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Nadal irrumpe en octavos con 22 minutos de furia

El español arrolla al bosnio Dzumhur con una salida en tromba (6-1, 6-3 y 6-1, en 1h 50m) y encara a Schwartzman sin haber cedido un solo set: "Estoy donde quería estar, la evolución ha sido buena"

Rafa Nadal, durante el partido frente a Dzumhur en la pista Margaret Court de Melbourne Park.
Rafa Nadal, durante el partido frente a Dzumhur en la pista Margaret Court de Melbourne Park.TRACEY NEARMY (EFE)
Alejandro Ciriza

En Melbourne Park, del cielo caía fuego, y sobre el bosnio Damir Dzumhur, ración doble: por un lado el calor, en algunas fases de este viernes australiano insoportable, y por otro un castigo todavía superior por parte de Rafael Nadal, que salió a la pista Margaret Court como si no hubiera comido en tres días y devoró al bosnio con un instinto caníbal, mordisco a mordisco. Tanto es así que para cuando se quiso dar cuenta, Dzumhur ya había cedido el primer parcial y el cronómetro marcaba solo 22 minutos. Nadal, a todo gas, en su versión más salvaje: 6-1, 6-3 y 6-1, en 1h 50m. Y en esas, lo previsible según el guión y lo deseado por el número uno: ya está en los octavos de Australia.

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Ahí se encontrará con el menudo Diego Schwartzman, el tenista más bajo del top-100 (1,70) y que después de resolver su compromiso de la tercera ronda (6-7, 6-2, 6-3 y 6-3 a Alexandr Dolgopolov) emitía una sentencia en la sala de conferencias que viene a subrayar lo complicado que puede llegar a ser medirse al número uno actualmente: “Sé que el tenis lo voy a tener, pero debo recuperarme físicamente y que se den dos cosas, porque mis opciones están muy claras: que Rafa no tenga un buen día y yo juegue al mil por cien; de lo contrario, no tendré ninguna oportunidad”.

Que se lo pregunten si no a Dzumhur, embestido desde la primera bola en juego, cuando el sol todavía estaba presente en la ciudad. Nadal cargó contra él de forma furibunda, con uno o dos puntos más de agresividad que en sus dos partidos previos –frente a Víctor Estrella Burgos y Leonardo Mayer–. Fueron 22 minutos de pura furia por parte del balear, al que como bien se sabe el avance de los días va dándole un color bien distinto, y lo que en Australia tenía una tonalidad neutra, porque se desconocía en qué estado habían llegado él y su rodilla derecha, se transformó en un verde optimista.

“He jugado un gran primer set, a un ritmo muy alto”, explicaba el de Manacor a los enviados especiales españoles. "Es la línea a seguir, excepto un momento en el que me he liado un poco, en el segundo set. A él le costaba seguirme y eso es una muy buena señal”, prolongó el de Manacor, que va cogiendo el punto y dinamizando su engranaje, y que en su comparecencia lanzó un doble aviso para navegantes; primero en inglés, “Here I am (aquí estoy)”, y después durante el turno de respuesta en español: “Es la hora de competir”. Dicho esto, en boca de Nadal, debe tenerse muy presente.

Rafa está más cerca de Rafa

Arrancó el curso tarde, así que se había marcado unos plazos para ir confirmando su progresión. Ha ido adquiriendo brío y cada vez está más cerca de ese juego memorizado y automático que precede a la exposición del gran Nadal. En este tercer partido dio otro paso adelante y redujo a Dzumhur con 22 minutos deliciosos, cargados de pólvora. “Claro que estoy donde quería estar porque estoy en la cuarta ronda y antes de haber empezado el torneo sin haber jugado un partido oficial, pues… Era una situación nueva para mí y estar en octavos sin haber perdido ningún set creo que es una gran noticia. Mi plazo es el día a día. He hecho una preparación y la evolución ha sido buena”, manifestó.

Contra Dzumhur, la radiografía numérica dejó porcentajes positivos en todos los campos y otra vez muy pocos errores (18). Nadal, por lo tanto, está más cerca de sí mismo. El pulso terminó cuando ya había caído la noche en Melbourne y el termómetro se había relajado. El domingo estará al otro lado de la red el argentino Schwartzman, con el que Nadal se entrenó justo antes del torneo. “Le tengo aprecio, porque ante todo es buena gente y eso es más importante que el tenis. Tiene todos los golpes y una gran seguridad en su juego; comete pocos errores y lleva muchos meses ganando muchos partido”, le elogió el español, al que se le comienzan a ver los colmillos.

“Sé dónde estoy y cuál es mi nivel”. Ojo, lo dice Nadal.

“No es agradable ver sufrir a los jugadores”

El tema del día fue el calor que azota a la ciudad desde ayer. Si el jueves se registraron 39º este viernes a mediodía ascendieron a 42º, aunque por la tarde fue reduciéndose progresivamente hasta quedarse en los 20º de la media noche. Preguntado por el asunto, Nadal volvió a ser tajante.

"En mi opinión, no es lo suficientemente seguro, pero este no es el único lugar en el que ocurre; esta es la realidad. Las condiciones han sido muy, muy duras ayer y hoy. A veces esto puede llegar a ser peligroso para la salud. No es agradable ver sufrir a los jugadores sobre la pista", censuró.

Hoy, de nuevo, la organización del torneo no aplicó la norma de calor extremo (que permite adoptar medidas para paliar los efectos del sol) debido a que no se cumplían estrictamente todos los parámetros necesarios. Esto es, que la aguja rebase los 40º y que el índice de humedad, viento y radiación supere el 32,5%.

"Entendemos que competir así no es fácil", admitió el director del evento, Craig Tiley, en un comunicado; "también es un reto para nuestro equipo, sobre todo para los que trabajan en exteriores, incluidos los recogepelotas y los oficiales. Haremos todo lo posible por ayudar a todo aquel que no se sienta cómodo".

Según los pronósticos meteorológicos, el golpe de calor procedente del interior desértico se irá esfumando y las temperaturas de Melbourne descenderán durante los próximos días; se situarán en una media de entre 25º y 30º.

RESULTADOS DEL VIERNES 19

CUADRO MASCULINO: Rafael Nadal, 6-1, 6-3 y 6-1 a Damir Dzumhur; Pablo Carreño, 7-6, 4-6, 7-5 y 7-5 a Gilles Müller; Grigor Dimitrov, 6-3, 4-6, 6-4 y 6-4 a Andrey Rublev; Diego Schwartzman, 6-7, 6-2, 6-3, y 6-3 a Alexandr Dolgopolov; Nick Kyrgios, 7-6, 4-6, 7-6 y 7-6 a Jo-Wilfred Tsonga; Marin Cilic, 7-6, 6-3 y 7-6 a Ryan Harrison.

CUADRO FEMENINO: Carla Suárez, 3-6, 6-1 y 6-3 a Kaia Kanepi; Anett Kontaveit, 6-3, 1-6 y 6-3 a Jelena Ostapenko; Elina Svitolina, doble 6-2 a Marta Kostyuk.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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