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Garbiñe Muguruza tiene un ‘plan B’

En su imponente desfile hacia octavos, en los que afrontará a Kerber, la número uno, Garbiñe luce su versión más consistente: "Muchas veces fallo porque arriesgo de más y ahora estoy eligiendo mejor"

Alejandro Ciriza
Muguruza, durante su partido contra Cirstea en Wimbledon.
Muguruza, durante su partido contra Cirstea en Wimbledon.GLYN KIRK (AFP)

La ausencia del técnico Sam Sumyk, en Los Ángeles por paternidad, ha convertido el boxde Garbiñe Muguruza en un espacio mayoritariamente femenino. A excepción de su agente, el gigantón holandés Oliver van Lindock, ayer ocupaban los asientos del banquillo tres féminas: Conchita Martínez, relevo circunstancial de Sumyk en Londres; Alicia Cebrián, la fisioterapeuta; y Cecilia Casla, su responsable de prensa. “¡Va Garbiñe! ¡Va, fuerte! ¡Vamos!”, se oía mientras la jugadora mandaba en el césped ante la rumana Sorana Cirstea, rendida por un doble 6-2, en 1h 10m.

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En contraste con la energía que desprendía el equipo desde la grada, Muguruza ofreció por tercer partido consecutivo una neutralidad expresiva fuera de lo normal. Por una razón u otra, desde que Sumyk no le asesora in situ la tenista proyecta mayor frialdad. Rara vez reclama una mirada o un apoyo momentáneo, aunque Conchita no le quita ojo en ningún instante y le aprieta. “Ella vivió en su propia piel lo que estoy viviendo yo ahora. Me ha comentado alguna vez lo nerviosa que te puedes llegar a poner en los primeros partidos y me da buenos consejos”, valoraba la 15 del mundo en la sala de conferencias.

Lo hacía con un tono contenido y un rostro impertérrito, el mismo que luce estos días. A diferencia de otras épocas en las que se dejaba llevar, Muguruza litigia hoy con su propia naturaleza; su interior es un volcán, ahora durmiente, y en la pista ha adoptado un registro distinto al que la distingue. “Tengo bastante acierto últimamente. Soy una jugadora agresiva; suelo arriesgar y por eso fallo bastante, pero mi juego se basa en eso. Muchas veces fallo bolas porque tal vez arriesgo de más y ahora estoy eligiendo mejor", razonaba para explicar que en los tres primeros compromisos tan solo ha cometido 30 errores, 10 en cada uno. Una cifra muy inusual en ella.

“Con mi estilo de juego intento dominar, así que arriesgo. Me preocupo más por llevar la iniciativa del partido, lo que no significa que no deba adaptarme a otras jugadoras. El plan A es mi plan, pero también hay variantes”, precisaba Garbiñe (23 años), diferenciada habitualmente por la viscelaridad de su propuesta sobre la pista. Sin embargo, en este torneo su fortaleza presenta un esquema invertido: primero, la consistencia, y después el ataque.

La reminiscencia de la tierra batida

“En realidad, mi base fue la tierra batida, y luego me he tenido que adaptar a un estilo más agresivo”, matizó; “cuando era más joven tenía un juego más sólido, más físico y más de correr, pero después he tenido que ir adaptándome a ser más agresiva. Ese es mi juego, el dominar, pero de base también tengo un juego sólido con el que puedo arremangarme y ponerme a luchar. Ese es mi plan B, el no arriesgar tanto y trabajar más los puntos, lucharlos quizá un poco más”.

En esta versión más gélida su tenis pierde encanto y fogosidad, pero la inercia es muy positiva

Hasta ahora, la fórmula secundaria le ha funcionado a las mil maravillas. Muguruza desembarcará en la segunda semana del major británico sin ceder un solo set, algo que ni siquiera consiguió el año de su estallido, en 2015. En esta versión más gélida su tenis pierde encanto y fogosidad, pero la inercia es muy positiva. “Es muy importante cuidar todo lo que esté en mi mano para que nada quede al azar. Debo ir preparada; luego, el juego es el juego, pero todos esos detalles hay que cuidarlos al máximo”, entona ahora la subcampeona de hace dos años, citada en la próxima ronda con la ruda Angelique Kerber (4-6, 7-6 y 6-4 a la estadounidense Shelby Rogers).

La alemana, reina actual de la WTA, iconiza todo lo que a lo largo de la semana han reflejado las actuaciones de Garbiñe, que radiografía a su rival de la siguiente forma: “Es una jugadora extremadamente sólida, muy fuerte físicamente, se mueve muy bien, es la actual número uno… Tiene un gran nivel. He jugado partidos muy interesantes contra ella, así que me apetece mucho”.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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