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Ibrahimovic reaparece después de siete meses

El futbolista sueco supera a sus 36 años una grave lesión de rodilla y se postula como una opción para la mediapunta del Manchester United

Remate de Ibrahimovic durante su reaparición con el Manchester United.
Remate de Ibrahimovic durante su reaparición con el Manchester United.OLI SCARFF (AFP)

Aquel 20 de abril hubo quienes vaticinaron su adiós. Tenía una rodilla destrozada e iba camino de los 36 años, de los cuales más de la mitad habían transcurrido en el fútbol profesional bajo la exigencia de saberse una estrella. No contaban con su rebeldía, la de Zlatan Ibrahimovic. Demasiado ego como para que no fuese él quien decidiese cuándo y cómo. “Vuelvo para acabar el trabajo que empecé”, anunció cuando se supo que volvería a jugar con el Manchester United. También dijeron que lo haría en enero o como muy pronto a final de año. Lo hizo este sábado, en noviembre, menos de siete meses después de romperse el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha. Dice su representante, Mino Raiola, que los doctores que le operaron en Pittsburgh jamás habían visto una articulación similar y que le pidieron que cuando se retire vuelva por allí para estudiarla a fondo.

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Todo es hiperbólico en Ibrahimovic, incluso Raiola. Nada es previsible en un genio futbolístico que ahora asegura que puede reinventarse. El futbolista sueco dispuso de un cuarto de hora ante el Newcastle para reivindicar que puede abarcar más campo que antes de la lesión. Lo barruntaba desde que en verano Rooney regresó al Everton y Lukaku, nada más aterrizar en Manchester, le preguntó si tenía algún problema en cederle el dorsal número nueve. Ibra quería el diez y no lo llevaba desde que se había marchado del París Saint-Germain. “Durante este tiempo tenía que respetar a quienes ya lo tenían, pero quienes pasan a la historia son los que llevan el diez, los que marcan la diferencia”, explicó esta semana en una entrevista difundida por uno de sus patrocinadores suecos. “El diez es el líder”, sentenció. Pero no se trata apenas de una cuestión numérica. Ibrahimovic entiende que ahora es tiempo de alejarse del área y ejercer como mediapunta, como lanzador de Lukaku. Justo ahí le concedió minutos Mourinho en su reaparición. “Me veo en esa posición”, explica el futbolista. Donde no le ven sus compatriotas es en el Mundial: diversas encuestas publicadas en la prensa sueca indican que una mayoritaria corriente proclive a que no refuerce a la selección en Rusia. Tras lograr la clasificación en Italia le preguntaron al seleccionador Jane Andersson si valoraba esa opción y se enojó. “Me hacen preguntas por un futbolista que hace año y medio que no juega con nosotros. Los protagonistas están aquí”, clamó en la sala de prensa de San Siro.

La nueva vocación de Ibrahimovic tiene también una explicación utilitarista. El Manchester United invirtió este verano 85 millones de euros en incorporar a Lukaku, un fornido delantero que comenzó la liga como un cohete, con siete goles en siete partidos, pero que entró en barbecho el 30 de septiembre. Lukaku ha disputado hasta ahora todos los minutos y es indiscutible para Mourinho, que ha deslizado algún lamento por no tener alternativa para rotarlo. Ante el Newcastle regresó al gol antes de intentar acoplarse a su nuevo compañero en la mediapunta. Ahí había comenzado el partido Juan Mata, donde también evolucionó durante las últimas semanas el armenio Mkhitaryan. Y no empezó bien el United, en el que también reaparecía Pogba, tras dos meses de baja. Marcó de inicio el Newcastle, pero antes del descanso ya le habían remontado con dos centros y dos testarazos, uno de Martial y otro de Smalling. Luego sentenciaron Lukaku y Pogba antes de que Ibrahimovic dejase para la foto una de sus características media chilenas.

A ocho puntos del Manchester City

El United superó con ese final feliz una situación crítica porque pudo haber acabado la jornada a once puntos del líder, el Manchester City. La leyenda del deporte se ha forjado a partir de la contraposición y el duelo entre estilos. Ahí están Pep Guardiola y Jose Mourinho para perpetuar la tradición, antes en los campos españoles, ahora en los ingleses. Sus dos maneras de entender el fútbol se evidenciaron en una jornada que el equipo de Guardiola comenzó a resolver con un gol propio de virtuosos.

Leroy Sane, del Manchester City, supera a Simpson, del Leicester.
Leroy Sane, del Manchester City, supera a Simpson, del Leicester.M. R. (Getty Images)

“Para Guardiola el rondo es la obra maestra del fútbol”, asegura su pupilo Kevin de Bruyne. Eso fue el primer tanto del City en Leicester, un maravilloso rondo culminado por Gabriel Jesus. Ocurre que el City es un rodillo, de 18 partidos oficiales que ha disputado esta temporada ha vencido en 16 y empató los otros dos, uno de ellos contra el Wolwerhampton en la Copa de la Liga antes de superarlo en los penaltis. Los 52 goles que ha festejado le llevan a una media superior a los tres por partido y apenas encajó 11. Nadie combina más ni maneja la pelota durante más tiempo porque se va más allá del 65% de posesión y solo el frenético Liverpool que promueve Jürgen Klopp maneja más veces el gatillo. Con todo, el City tira a gol una media de 18 veces por partido.

En Leicester bajó esa producción si bien dispuso aún más de la pelota (74%), pero le bastaron doce intentos para marcar dos goles y llevarse los puntos en un desplazamiento en el que tuvo que picar piedra durante bastantes minutos hasta que al filo del descanso brotó medio minuto de magia a uno o dos toques mientras el Leicester perseguía la pelota. Justo después del receso sentenció De Bruyne con un estrepitoso disparo que entró por la escuadra. Guardiola rescató al final que sus chicos apenas concedieron ocasiones al rival, que remató una vez al palo, pero nunca a puerta.

No es la primera vez que el City empieza a todo trapo. Lo hizo en 2011 cuando comenzó torcido en la Champions, pero en la Premier sumó los mismos 34 puntos que ahora en sus primeros doce partidos. Pero entonces apenas distanciaba en cinco puntos a su perseguidor, el Manchester United. Ahora el equipo manda en la competición doméstica con su rival a ocho puntos y en la continental, en la que ha ganado los cuatro partidos que ha jugado hasta ahora y visita el próximo miércoles al Shakhtar. “Es el mejor equipo de Europa”, zanja Claude Puel, el técnico del Leicester.

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