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Lorenzo gana músculo para aspirar al título con una Ducati muy física

El español dice ser mejor piloto este curso y asume que el equipo está preparado para ganar el Mundial

Nadia Tronchoni
Lorenzo y Dovizioso en la presentación de Ducati.
Lorenzo y Dovizioso en la presentación de Ducati. Giorgio Benvenuti (AP)

De negro, como casi siempre, elegantemente vestido para la ocasión, Claudio Domenicali, consejero delegado de Ducati, se plantó en el Auditorio de la fábrica, en Borgo Panigale, con las cosas claras: “Nos presentamos en esta sala de acuerdo con las expectativas generadas en el 2017. Solo tengo que decir que estamos preparados”. Todos recogieron el guante en la presentación de la moto para este año, una máquina vestida de rojo pero con una importante presencia de grises en su carenado.

Después de que Andrea Dovizioso peleara con Marc Márquez por el pasado título mundial hasta la última carrera los objetivos de la casa de Bolonia para este curso están más que claros: “Creo que podemos repetir los éxitos del 2017”, dijo Davide Tardozzim coordinador del equipo. “El objetivo es el campeonato”, dijeron con idénticas palabras el director deportivo, Paolo Ciabatti, y el ingeniero jefe de Ducati Corse, Gigi Dall’Igna.

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El ideólogo del proyecto de competición de la marca italiana explicó que la moto para este 2018 es el resultado de haber trabajado especialmente en la parte ciclística, la que hasta ahora centraba todas las miradas, la menos evolucionada en los últimos años (y no por falta de interés), y, en parte, la responsable de esa queja recurrente de la mayoría de los pilotos al mando de una Desmosedici: la moto no gira. Pero no solo se han centrado los ingenieros en mejorar el chasis. El motor, aseguró Dall’Igna, también es mejor: “tendrá algunos caballos más”. Y en la aerodinámica, probablemente una de las parcelas en las que todavía puedan seguir mejorando para minimizar los caballitos y mejorar la aceleración, están definiendo todavía “los últimos detalles”.

El papel que puede desarrollar Andrea Dovizioso, subcampeón de 2017, en esta temporada ya no admite dudas. Visto su magnífico rendimiento -“Después de tantos años trabajando con una moto complicada, fue muy bonito lo que pasó. Logramos emocionar a mucha gente”, dijo-, no cabe sino esperar un Dovi igual de agresivo y atrevido. La incógnita, que ya no lo es tanto por cómo terminó el curso pasado, es de qué será capaz Jorge Lorenzo en su segundo año de rojo. Él tiene claro que su progresión de los últimos meses le permitirá competir, esta vez sí, para ganar carreras, algo que no pudo conseguir en 2017.

Después de una adaptación “más difícil de lo que esperaba”, tras asumir que debía modificar su estilo de pilotaje para acercarse a la Desmosedici, Lorenzo se siente ahora mejor piloto: “Mejor que el año pasado y mucho mejor que hace diez años, cuando gané mi primera carrera en MotoGP a la tercera prueba”. Cree, porque así se lo demostró su compañero de equipo el año pasado, que tanto el equipo como el piloto están preparados para ganar el Mundial. Aunque, matizó: “Sigue faltando una moto que vaya bien en las 18 carreras del año”.

La ayuda de Alex Debón

El piloto mallorquín cree entender ahora la moto y qué necesita para ser rápido. Por eso ha modificado algunos aspectos de su preparación física: “La Desmosedici es una moto un poco más física que las demás y para llevarla creo que hace falta un poco más de fuerza”, concedía este lunes. No hay más que mirar a Dovizioso, su compañero de taller, para entender que un poco más de músculo, aunque eso signifique más volumen, no le va mal a la Ducati. Además, está convencido de que la moto también ha mejorado: “Creo que el año pasado evolucioné yo más que la moto, y que este año será distinto: la moto será mejor, no solo será una gran moto, una moto potente, buena en aceleración o en las frenadas, sino que también mejorará en el paso por curva para ayudarme a hacer mejor los giros”.

Para que la evolución sea completa, Lorenzo ha incorporado a su equipo de confianza al ex piloto Alex Debón, a quien conoce desde hace muchos años y considera un buen amigo. Con él reirá, buscará apoyo moral, y tratará de corregir cuestiones de estilo. A esa tarea seguirá sumando, también, Michele Pirro, piloto probador de la casa italiana. “Alex trabajó con Gigi y eso nos puede ayudar mucho, porque además me conoce bien. La figura de Pirro será complementaria. Tiene un nivel muy similar al mío y al de Andrea y puede sentir las mismas sensaciones que yo encima de la moto. Cuatro ojos ven más que dos. Alex puede darme unas cosas y Michele, otras. Juntos haremos un gran equipo”, sentenció.

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Sobre la firma

Nadia Tronchoni
Redactora jefa de la sección de Deportes y experta en motociclismo. Ha estado en cinco Rally Dakar y le apasionan el fútbol y la política. Se inició en la radio y empezó a escribir en el diario La Razón. Es Licenciada en Periodismo por la Universidad de Valencia, Máster en Fútbol en la UV y Executive Master en Marketing Digital por el IEBS.

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