Mikel Landa: “Se me sacrificó sin sacar ningún beneficio para el equipo”
Cuarto, a 1s del podio, el español habla de su mejor Tour y de sus peores emociones. Y del futuro, en un equipo que no será el Sky
El mejor ciclista español del Tour durmió mal la última semana de la carrera. El desasosiego que se quitaba el sueño lo identificaba, la frustración por no haber podido estar a la altura de sus piernas, por haber acabado las etapas con la sensación de haber dejado en el aire lo que podría haber ocurrido y nunca ocurrió; y también conocía la razón del malestar: la manera con la que su líder, Chris Froome, había impuesto su jerarquía; la solución no la encontraba. La noche del sábado, Mikel Landa (Murgia, Álava, diciembre de 1989) sale un rato del remolque-comedor donde el Sky celebraba la victoria del cuarto Tour de Chris Froome con un menú especial, hamburguesas y cervezas, y habla de su mejor Tour y de sus peores emociones. Y del futuro, en un equipo que no será el Sky pero cuyo nombre no puede desvelar hasta el 1 de agosto.
Pregunta. ¿Ha terminado el Tour como terminó el Giro de 2015, lamentando estar donde se debe y no donde se quiere? ¿Es su sino?
Respuesta. Tengo esas sensación, sí, de no haber podido jugar mis bazas, de no haber... de haberlo dado todo, sí, pero de no haber llegado a dónde debería haber llegado.
P. En el Astana sufrió ese problema, y después eligió Sky. ¿En cierta forma buscaba usted equipos en los que no fuera líder para eludir esa responsabilidad?
R. En cada momento he buscado a lo que podía aspirar. Llegué al Astana desde el Euskaltel, no era el corredor que soy ahora y no podía exigir ser un líder; al Sky llegué con la condición de líder para el Giro, y se me respetó más o menos [el segundo Giro compartió de entrada liderazgo con Geraint Thomas], y aquí, al Tour, he venido como gregario. Tampoco podría estar en desacuerdo porque ya sabía antes de venir a a lo que venía.
P. Entonces, ¿la frustración?
R. Me da pena porque en ningún momento se ha visto peligrar el Tour de Froome, pero yo no he tenido esa recompensa o ese premio...
P. Supongo que se refiere a la etapa del Izoard, en la que usted atacó y Froome le alcanzó llevando a rueda a Bardet y Urán, sus rivales para el podio...
R. Si no habían venido antes a por mí, creo que era porque no podían, y tampoco se ponían de acuerdo para echarme mano a relevos. Ese fue uno de los días clave.
P. ¿Lo habló con Froome? ¿Cómo ha sido la relación entre ustedes?
R. Desde el primer momento, Brailsford, el jefe del Sky, manejó muy bien la situación, nos obligó a comunicarnos mucho, a no guardarnos nada, y por mi parte, y supongo que por la suya también, lo hemos hablado todo para que no hubiera malos rollos. Veníamos todos a una, y así ha sido.
P. Durante de este Tour, su figura, antes solo reconocida por los aficionados al ciclismo, se ha hecho popular entre la sociedad. ¿Cómo le afecta?
R. Llegué al Tour con muchas dudas. ¿Cómo iba a estar? ¿Cómo no iba a estar? La primera semana tocó sufrir porque no estaba del todo bien pero tenía que pelear para estar arriba en la general para ser un corredor clave. La segunda semana he tenido unas piernas muy buenas, y esta última, pues ya he notado un poquito el Giro. Y todo, en efecto, me ha reforzado. Y la fortaleza que he tenido tanto en el Giro como aquí marca un punto y aparte, sí.
P. ¿La fortaleza física ha propiciado un cambio mental, entonces?
R. Sí, me ha dado más confianza en mí mismo a nivel mental, porque he visto que en dos grandes he sido capaz de mantener la concentración, y eso va a ser muy importante. Y veo también que las oportunidades van pasando y tengo ganas de pelearlas yo, y que pase lo que tenga que pasar.
P. Siempre se ha dicho que los 27 años es la edad de madurez de los ciclistas, cuando se deja de hacer bobadas y se decide lo que se quiere ser...
R. Me ha llegado ese momento. Al igual que no necesito que se me recuerde como ganador de esto o aquello, tampoco quiero que se me recuerde como aquel que podía haber sido y no fue, aquel que tenía un Giro o un Tour en las piernas y no lo ganó. me gustaría alguna vez ganarlo, o intentarlo al menos, y si llega el fracaso o el éxito, que sea por cosa mía.
P. Siempre habla del Giro y no del Tour, cuando acaba de demostrar que es un hombre Tour.
R. En ese aspecto tengo que estar muy agradecido al Sky. En un equipo tan fuerte estás obligado a estar metido todos los días, y eso te hace, te ayuda a saber afrontar la tensión del Tour, y veremos después. Si soy Giro o Tour los recorridos de cada año lo irán perfilando.
P. Su futuro equipo, si lo ficha como estrella y le paga acorde, lógicamente le pedirá que brille en el Tour, la carrera más importante... A no ser que no lo diga para no molestar a los corredores que ya están allí
R. Sí, sí, en todos los equipos ya hay líderes asentados, pero creo que hay calendario para repartir y, de todas maneras, el jefe lo sabrá gestionar.
P. ¿No podría repetirse el problema? Usted llega después del Giro al Tour como lugarteniente y, de repente, ve que anda más que el líder...
R. No me gustaría estar en esta situación otra vez, tan frustrante...
P. Ahora que ha roto en España la barrera de la popularidad, que ha salido del pequeño mundo de ciclismo, ¿cree que ha llegado el momento de volver a un equipo español?
R. Es algo que hay que tener en cuenta. El Astana era un bloque italiano que apostó por los italianos; el Sky es británico con líder británico... Sea lo que sea, más que nada lo importante es que el jefe apueste por mí, que sea su ojito derecho...
P. Y estaría más cerca de la afición, que tanto le quiere.
R. Al final me siento querido esté donde está. En Italia me he sentido muy querido siempre... Pero sí que es verdad que como en España no me van a querer en ningún lado.
P. Además, llega usted en un momento en el que las figuras empiezan a envejecer. Contador está en la cuenta atrás, Valverde se acerca a los 38... ¿Usted será la figura de la nueva generación?
R. Quizás se esté buscando más que nunca un relevo. En los últimos años se están despidiendo un montón de corredores buenos. Yo solo espero hacer disfrutar a la gente todo lo que pueda, pero que sepan de antemano que será muy difícil igualar a esta generación.
P. Será como llegar cargando con el peso de tener que estar a su altura... Quizás le obliguen a ganar con la misma frecuencia tantos Tours, Giros, Vueltas, clásicas... como ellos.
R. Bueno, espero que el verdadero aficionado al ciclismo lo entienda y sepa valorar el nivel y la capacidad de cada uno.
P. Al menos usted llega con la ventaja de ser un gran escalador, y lo que más se aprecia en España es a los que brillan en la montaña...
R. Tengo esa suerte de subir bien, ese don, y sí, es muy vistoso todo lo que hago.
P. ¿Ser brillante en la montaña, le ha limitado en cierta forma? ¿Le ha podido hacer conformista? ¿Pensar, bueno, gano dos cosas espectaculares al año y no necesito más?
R. No creo... Me ha costado también mucho ganar esas etapas. Quizás sí que me ha despistado más algún tiempo. Cuando te dedicas a subir te olvidas de la contrarreloj. Eres menos completo porque no te ves en la necesidad. Hasta que no te ves realmente ganador pierdes un poquito esa ambición, quizás.
P. La contrarreloj es especialidad Sky... ¿Pasó por su cabeza el sábado que podría estar tan cerca de quitarle 1m 13s a Bardet?
R. Lo veía, muy, muy difícil,. La estabilidad en la contrarreloj me la ha dado el Sky. Nadie me había mirado antes una buena posición encima de la bici, y a partir de ahí lo he puesto todo yo, trabajar, meter muchas horas....
P. Los dos últimos kilómetros de Bardet, los vería imposibles.
R. Cuando iba yo en la contrarreloj, Xabier Artetxe, que me seguía, me decía que iba reventado, que tenía que darlo todo, que entramos en el podio, Mikel, me decía... Y yo no me lo creía, pero ahí tenía que darlo todo porque los últimos kilómetros se te pueden hacer largos si vas mal... Ha estado muy apretado, sí...
P. El día del Izoard usted se despidió mentalmente del podio, durante la crono usted recuperó la ilusión y finalmente lo perdió por 1s... Tuvo que ser durísimo, ¿no?, como si le metieran un caramelo en la boca y se lo quitaran enseguida...
R. No, porque realmente en ningún momento me he visto en el podio. Hubo un momento de euforia antes de que llegase Bardet, pero, como la noche anterior no me fui a la cama con mi imagen en el podio, no ha sido tampoco un palo duro.
P. Pero ser el primero de la historia del Tour que se queda a 1s del podio...
R. Bueno, sí, pero es que no lo he perdido en la crono, lo perdí dos días antes.
P. Lo que pasó en el Izoard, sobre todo el no llegar a entender qué quería demostrar el líder cuando ayudó a sus rivales, ¿le hizo perder un poco la fe en la bondad innata del ser humano?
R. Si le digo la verdad, un poco sí. Siempre he intentado dar lo mejor por mis líderes y por mis compañeros. Y a veces esperas ese retorno, pero... No por la cabeza de todos pasa lo mismo ni las situaciones son las mismas. El mismo día del Izoard yo podía haber levantado el pie cuando me cogieron, me podía haber puesto a rueda y no me habría descolgado 12s... Pero me pude delante y tiré, que era lo que Froome quería, aunque tampoco iba tan bien... Me decía que fuera más lento, más lento. Aquel día me dio mucha rabia porque se me sacrificó sin sacar un beneficio par el equipo. En ningún momento peligraba el Tour de Froome y no haberle sacado beneficio a romperme, a sacrificar mi aspiración... me duele, sí, me da pena.
P. ¿Esa pérdida de ingenuidad le puede afectar en su forma de comportarse en el futuro? ¿Cree que hay que ser malo para sobrevivir en este mundo?
R. Sí, seguro. Al final, todo es experiencia. Ya no voy a temer la misma bondad... No voy a ser igual de crédulo.
P. Y el nuevo jefe le dirá que hay que ser malo porque el ciclismo...
R. El ciclismo es cruel, je je. Nunca cuentas con que el rival... Bueno, nunca he sido rival de Froome yo, los rivales los ves fuera de tu equipo, ¿no?
P. Froome, de todas maneras, ya le ha designado como un rival peligroso para el próximo Tour, un favorito a la victoria...
R. Y eso me motiva, pero tampoco necesito que lo diga. Son buenas palabras... Bueno, sí, es un halago. Que un ganador de cuatro Tours te vea como un rival, es halagador.
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