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Luka Doncic y su otro bautismo de fuego

El base esloveno del Madrid, de 18 años, levanta expectación en su primer gran torneo de selecciones. Hoy debuta contra Polonia

Robert Álvarez
Doncic (17) y Muric (8) posan poco antes del Eurobasket.
Doncic (17) y Muric (8) posan poco antes del Eurobasket.Fiba.basketball

Luka Doncic vuelve a centrar todas las miradas. A sus 18 años ya está más que curtido. Siempre fue un niño genial y un deportista precoz. Desde que siendo casi un bebé su padre, Sasha, exjugador profesional, puso en sus manos un balón de baloncesto, no ha dejado de asombrar. Metía triples a los seis años, cuando los niños de su edad no llegaban al aro. Empezó a jugar muy pronto en su Liubliana natal con jugadores dos y tres años mayores que él. Con 13 años lo fichó el Real Madrid. En abril de 2015, con 16 años y dos meses, y midiendo ya dos metros, se convirtió en el jugador más joven en la historia del club en debutar en la Liga Endesa.

Siempre estuvo por encima de las expectativas, asombró, se ganó minutos de juego, protagonizó actuaciones a veces decisivas y empezó a coleccionar títulos ya de máximo nivel como la Liga y dos Copas del Rey. Hoy, en Helsinki ante Polonia (12.45, Be Mad), debutará en su primer gran torneo internacional con la selección eslovena absoluta. Ni siquiera en su estreno durante un amistoso pasó desapercibido. El pasado 30 de julio, en un partido de preparación ante una selección de universitarios rusos, anotó 14 puntos en 13 minutos.

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Los entrenadores de las categorías inferiores pulieron el diamante de El Niño Maravilla, tan capaz de atacar como un base como de defender como un alero. Y Pablo Laso, su técnico en el Real Madrid, acabó de darle muchos más minutos después de que Sergio Rodríguez regresara a la NBA la pasada temporada. “Nunca le he regalado nada. No necesito mimarle, no necesito apretarle, no necesito putearle. Le trato como a uno más. Es lo que se merece ser y será lo que quiera ser”, apuntaba Laso por entonces.

Antes de su eclosión en el primer equipo, durante el verano decidió entrenarse en Estados Unidos. Mejoró especialmente su tiro y tuvo ocasión de trabajar junto al NBA Kyrie Irving, uno de los jugadores a los que admira y de los que intenta aprender, al igual que de Llull y el francés De Colo.

El líder de la selección eslovena es Goran Dragic. Junto al base de Miami Heat, Doncic formará uno de los backcourts más interesantes del Eurobasket. Y junto a él tratará de dar a Eslovenia una medalla que no ha podido conseguir desde que obtuvo la independencia hace 26 años. Ese será su principal objetivo antes de reintegrarse a las filas del Real Madrid en una temporada en la que su papel adquirirá todavía más importancia para el equipo dada la baja de Sergio Llull durante los primeros meses de competición debido a la grave lesión de ligamentos que sufrió en un amistoso con la selección el 11 de agosto.

Mientras, continúan creciendo las expectativas de que Doncic sea elegido en una de las primeras posiciones del draft de la NBA en 2018. “No tengo prisa por ir a la NBA”, declaraba Doncic hace unos meses a EL PAÍS. “No lo he pensado mucho todavía. El Real Madrid es el mejor club de Europa y estoy muy, muy, contento aquí”. Su misión, aquí y ahora, se centra en el equipo esloveno, al que desea situar en un podio que no pudieron alcanzar varias generaciones de excelentes jugadores. Y para ello contará también con la ayuda de otro jugador del Real Madrid, Anthony Randolph, el pívot estadounidense nacido en Alemania y con pasaporte esloveno.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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