Porzingis recupera la autoestima de los Knicks
El jugador letón da espectáculo, decide y es el segundo máximo anotador de la NBA con una media de 30 puntos
Los abucheos en el Barclays Center de Brooklyn en junio de 2015 en el draft en que fue elegido cuarto por los Knicks se han transformado en cánticos de “¡MVP!” en el Madison Square Garden de Nueva York. Kristaps Porzingis, el ala-pívot letón que se formaba en el Sevilla desde que tenía 15 años y del que los aficionados de la NBA apenas sabían nada hace dos años y medio, acabó seduciendo a la afición del Madison Square Garden. Pronto auguraron que podía convertirse en el nuevo Nowitzki.
Pero la pasada temporada volvió a tener sus más y sus menos en Nueva York. El equipo siguió sumido en su decepcionante trayectoria, siempre con un balance negativo y fuera de los playoffs desde 2013, y de polémica en polémica. Las últimas desembocaron en la ruptura de la ambiciosa apuesta por Phil Jackson como director de operaciones y la salida de Carmelo Anthony, que fichó por Oklahoma Thunder. Antes de ser despedido, el exentrenador de los Bulls y de los Lakers admitió haber sopesado el traspaso de Porzingis y haber dudado sobre su capacidad para liderar sin la ayuda de Melo.
El hermano y agente de Porzingis, Janis, realizó unas declaraciones en las que valoró la posibilidad de que Kristaps abandonase los Knicks. Cuando empezó la temporada, Porzingis corrió un tupido velo. Su entrenador Jeff Hornacek se vio reconfortado por el resultado del trabajo físico de su pupilo este verano. Además de abanderar a la selección de su país hasta los cuartos de final del Eurobasket, solo superada por Eslovenia, luego campeona, el 6 de los Knicks ganó fuerza sin perder rapidez, sobre todo en su tren inferior.
Los Knicks empezaron tan mal como casi siempre. Tres derrotas en los tres primeros partidos. Pero desde entonces, su trayectoria ha sido casi impecable: seis victorias en los siete siguientes encuentros. En los dos últimos, remontó 19 puntos ante Indiana (108-101) y 15, el martes, ante Charlotte (118-113). Y Porzingis, más líder que nunca. “La fuerza y la potencia que he ganado me ayudan mucho. Me ayudan a tirar con más equilibrio, a pesar de que a menudo tengo a mis rivales muy encima. Pero ahora soy capaz de ejecutar a pesar del contacto físico”. Tras perderse 16 partidos la pasada temporada a causa de una lesión, Porzingis contrató el pasado verano al preparador físico del Betis, Manolo Valdivieso, con el que ya había trabajado durante su etapa en Sevilla.
En ese partido ante Charlotte, el Madison Square Garden coreó “¡MVP!” para premiar la extraordinaria actuación de Porzingis: 28 puntos, siete en los dos últimos minutos y medio y un triple decisivo. El Unicornio, como le apodan, suma 300 puntos en los diez primeros encuentros de la temporada, más que ningún otro jugador en la historia de los Knicks, superando a Bernard King (298 en el ejercicio 1984-1985), Patrick Ewing (285) y Carmelo Anthony (266).
Porzingis, a sus 22 años, y en su tercera temporada en la NBA, se ha encaramado a la segunda posición de la lista de máximos anotadores, con una media de 30 puntos, solo superado por otro europeo, el griego Giannis Antetokounmpo (Milwaukee), que promedia 31,9. Porzingis casi dobla su promedio anotador de la pasada temporada (18,1) y ha mejorado también el de rebotes (7,8) y el de tapones (2,2).
Preguntado sobre los cánticos de MVP que le dedicó la afición, Porzingis puntualiza: “No pienso demasiado en eso. Dije que era uno de mis objetivos, pero no esta temporada. Creo que tengo la oportunidad de ser el mejor jugador defensivo del año y también estar en el all star, pero todo eso podrá llegar si ganamos partidos. Estoy feliz siempre y cuando juguemos de esta manera”. Los Knicks, en los que Willy Hernangómez sigue sin contar con minutos, suman seis victorias y cuatro derrotas y están en posiciones de playoffs. Ese es su objetivo.
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