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Ter Stegen saca su lado clásico

Valorado hasta la fecha por su juego de pies, el alemán encaja cinco goles en 16 partidos y se subraya en el trabajo tradicional de portero

Jordi Quixano
Ter Stegen realiza una parada en un entrenamiento del Barça.
Ter Stegen realiza una parada en un entrenamiento del Barça.EFE

En los calentamientos, Marc-André Ter Stegen se expone a los zambombazos del preparador José Ramon de la Fuente y recibe más aplausos que goles. Minutos después, antes de empezar el encuentro, pone a remojo los nuevos guantes para escurrirlos, darles unas cuantas palmadas y comprobar que ajustan como a él le gusta. “Es muy metódico y ordenado”, explican desde el vestuario del Barça; “si queda a una hora, llega puntual. Si dice que hará tal cosa de tal forma, no se desviará ni un milímetro de lo acordado. Siempre tiene controlado hasta el último detalle”. Como también tiene controlados a los puntas rivales, que le prueban sin éxito: suma ocho de 12 encuentros sin encajar en la Liga y 11 de 16 si se añaden los de la Champions. Un inicio histórico solo por detrás de José Francisco Molina, que en la temporada 1995-1996 recibió tres tantos en 12 duelos. “Mucha gente criticó al área deportiva por apostar por Marc y abrir la puerta a Bravo. Ahora ya se puede decir que fue un gran acierto”, señalan desde la ciudad deportiva.

“Se siente único”

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Fichado para reemplazar a Valdés, el club entendió que debía garantizar el tiro y también se hizo con Bravo (City), que se ganó la confianza de Luis Enrique y relegó al alemán a las competiciones de eliminatorias. “Su llegada al club no fue ideal al pelear con Bravo y jugar poco, lo que restó confianza. Sin Bravo, se siente importante, titular y prácticamente único, lo que le ha hecho mejorar sus condiciones”, explica Santi Cañizares, con cuatro premios Zamora en el zurrón. “Le costó adaptarse un poco, pero ahora está dando su mejor rendimiento”, se suma Juan Carlos Ablanedo, ex del Sporting con tres Zamora. “Está dando puntos al Barça y eso es lo mejor que se puede decir de un portero”, agrega Liaño, con dos Zamora y el récord datado en el curso 1993-1994 al recibir 18 goles en 38 partidos (0,47 por encuentro); registro histórico compartido con Oblak (Atlético) hace dos años. Por ahora, Ter Stegen recibe 0,33 goles por choque. Así que ya no solo se habla de sus pies, sino de su lado clásico, el trabajo tradicional del portero.

Frente al Leganés, Ter Stegen se hizo grande ante Amrabat y Beauvue en dos uno contra uno. “Aguanta mucho; es muy académico porque es lo que se intenta enseñar en cualquier escuela, el no vencerse”, dice Liaño. “Utiliza su envergadura para hacer la portería pequeña a ojos del delantero, y tiene una gran capacidad de reacción, lo que es complicado en los porteros grandes”, apostilla Cañizares. “Para que el rival le meta debe estar en una posición de clara ventaja”, remata Ablanedo. Lo que recalca la fiabilidad con las manos de Ter Stegen. “Al principio se le cuestionaba su fútbol clásico, que es el de parar, y se le valoraba más con el pie”, admite Liaño. “Pero es que la escuela alemana ha mejorado mucho porque antes los metas vivían entre palos, eran gatos bajo los largueros”, argumenta Cañizares; “ahora, él y Neuer son la referencia porque salen del área y participan del juego”. Y suma Ablanedo: “Bloca, es ágil, coordinado, rápido. Tiene de todo”.

Valverde no tiene dudas: “Marc nos da mucha seguridad”. Pero también es mérito de la fase defensiva azulgrana, donde todos hacen el repliegue —alto o medio porque bajo solo en circunstancias excepcionales—, lanzan la presión y niegan los pases interiores. “El equipo le ayuda porque defiende muy bien y está equilibrado”, resaltan desde las oficinas del Camp Nou. “Ser el menos goleado significa que la defensa funciona muy bien, como todo el equipo. Y si eso quiere decir que ganamos títulos, pues fantástico”, convino Ter Stegen desde el Wanda Metropolitano. Aunque de lograr el Zamora, se uniría al selecto grupo de porteros azulgrana con el galardón: Zambudio, Pesudo, Reina, Sadurní, Artola, Urruti, Bravo y Valdés y Ramallets en cinco ocasiones.

El Oporto, el único que iguala al Barcelona

Solo Pizarro (Sevilla), Shibasaki (Getafe), Sergi Enrich (Eibar) y Saúl (Atlético), además de Nikolau (Olympiacos), han logrado batir este año a Ter Stegen. Cifras estratosféricas que se explican con sus intervenciones; de 39 tiros ha parado 34 (87,5%). Números que mejoran cualquier año porque hace tres cursos se quedó en el 66,7% de paradas y en la temporada anterior logró el 78,57%.

La fiabilidad de Ter Stegen hace del Barça el equipo menos goleado de Europa a excepción del Oporto, que también ha encajado cuatro. En Inglaterra, el United (De Gea) ha encajado seis; en Alemania, Italia y Francia, el Bayern (Ulreich), la Roma (Becker) y el Montpellier, ocho; y en Holanda, el Ajax (Onana), 10.

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