El gol, un misterio en la Liga
Tres de los mayores realizadores del campeonato, Cristiano, Suárez y Griezmann, están peleados con las redes este curso. Varios exdelanteros analizan cómo escapar de la ansiedad por marcar
La persecución continua por alcanzar el gol discurre por caminos dispares. Mientras que para gran parte de los futbolistas sucede como la culminación de un éxito ocasional, variable pero carente de un corte secuencial, para cualquier nueve del mundo su conquista llega a adquirir tintes nutricionales. No hay mejor alimento para una estirpe que condiciona su supervivencia en la colecta de un elemento que se comporta de la misma forma caprichosa que un imán. Atrae y repele elementos de manera imperturbable. Obsesiona de forma inevitable.
Habitan en la Liga española futbolistas acostumbrados al empacho goleador como Luis Suárez, Cristiano Ronaldo, Benzema y Griezmann, que, sin embargo, acumulan hasta el momento registros desconocidos: un tanto CR y Benzema, dos el rojiblanco y tres el azulgrana. Entre todos ellos tan solo suman siete dianas —cinco menos que Messi— en las 11 jornadas de campeonato, lo que les ha proporcionado una estampa atormentada que preocupa irremediablemente a los responsables de sus clubes. No así a sus antepasados.
“El jugador que tiene instinto y olfato no los pierde nunca”, señala Dani Ruiz Bazán, histórico goleador del Athletic en la década de los setenta y los ochenta. 147 goles convertidos en Primera con la camiseta rojiblanca le permiten observar la situación con gran cercanía. “El gol es una cosa innata”, asegura; “y aunque no se puede entrenar el jugador que lo tiene lo mantiene toda su vida”.
No hay pareja más ofensiva en la Liga que la formada por Rodrigo y Zaza en el Valencia. Entre ambos suman 16 goles, uno más que Messi y Luis Suárez en el Barcelona (12 y tres, respectivamente), 14 por delante de Benzema y Cristiano Ronaldo con el Madrid (2), y 10 más que Griezmann y Correa con el Atlético (6). Bacca y Bakambu, con 11, ocupan el tercer escalón con el Villarreal.
“Llevar tiempo sin hacer gol puede llevarte a que confundas las cosas”, apunta Ismael Urzaiz, 131 dianas en 17 temporadas en Primera con Albacete, Celta, Rayo Vallecano, Espanyol y Athletic. “La clave está en olvidarse solo de marcar. Fallar ocasiones clarísimas puede repercutir en que no hagas el trabajo que te lleva hasta el gol, que te dediques solo a generar ocasiones para ti y no lo hagas para los demás”, señala. “Los delanteros viven del gol y no se puede omitir, pero si no haces el trabajo completo no vas a tener una cosa ni la otra”.
Una sequía sin comparación en Europa
Las grandes ligas del viejo continente no experimentan este retroceso en la consecución de goles de sus principales estrellas. El máximo anotador de Europa es en la actualidad el delantero del Nápoles Ciro Immobile, que contabiliza 14 dianas. Un tanto por detrás se sitúa Edinson Cavani, del PSG, con 13. El mismo número de goles ha cosechado con el Benfica el ariete brasileño Jonas, pichichi en la liga portuguesa. Con un bagaje similar se sitúa Robert Lewandowski en el Bayern de Múnich, que acumula 11 tantos, uno más que Aubameyang con el Borussia Dortmund (10). En Inglaterra Harry Kane y Agüero, con ocho, se encuentran en lo más alto.
Al Matador Mario Kempes la obsesión por marcar le llevó a lograr 126 goles durante su etapa en el Valencia y el Hércules. “Con trabajo y tranquilidad estas rachas se terminan. Pueden durar mucho, pero no son para siempre”, relata con la misma calma que el resto de sus colegas. “El respaldo del entrenador y de los compañeros es importantísimo en estos momentos. Ellos te conocen, saben la ansiedad que están pasando”, añade.
A ninguno de los tres se le escapa que la dinámica general del equipo tiende tanto a arropar como a destapar las carencias individuales. “En el caso de Griezmann, considero que su ayuda en las distintas líneas del equipo le hace estar en zonas más alejadas de la portería contraria respecto a los otros; y ese desgaste puede hacer que no te alcancen las fuerzas para llegar arriba con capacidad para desequilibrar”, apunta Urzaiz.
El orgullo del ‘nueve’
“A Luisito Suárez tampoco es que el juego del Barcelona le esté beneficiando. La salida de Neymar le ha influido porque que era un complemento muy especial. Lo que tampoco es normal es que esté fallando ocasiones muy claras de gol”, se suma Kempes, que sitúa a Cristiano en un estadio superior de ansiedad que sus rivales. “Cuando no puede hacer goles dentro del área le pega de cualquier lado, esté en buena posición o no, porque él vive pendiente del gol y se fastidia cuando tiene la oportunidad y la desperdicia”.
La medicina solo reconoce la ansiedad como una enfermedad en los casos más graves, cuando se vuelve inmanejable y patológica, teniendo el paciente una sensación de angustia permanente. “Te pones más nervioso, más tenso en el campo y las cosas te salen peor. Es un problema ineludible, no lo puedes soportar porque no es algo que quieras tener, pero tienes que ser consciente de que se te irá quitando a medida que te vayan saliendo las cosas bien. A veces bastan dos jornadas para que se solucione”, apunta Dani.
“Si haces bien las cosas el gol acaba cayendo. Si te obsesionas y solo quieres llegar hasta él se convierte en una espada de Damocles que se te vuelve en contra”, añade Urzaiz. “Ese amor propio que tienen los nueves es innegable, pero a veces la mala suerte hay que llevarla con tranquilidad, porque los goles ya vendrán de vuelta”, zanja Kempes.
Y en esa travesía se encuentran ahora todos ellos, esperando a que regrese la vieja rutina del gol.
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