Todos al ataque en MotoGP
Márquez es el piloto mejor situado para una recta final de campeonato que se presupone tan animada como el año entero: “Nadie se puede permitir una estrategia”, dice Dovizioso
Marc Márquez tiene un gato en su garaje. Es un Maneki-neko, uno de esos gatos de la buena suerte tan populares en la cultura japonesa. “El año pasado me dio suerte, así que este año ya vuelve a estar plantado en el box”, cuenta entre risas. Hace un año, en este circuito de Motegi, a unas dos horas en coche de Tokio, Márquez se convirtió en campeón de MotoGP por tercera vez y a la primera oportunidad, mucho antes de lo que nadie esperaba. Necesitaba que fallaran sus rivales y la carambola se produjo: tanto Lorenzo como Rossi se cayeron camino del podio. Y él ganó la carrera y el título. “Quién sabe igual ya gasté toda la buena suerte el año pasado”, concede. Pero, por si acaso, el gato –todo este tiempo ha estado bajo el cuidado de la gente de Shoei, la marca de cascos con la que trabaja– vuelve a acompañarle en este gran premio de Japón en el que también pelea por el Mundial.
Claro que este curso las cosas son distintas. La competitividad es tan alta que el piloto de Honda cree que no se sabrá quién es el campeón hasta la última carrera, en Valencia, el 12 de noviembre. Las estadísticas explican que el 2017 es uno de los cursos más peleados de la historia reciente: las dos carreras en las que se registró menos distancia entre los 15 primeros clasificados fueron las de Aragón y Austria de este año (26 y 28 segundos, respectivamente) y entre el top 10 de las más apretadas hay cinco pruebas de este curso. Hasta mitad de temporada hubo cinco candidatos al título y se cambió hasta cinco veces de líder (cuatro pilotos pasaron por la cabeza de la tabla). Ahora son tres los favoritos reales: Dovizioso y Viñales, además de Márquez (aunque los hay todavía con opciones, como Pedrosa o Rossi). De todos ellos, el piloto de Honda es la referencia. Por cómo ganó las últimas dos carreras y porque ha sido competitivo en todos los escenarios posibles.
“La gente lo ve muy fácil, pero está todo muy apretado. Lo que me da un poquito de tranquilidad es que hasta ahora me he podido defender en todas las condiciones”, concede, como en un reclamo a ese Maneki-neko cuya buena fortuna debe acompañarle este fin de semana. Claro que tener 16 puntos de ventaja sobre Dovizioso y 28 sobre Viñales también ayuda. “En caso de error ellos se quedarían muy descolgados”, admite sin remilgos. Y añade: “Ser líder no me suma presión. Tendría más si fuese el perseguidor, porque en ese caso no puedes fallar. Me da tranquilidad haber ganado las últimas carreras y no me hace perder intensidad”.
Frente al de Honda, un piloto de Ducati cargado de experiencia y experiencias y uno de Yamaha necesitado de victorias. Y todos ellos, los tres, afrontan esta recta final del campeonato, con tres carreras en tres semanas (de Japón el Mundial viajará a Australia y a Malasia, sin descanso), con la misma mentalidad: “En estas últimas carreras todos iremos al ataque. Puede ocurrir de todo”, apunta Dovizioso. Y asume, como hacen sus rivales, que con tres carreras consecutivas en pistas tan diferentes y condiciones tan diversas, hacer una planificación es complicado. “Nadie se puede permitir plantear una estrategia de cara a estas tres carreras. Hay que analizar las cosas en función de cómo llegan y tratar de sacar el máximo”, añade.
Y está de acuerdo Márquez: “Es la tónica de toda la temporada: en circuitos en los que pensabas que irías muy bien, luego llegas el viernes y vas muy mal; y al revés. De momento, estamos en Japón y hay muchos factores que pueden influir en el resultado, sea el tiempo o la elección de neumáticos. A la mínima que tienes una oportunidad de sumar un punto más este año lo tienes que hacer. Ya lo dije en Misano. No sabes si ese punto lo echarás de menos luego en Valencia. Mi mentalidad sigue siendo la misma ahora”.
De los tres, el que está más descolgado del liderato es Viñales, el piloto que empezó dominando la pretemporada y el inicio del campeonato con dos victorias consecutivas. El poco conocimiento de la Yamaha y la dificultad para entender y acostumbrarse al rendimiento de los neumáticos le han pasado factura; además, como le ocurría a menudo a Lorenzo en los últimos cursos, tiembla cuando se nubla el cielo: el comportamiento de la M1 en lluvia está muy debajo de lo que debería y la goma trasera apenas ofrece agarre, un suplicio para el catalán, que ya está preocupado por el resultado de este gran premio de Japón. Las previsiones dicen que lloverá este fin de semana. “Y si en seco lo tenemos difícil imagínate en mojado, todavía más. Es muy difícil afrontar un fin de semana en estas circunstancias. Sabes cuáles son tus posibilidades y hasta dónde llega la moto”, concede. Aunque no pierde la esperanza: “Hasta que esto no termine, el campeonato está abierto y yo seguiré luchando por el Mundial”.
“Somos muy conscientes de que el campeonato se puede ganar o perder igual de fácil”, corrobora Márquez.
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