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Amor y Bakero regresan al Barcelona

El club azulgrana les entrega la gestión de los juveniles y del filial para reforzar la estructura y frenar la fuga de talentos

Jordi Quixano
Guillermo Amor y Jose Mari Bakero.
Guillermo Amor y Jose Mari Bakero.WEB FC BARCELONA

No había puentes y sí muchas fisuras, por lo que el Barcelona ha decidido dar un vuelco a su estructura deportiva. Resulta que hasta hace un par de semanas, el fútbol azulgrana estaba parcelado en tres apartados —amateur, con Roura y Altimira al frente; formativo, con Pep Segura; y profesional, con Robert Fernández— que no estaban conectados entre sí, sin un director deportivo que impusiera la ideología en sentido vertical y global, y sobre todo gestionara la línea de sucesión por posiciones como se hacía hace unos años con Andoni Zubizarreta al frente del área. Deficiencia que, según la entidad, ha repercutido en la fuga de talentos como los de este verano de Mboula (Mónaco), Eric García (Manchester City) y seguramente Mateu Morey (Bayern). El Barça, sin embargo, ha movido ficha.

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Segura, director deportivo

La semana pasada se anunció a Pep Segura como el nuevo director deportivo, figura en lo alto de la pirámide a la que todos le deben reportar informes, incluso el secretario técnico del primer equipo, Robert Fernández. “Necesitábamos alguien que se quedara en su despacho y coordinara a todos los activos que tenemos en el área deportiva, que siempre están de viaje”, explican desde el club; “y también se trataba de cubrir un vacío estructural”. Era el primer paso de la anunciada restructuración y ayer se cerró con la designación de Jose Mari Bakero y Guillermo Amor como responsables del fútbol formativo profesional. O, lo que es lo mismo: los dos juveniles y el filial azulgrana. Ambos exjugadores formaron parte del dream teamde Johan Cruyff, conquistadores de la primera Copa de Europa del club en 1992. Después, Bakero fue ayudante de Serra Ferrer y Van Gaal en el Barça al tiempo que Amor fue el máximo responsable del fútbol base y, anteriormente, con Laporta en la presidencia, dirigió la ciudad deportiva. “Son dos figuras necesarias”, explican desde el Camp Nou.

Por un lado, el club deseaba tener un discurso futbolístico repetido en cualquier equipo. “Las esencias están y el modelo no cambia, por más que en estas últimas temporadas se priorizara en el filial la idea de regresar a Segunda para que el salto de los jugadores al primer equipo no fuera tan pronunciado”, defienden desde el Barça; “pero es verdad que también se ha decidido poner a estos dos nombres emblemáticos porque los clubes de fuera se nos están llevando a muchos jugadores”, resuelven. Y añaden: “Así, con gente que triunfó en el club y que sabe lo que es el Barça, que además tienen nombre en el fútbol, puede no se vayan tantos futbolistas”. Quizá, de esta manera, no les cueste tanto a los jóvenes visualizar su futuro en La Masia.

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