El Real Madrid de Laso esprinta en el inicio del maratón

Con Pablo Laso en el banquillo, el Real Madrid ha alcanzado cuatro veces la Final Four en los últimos cinco años. Ganó la de 2015, y perdió las finales de 2013 y 2014 y la semifinal de la pasada edición. En esas tres derrotas concluyó la temporada europea con mejor balance de partidos ganados y perdidos que el campeón del torneo. Con una regularidad competitiva a prueba de calendarios claustrofóbicos, los blancos han vuelto a marcar territorio este curso con un mes de octubre impecable y esta noche se miden al Khimki de Bartzokas (21.00, Movistar+ Deportes) en busca de la undécima victoria consecutiva en competición oficial. Todo a pesar de las bajas (Llull, Kuzmic, Randolph, Thompkins, y hasta Taylor en el último partido).

“¿Está el Madrid demasiado bien demasiado pronto?”, le preguntaron a Laso antes de recibir a la tropa de Alexey Shved en la quinta jornada de la Euroliga. “Hemos conseguido buenos resultados y la sensación del equipo es positiva, pero nos queda mucho por mejorar. Yo no me veo tan bien. Hemos hecho cosas bien, pero esto es muy largo”, respondió el técnico madridista. La temporada pasada rebajó la importancia de liderar el maratón de 30 jornadas antes del top 8, puesto que tanto Madrid como CSKA, primero y segundo en la Liga regular, acabaron disputando la final de consolación en Estambul. El título se lo llevó el Fenerbahçe, que acabó con 12 derrotas la primera fase —cinco más que los blancos y solo dos menos que el noveno clasificado— y tuvo el factor cancha en contra en cuartos. “Visto lo visto no hay mucha diferencia entre ser primero o cuarto. Pero aquí la exigencia aquí es competir todos los días al máximo. Aquí cada minuto es decisivo”, prosigue Laso tras otro inicio perfecto, como los de la temporada 2013-14 (el año de los récords, con un 31-0 de inicio) y la 2014-15. Ese curso, el Madrid comenzó con un notable balance de 12-0. Sin embargo, a mediados de noviembre comenzó una crisis de resultados con ocho victorias y seis derrotas antes de acabar el año. Los blancos escaparon del atolladero y lo ganaron todo después.

El vestuario tiene tan interiorizada la idea de aprender los ciclos competitivos como de responder a la exigencia. “Lo principal es saber administrarnos durante la temporada regular. Con tantos viajes bajará la intensidad de los entrenamientos. Es en lo que está poniendo empeño el cuerpo técnico, los físios y el doctor para que no nos pase lo del año pasado. Sabíamos que el nuevo formato de la Euroliga era complicado pero no sabíamos que consecuencias iba a tener al final de temporada. Las sufrimos y esperemos que este año no nos pase”, explicó Gustavo Ayón antes del comienzo de la tralla con cinco partidos en 10 días entre el 19 y el 28 de octubre. El primero de los muchos esprines que esperan este curso.

“¿Alguien ha preguntado a Marc Gasol si va a venir a las ventanas?”

En la primera temporada de Laso, el Madrid disputó 66 partidos, la pasada alcanzó los 83 y la presente aspira a una cifra similar. “Sería buena señal”, apunta Laso. “Los jugadores siempre mejoran mucho con el trabajo, pero ahora también lo hacen con el descanso. Necesitamos una plantilla amplia y eso te cambia el estilo de entrenamiento. No es lo mismo trabajar con 10 jugadores que con 15 o más. Ha cambiado mi trabajo en este tiempo, pero los entrenadores estamos obligados a adaptarnos no solo año a año sino día a día”, desarrolla el entrenador blanco, que, a la espera del fichaje que supla a Kuzmic, está cerca de recuperar a Randolph —“si fuera por él jugaría mañana [por hoy]”—.

“Esto no para. Tenemos que seguir mejorando y creciendo conforme avance la competición”, ambicionó Laso, que dejó un recado a la FIBA. “Mis jugadores no me han dicho nada de las ventanas. Nosotros tenemos partido. No me interesa mucho esta historia. ¿Alguien ha preguntado a Marc Gasol si va a venir? ¿Él ni viene ni está convocado, verdad? No tengo nada más que decir”.