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Paulinho hace de Neymar como socio de Messi

A falta de delanteros, los medios pasan de marcar el 18% al 26% de los goles del Barça

Juan I. Irigoyen
Paulinho y Messi, en el último duelo del Barça ante el Deportivo.
Paulinho y Messi, en el último duelo del Barça ante el Deportivo. Alex Caparros (Getty Images)

Dicen en la Ciudad Deportiva Joan Gamper que Paulinho se mueve al son de Messi. “Como un reloj de arena, Paulinho está siempre con un ojo en los movimientos de Leo para completar el juego del equipo en ataque o para compensarlo en defensa”, explican. Ernesto Valverde ha tenido que reedificar al Barça. Superada la traumática salida de Neymar, el Txingurri perdió a las primeras de cambio a Dembélé. Deulofeu nunca se enganchó y, cuando parecía que Paco Alcácer dejaba en el olvido todas las sospechas (y demás gafes) sobre su fichaje, el valenciano cayó lesionado. Así las cosas, el entrenador no tuvo más remedio que mirar a los volantes, ya no por principios —“el estilo pasa por tener juego con los mediocampistas”, anunció el día de su presentación— sino porque tenía que tirar de ingenio. Nueva-vieja fórmula simbolizada en Paulinho, convertido en sustituto de Neymar; del 4-3-3 al 4-4-2.

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El medio brasileño, de cuestionado a respetado, es una rara avis en el Camp Nou. Aunque ajeno al manual de instrucciones de los mediocampistas con sello Masia, Paulinho encontró su sitio en el equipo de Valverde. “Me estoy adaptando muy rápido, he sido muy bien recibido y me han acogido muy bien, ha sido fácil”, señala el paulista. Cómodo en el césped, también en el vestuario, Paulinho cuenta con el aval de Messi, situación indispensable para asegurarse una larga vida en el Barça. “Si te entiendes con Leo dentro del campo, te entiendes fuera. La complicidad con Messi comienza a partir del balón”, explican los que conocen al rosarino. Y Paulinho conquistó a La Pulga de entrada. “Paulinho se relaciona muy bien con el gol, tiene mucha llegada y acompaña muy bien la jugada”, asegura Valverde.

La presencia de Paulinho es sintomática; hubo un cambio de paradigma en el Camp Nou después del poder arrollador y goleador del tridente. El curso pasado los delanteros de Luis Enrique marcaron 84 de las 116 dianas del equipo en la Liga. Mientras que Messi (37), Suárez (29), Neymar (13) y Alcácer (6) acapararon el 74% de los goles, esta temporada los atacantes suman el 62%. Entre Messi (14), Suárez (9), Alcácer (2) y Deulofeu (1) firmaron 26 de los 42 tantos del equipo. De la campaña pasada a esta, el protagonismo en la red de los volantes pasó del 18% al 26%. Una estadística liderada por Paulinho, que suma seis goles. Al brasileño lo siguen Denis Suárez, con dos; e Iniesta, Sergi Roberto y Busquets, con uno.

Mucha presencia en el centro del campo, poca en las alas. Para abrir el campo, Valverde cuenta con la sociedad Messi-Alba por la izquierda y con Sergi Roberto-Aleix Vidal en la derecha. Valverde entiende a Aleix como extremo, a pesar de que llegó al Barcelona con la idea de hacer más fácil el entonces inminente (después certificado) adiós de Dani Alves. Ocurre, sin embargo, que la presencia del catalán en el once se da en cuentagotas en un ataque liderado por Messi y Suárez.

Luis Suárez.
Luis Suárez. Alex Caparros (Getty Images)

La puntería de Suárez

Al uruguayo, en cualquier caso, le costó afinar la puntería. El 9 había mermado su furia goleadora con Valverde. Con Luis Enrique, el charrúa tenía un promedio de 0,85 dianas por encuentro, mientras que esta temporada, en sus ocho primeros partidos de Liga su estadística personal había caído al 0,37. Al Txingurri lo tenía sin cuidado la sequía de Luis Suárez. “Es un jugador impagable para nosotros. Tiene ambición, agresividad, va siempre a la jugada, está ahí, es una garantía”, elogiaba el entrenador azulgrana a su delantero. Y Suárez apareció. En los últimos cinco partidos del Barça ha firmado seis goles. “No estaba con ansiedad por no marcar, sino que era cosa de sentirme bien en el campo”, entendía el punta. El 9 recupera la memoria, un alivio para Messi antes de visitar Chamartín. En cualquier caso, el Barça ya sabe lo que es visitar al Madrid pendiente de las botas del 9 y del 10. El curso pasado, Neymar estuvo ausente por sanción (2-3), mientras que en el anterior Messi saltó al campo pasada la hora de partido (0-4).

A falta de delanteros, el Barça de Valverde tira de mediocampistas. Eso sí, siempre está Messi, látigo del Madrid, máximo artillero de la historia del clásico (24 goles), nunca recóndito en el Santiago Bernabéu (14).

Sergi Roberto y Aleix Vidal, las alternativas

Ernesto Valverde puede cambiar el dibujo y utilizar un falso extremo derecho. Sergi Roberto ya hizo esa función en el clásico de la temporada 2015-2016, cuando el Barcelona goleó al Madrid 0-4. Si el catalán se suma al ataque, Semedo ocuparía el puesto de lateral derecho. La otra alternativa del Txingurri es colocar a Aleix Vidal como extremo. Cualquier de las dos opciones dejaría a Paulinho en el banquillo.

Es justamente el banquillo el talón de Aquiles del Barcelona. Si Aleix Vidal salta al campo desde el inicio y con Deulofeu, Alcácer y Dembélé en la enfermería, Valverde no cuenta con un delantero que puede hacer de revulsivo si no es Arnaiz, del filial.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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