Las dos grandes derrotas en la Vuelta que Froome y Nibali no vieron venir
Ambos han visto como dos desconocidos, Juanjo Cobo y Chris Horner, les arrebataban la ronda española
A Froome y Nibali los separan 55 segundos en favor del primero, pero los une la misma espina del pasado, ambos fueron derrotados por ciclistas que no figuraban en el ránking de favoritos. En 2011, Froome se asomó al ciclismo internacional a través de la Vuelta a España. Era el gregario de lujo de Wiggins, algo así como el Moscón o Mikel Nieve o Poels actuales de Froome. A mitad de carrera, Wiggins se hundió y Froome recogió los galones del suelo. Todo apuntaba a que ganaría ese ciclista nacido en Kenia pero británico. Nadie contaba con Juanjo Cobo, el ciclista del Geox-TMC que resistió, uno a uno, todos los ataques de Froome y se adjudicó la Vuelta por unos pocos segundos.
Dos años después el calvario le llegó a Vincenzo Nibali, que había ganado la ronda española en 2010 con notable autoridad. Era, sin duda el favorito para repetir triunfo, pero se atravesó un americano singular, tanto que nació en Japón y ejercía de hippy en su forma de vivir. Pero lo más sorprendente es que ganó la Vuelta con 41 años partiendo del más absoluto anonimato. Le apodaban Chiquito porque su español recordaba al del humorista de Barbate. Fue una victoria épica y una ofensa para los ilustres del pelotón. Nibali y Valverde le acompañaron en el podio preguntándose qué habría podido ocurrir. Al año siguiente, su equipo lo borró de la carrera antes de que esta comenzara. Nunca se supo por qué. Pero en el recuerdo permanecerán siempre las ruedas de prensa y las declaraciones más divertidas que jamás haya dado un ciclista.
Froome y Nibali se encuentran ahora mano a mano en la Vuelta a España separados por 55 segundos. El italiano ha sido el principal atacante del británico. Le ha atacado bajando el Collado Bermejo en Alhama de Murcia y sus dos ataques en Calar Alto y en La Pandera han sido los más duros que ha sufrido Froome, aunque todo lo ha abortado con su respuesta sencilla: calma y potencia. Chaves, De la Cruz, Kelderman y Zakarin no han dicho su última palabra, pero su lucha parece más centrada en hacer compañía al británico y al italiano en el podio de Madrid. Contador, muy lejos en la general, a 3:19 minutos, es un pájaro libre que sobrevuela el pelotón disfrutando del vuelo.
Hasta ahora, Nibali y Froome se han convertido en dos sprinters de montaña: Uno se lo ganó el británico al italiano; el sábado se invirtió el resultado. Este domingo puede ser el tercer acto si el uno no tumba al otro en una etapa propicia para el éxito y para el fracaso. Con tres grandes puertos de montaña, o te elevas o te hundes.
En La Pandera, Froome reconoció que se había limitado a controlar a carrera, ahorrando energía para la temible etapa de hoy. Aún quedarán otros dos finales en alto: Los Machucos, en Cantabria, y el Angliru en Asturias. Y queda, antes de eso, el martes en Logroño, la contrarreloj de 40 kilómetros con la que sueña Froome para despegar a sus rivales. Pero Nibali ha demostrado su potencia y este domingo en Sierra Nevada volverá a la carga. Todo indica que el británico (sobre todo) o el italiano se sacaran la espina que llevan clavada.
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