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El Murcia hace historia ante un Barça en caída libre

El equipo de Ibon Navarro gana por primera vez en el Palau a un rival que suma su quinta derrota seguida

Robert Álvarez
Heurtel hace jugada ante Kloof.
Heurtel hace jugada ante Kloof. Alberto Estévez (EFE)

El Barcelona cumplió su primer mes de la nueva etapa con Sito Alonso en el banquillo haciendo recordar la funesta etapa con Georgios Bartzokas. El UCAM Murcia ganó en el Palau Blaugrana (94-97) con un juego majestuoso, decidido, afinadísimo y muy solidario. Hizo historia. Fue su primera victoria en la cancha del Barcelona. Sus 18 anteriores visitas se habían saldado siempre con triunfo del equipo azulgrana.

Pero este Barcelona se ha convertido de repente en un equipo vulnerable, tímido, inseguro. Lo delatan sus cinco derrotas consecutivas. En esta ocasión, el desastre iba camino de ser concluyente, con un 75-89 a menos de cuatro minutos para el final, pero en un esfuerzo postrero, a la heroica y con una presión que hizo mella en los nervios del equipo murciano, el Barcelona rozó la remontada (93-95). Se quedó es eso.

BARCELONA, 94; UCAM MURCIA, 97

Barcelona Lassa: Heurtel (28), Pau Ribas (8), Hanga (7), Moerman (2), Séraphin (14) –equipo inicial-; Pressey (16), Vezenkov (11), Oriola (2), Koponen (6), Tomic (0) y Navarro (0).

UCAM Murcia: Kloof (14), Oleson (6), Rojas (8), Lukovic (8), Tumba (2) –equipo inicial-; Urtasun (18), Martín (0), Hanna (7), Faverani (0), Delia (7), Soko (8) y Benite (19).

Parciales: 21-23, 27-27, 19-25 y 27-22.

Árbitros: Jiménez, Castillo y Sacristán.

Palau Blaugrana. 4.719 espectadores.

El Murcia mereció la victoria porque lo bordó en el Palau. Lo hizo casi todo bien, con una soltura y determinación que se resume en su asombroso acierto en los triples y la agresividad ofensiva de Urtasun, Benite y Kloof. Ibon Navarro planteó el partido con una perfecta estrategia ofensiva. Su equipo movió el balón con rapidez y soltura, pero sin precipitación. Explotó a base de bien los tiros desde larga distancia (14 de 33 triples), pero casi siempre fruto de una sucesión de combinaciones que maduraban cada una de sus jugadas y provocaban que la defensa azulgrana perdiera la paciencia y la compostura.

El Barcelona se mantuvo en el partido gracias a los alardes individuales de un Heurtel en vena de aciertos y en menor medida de Séraphin. La mala defensa, la acumulación de faltas que concedían tiros libres del Murcia (anotó 27 de los 35 que lanzó), las malas transiciones de ataque a defensa, la floja puesta en escena de Hanga, Navarro y Pau Ribas, sentaron las bases por las que iba a transcurrir el juego (28-34 y poco después 33-43).

El Barcelona remontó, pero el Murcia no cambió su forma de jugar y encontró una vez a Urtasun, otra a Kloof, otra a Benite. Todos y cada uno de sus jugadores aportaron a su equipo con la misma decisión. Oleson hizo daño a su exequipo con dos triples seguidos, Tumba, Rojas, Lukovic, Hanna, Delia, Soko…

El Barcelona no encontraba un minuto de sosiego ante la que se le venía encima. Solo en la desesperación, con una meritoria presión por toda la cancha, reaccionó el Barcelona. Se sucedieron las pérdidas y la ventaja del Murcia estuvo a punto de esfumarse (93-94). A falta de diez segundos, Urtasun lanzó dos tiros libres y falló el segundo, pero el rebote lo capturó Soko en una acción que remató anotando los dos tiros libres de los que dispuso. El Murcia hizo historia en el Palau y el Barcelona se quedó en estado de choque.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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