Una asamblea sin clubes profesionales y sin cuentas
La gran reunión del fútbol español no sometió a voto las cuestiones económicas ni las reformas estatuarias previstas
Las consecuencias de la Operación Soule desembocaron este miércoles en la asamblea del fútbol español más cuestionada y esperpéntica que se recuerda en los últimos años. Los asambleístas no pudieron recibir al presidente encarcelado en pie y con aplausos al ritmo del Nada fue un error, del compositor y cantante argentino Coti como tenían previsto la semana pasada. Por entonces, sus directivos más afines propagaban antes de que fuera dictado el auto de prisión que Villar saldría libre y sin cargos de su detención.
Sí hubo lo que puede interpretarse como un homenaje subliminal al presidente reo al escucharse el With or without you, de U2 (Contigo o sin ti) y el I will survive (Sobreviviré), de Gloria Gaynor. Con Villar en prisión y suspendido de sus funciones por el CSD, fue el tesorero Juan Luis Larrea el que presidió la asamblea. Villar no dejó nombrados los cargos de la junta directiva porque, según fuentes federativas, quiso aguantar hasta el último momento para nombrar a Juan Padrón como vicepresidente, pero ya sin funciones. Padrón se había distanciado mucho de Villar desde que este no le dejara presidir la junta gestora que tuteló la Federación durante el último proceso electoral.
Sin vicepresidentes, los estatutos son los que han situado a Larrea como presidente en funciones. Su figura está marcada por su implicación en el caso Haití. Larrea firmó una carta en el verano de 2016 en la que aseguraba al Consejo Superior de Deportes (CSD) que los gastos de la subvención estaban bien justificados.
Cuando Villar también fue preguntado por este periódico que cómo era posible que no supiera nada de las irregularidades en la subvención pese a las cartas que le había enviado el CSD comunicándole que debía devolver el dinero por las irregularidades en la justificación, la respuesta fue: “El tesorero y el administrador general me decían que todo estaba bien”.
Con el controvertido Larrea presidiendo, con la gran mayoría de los clubes profesionales ausentes, salvo el Atlético y el Espanyol, la asamblea no sometió a votación las cuentas ni tampoco la reforma de los estatutos por la cual el presidente dejaría de tener poder ejecutivo.
“Nos ha parecido oportuno trabajar unos días más con los auditores y presentar unas cuentas que no tengan ninguna mancha y se aprueben debidamente”, explicó Larrea. La pregunta es si las que tenían preparadas la semana anterior no eran lo suficientemente claras como para tener que repetir la asamblea el próximo lunes para aprobarlas.
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