 y 6-3 a Andreas Seppi.

CUADRO FEMENINO: Carla Suárez, 4-6, 6-4 y 8-6 a Anett Kontaveit; Caroline Wozniacki, 6-3 y 6-0 a Magdalena Rybarikova; Elise Mertens, 7-6 y 7-5 a Petra Martic.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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