Morata dobla a la BBC
El Barça se ha apañado sin Neymar mucho mejor que el Madrid sin el ariete del Chelsea. El madrileño suma en la Premier el doble de goles que Bale, Benzema y CR en la Liga
¡Qué cosas tiene el fútbol! Cuatro meses después de embarcarse en el Chelsea, Morata duplica en goles a la cada vez menos célebre BBC. Cuatro tantos suman en la Liga entre Bale, Benzema y Cristiano, por los ocho del madrileño, que no se alista, precisamente, en un torneo de romería. Quizá sea tan circunstancial como que Paulinho, el antidivo que llegó al Barça por la gatera, ya certifique también cuatro dianas. Y hasta puede que solo sea pasajero que el botín de este brasileño sea similar al de otros once jugadores de la Liga, o que otros doce lleven más de cuatro emboques. La realidad es esta. Mañana, ya veremos. La pelota es endiablada y hay veces que la muy maldita no obedece ni a Cristiano.
Como Messi ha convertido sus gestas en normal anormalidad, nada tendría de extraordinario que por su cuenta triplique al trío del Madrid y que tenga incidencia hasta cuando come pipas en una soleada sobremesa en Leganés. Lo asombroso es que unas horas después, con el Madrid con el agua al cuello, no hubiera un aviso de Benzema en el área del Atlético durante 76 minutos. Lo insólito es que Cristiano, con un solo descorche en ocho partidos del campeonato doméstico, perdiera una carrera con Juanfran y tardara una vuelta al universo para un remate final, con lo que Lucas tuvo todo el tiempo del mundo para llegar al bloqueo. Síntomas elocuentes de que es el gol —lleva uno menos por partido que el curso anterior (2,78 por 1,83)— lo que tiene convaleciente a este Madrid. Quién lo diría.
Por lo general, el gol es hijo del juego. Pero no han sido pocas las muestras contrarias que ha dado el Real en tiempos tan recientes como exitosos. No han sido pocos sus partidos nada vistosos ganados con un directo a la mandíbula. Hoy, el Madrid, tan poco pinturero, se ha quedado también sin el sublime recurso del gol, la suerte del fútbol que disimula otros males.
El impulso de Morata en la Premier no es un contraste ventajista con la dormilona de los atacantes actuales del Madrid. No se puede consagrar que Zidane hubiera administrado los minutos del ariete del Chelsea de manera diferente a la última temporada. No es objetable que el jugador quisiera volar más alto sin diques como la BBC. Ni que el club, por muy Real Madrid que sea, desdeñara los 80 millones pagados por los londinenses, la cotización más alta en la historia de un jugador español. Lo que despierta cierta contrariedad es que nadie en la institución reparara en la necesidad de cubrir un socavón de 20 goles, los que produjo Morata el curso precedente. Si el remedio era Borja Mayoral, no parece que Zidane estuviera muy de acuerdo. No le ha dado ni migas.
Tan paradójica resulta esta temporada que, por ahora, el Barça se ha apañado mejor sin Neymar que el Madrid sin Morata. Ernesto Valverde, como el txingurri que es, sin ombliguismos y pecho saliente, ha articulado un Barça sin siglas rimbombantes (MSN…) que gana más de lo que juega. Y en estos tiempos barcelonistas de eso se trata. Aunque Messi lo cure todo, la mano de Valverde no es baladí. Ni mucho menos, por más que él prefiera un perfil bajo. Sin el reloj con botas de Xavi, con Iniesta a la baja, Neymar en París y Dembélé fastidiado, el relato ya no puede ser tan poético.
Las rachas
Con la infinita percha de Messi, máxime con Luis Suárez aturdido hasta Butarque, el líder se ha arreglado como ha podido con algunos destellos de Deulofeu y el iniciático repunte de Paco Alcácer. Valverde ha sabido dar con soluciones puntuales. Sin olvidar que mermada la delantera y menos iluminado el medio campo, queda el andamiaje de Busquets, Ter Stegen y Umtiti, los tres mejores sostenes de Leo.
De momento, con 10 puntos de ventaja el fútbol de quilates puede esperar. La diferencia entre ambos en el juego no es tan grande como la que señala la tabla, pero a los culés les basta para llevar a distancia al Madrid. A un Madrid perplejo: en ataque, donde siempre encontró las soluciones, ahora tiene un problemón. ¿Cuestión de rachas, que apuntarían los castizos? Quizá. Pero también subrayan los ortodoxos que el gol no se entrena, es inspiración. De ser así, las musas han desaparecido o están por Londres. Ya lo dijo Cristiano: “Con Morata, Pepe y James éramos más fuertes”. ¿Y no será también que él es algo más débil? Las carreras, por formidables que hayan sido, dan plaza para la eternidad, pero no son eternas. Ocurre que con Cristiano bien merece una espera. Aunque a este Madrid se le está haciendo muy larga. ¡Pero cualquiera se lo dice a CR!
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