Kyrie Irving ficha por los Celtics y los Cavs se quedan con Isaiah Thomas

Cuando en las finales de la NBA de 2016 Golden State Warriors dominaba las series con facilidad, con un 3-1 que casi anticipaba otro título para Curry y compañía, emergió la figura de Kyrie Irving, el base de los Cleveland Cavaliers, para unirse a LeBron James y remontar con tres victorias consecutivas que dieron el primer título para la franquicia de Ohio: lo nunca visto.

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Antes de esa exhibición, Irving ya tenía estatus de estrella de la NBA, pero sus tres últimos años con LeBron hicieron demasiada sombra en su ego y desde que acabó la última temporada barruntaba una salida de Cleveland. Y el traspaso se concretó ayer, pero de la forma que nadie esperaba: Irving jugará en los Boston Celtics, que ofrecieron a cambio a su base estrella Isaiah Thomas. Un movimiento que remueve los cimientos de la Conferencia Este de la NBA.

Los dos equipos que protagonizan este traspaso son, de largo, los más fuertes del lado oriental de la liga, los que se jugaron el pase a la final el curso pasado. Los Cavaliers pasaron por encima de los Celtics con relativa facilidad, dejando patente que los verdes necesitaban una vuelta de tuerca para competir contra LeBron y sus secuaces. El giro lo pueden dar con Irving.

A Cleveland llegará otro base con vitola de estrella, sobre todo por lo que hizo la temporada pasada en Boston, donde promedió casi 29 puntos. Thomas es un jugador hecho a sí mismo. Fue elegido en el puesto 60º del draft de 2011, el mismo en el que Irving salió como número uno. Año a año incrementó su cuota de protagonismo hasta colarse entre los mejores en las dos últimas temporadas. Es un base jugón y anotador, lejos en teoría de lo que siempre ha demandado LeBron James en sus equipos: escuderos con buen lanzamiento que esperen sus asistencias en el perímetro. En la operación, Cleveland también recibe a Jae Crowder y Ante Zizic, piezas valiosas para tener una buena rotación. 

Y como siempre pasa con este tipo de traspasos, queda saber quién sale ganando. La respuesta no es fácil a priori. Ambas franquicias obtienen dos estrellas. Boston acoge a un jugador con hambre de títulos y de protagonismo, un hombre capaz de asumir el liderazgo de un equipo que lleva tiempo lejos de ser aspirante a un título.

En los Celtics, Irving se juntará con Gordon Hayward, un alero recién llegado de Utah que puede ser su lugarteniente. En Cleveland el panorama es más dudoso. Thomas acaba su contrato en 2018 y James podría cancelarlo también ese verano. De momento se han asegurado un año más en la pelea y si las estrellas no siguen, tendrán margen salarial para fichar y reconstruir.