Tenis, retiradas y premios: ¿Cuál es el límite?
Los ocho abandonos en la primera ronda de Wimbledon reabren el debate sobre si los tenistas deben obtener dinero y dejar hueco a aquellos que sí están en condiciones físicas para salir a la pista a jugar
Abran bien los oídos: Roger Federer habló. Y cuando el suizo, rara vez, eleva el tono para demandar algo a los rectores de su deporte es porque su mensaje contiene implícitamente una protesta. El martes, en una jornada deslucida por los ocho abandonos (siete en el cuadro masculino y uno en el femenino) que se produjeron a lo largo del día, el de Basilea no habló alto, pero sí muy claro. “Aquellos jugadores que saben que no van a terminar el partido no deberían salir a la pista. La pregunta es: ¿Realmente creen que van a terminar o no?".
Lamentaba Federer que los espectadores que se rascaron el bolsillo para presenciar el espectáculo de la Centre Court se quedasen tan solo en el aperitivo. A él, enfrentado a Alexandr Dolgopolov, solo pudieron verle durante 43 minutos, los que el ucraniano aguantó sobre la pista; después desistió y abandonó, porque sentía dolor en un tobillo. Antes, el público también se quedó con las ganas de saborear el tenis de Novak Djokovic, al que Martin Klizan le duró igualmente un suspiro: 40 minutos; el eslovaco, con molestias en una ingle, solicitó la asistencia médica y finalmente renunció a continuar.
Ambos, tanto Dolgopolov como Klizan, obtuvieron pese a su breve estancia sobre el verde una recompensa de 35.000 libras (40.000 euros). “Es mucho dinero. Con esa cantidad puedes contratar a un entrenador o bien costearte los viajes, porque a lo largo del año tenemos muchos gastos. El circuito es muy caro porque pasamos mucho tiempo fuera y tenemos que pagarnos muchas cosas: hoteles, viajes, técnicos…”, exponía el británico Alex Ward, el 869 del mundo.
De modo que otra vez cogió fuerza el debate: ¿Se les debería premiar a los jugadores que no pueden competir? ¿Deberían ser honestos y no salir a la pista si saben que tienen pocas opciones de terminar el partido? ¿Deben los organismos del tenis regular de un modo más estricto este tipo de episodios y eliminar los premios? Federer lo tiene muy claro: cree que las reglas deben cambiar. “Aquellos que saben que no van a terminar, no deberían salir. Creo que deberían dejar su espacio”, expresó el suizo, camino de los 36 años.
Una nueva norma: la 'Lucky Loser Compensation'
“Sentí al público decepcionado”, agregó. “Creo que si el jugador va encontrándose mal debe parar, pero la pregunta es: ¿Debería haber empezado? Solo el tenista puede contestar a esto. Confías en que los demás dejen su hueco a otros si su físico no les permite jugar…”, añadió en su discurso. “Los Grand Slams tal vez deberían echar un vistazo a esto para ayudar a que los jugadores hagan de esto algo más fácil. Quizá debería ser tratado. La nueva regla de la ATP permite a los tenistas que llegan al cuadro final obtener lo que se merecen y, por otro lado, permite a otros [los tenistas que han perdido en la clasificación] jugar. Apoyo este tipo de regla”, sentenció el ganador de 18 grandes.
Mencionaba Federer una nueva norma (Lucky Loser Compensation), aplicada desde el 1 de enero de este año y a todos los torneos de la ATP, pero no en los Grand Slams. La directriz permite a los jugadores que están tocados retirarse antes de un partido de la primera ronda dos veces al año, aunque no de forma consecutiva; perciben los 40.000 euros, pero no participan y en su lugar entra un sustituto, que no obtiene el dinero pero sí el derecho a jugar y la opción de sumar puntos y ganancias de ahí en adelante. “Yo también lo apoyo, porque favorece al que se merece estar ahí y no puede jugar y al mismo tiempo da una oportunidad a otro”, secunda Djokovic.
El mal ejemplo de Bernard Tomic
El martes, además de Dolgopolov y Klizan abandonaron por lesión Kyrgios (1h 05m), Troicki (17m), Istomin (2h 12m), Potatova (1h 06m), Feliciano (2h 15m) y Tipsarevic (15m). También cayó el joven Bernard Tomic, pero este no sufrió ningún percance físico. Sencillamente, la cosa no iba con él. “Me aburrí, no es la primera vez que me pasa”, admitía sin reparo alguno. “Todos trabajamos por dinero. Cuando tenga 34 años igual lo dono a la caridad. Si lo hace Roger, yo lo haré. Si le dices a Federer que devuelva 500 millones, ¿lo haría o no?”, amplió el australiano, muy mal ejemplo.
También lo fue el de la croata Petra Martic (135 de la WTA), quien en 2014 ingresó más de 100.000 euros jugando solo las primeras rondas de los cuatro Grand Slams. Sus resultados fueron, cuando menos, sospechosos: doble 6-0 adverso en Australia, 5-0 y retirada en Roland Garros, 6-0 y 6-1 en Wimbledon y 6-4 y 6-3 en Nueva York.
En definitiva. Tenis, abandonos, desidia y premios. ¿Jugar o no jugar? Esa es la cuestión, así de simple y complejo a la vez. Aunque Federer, voz autorizada donde las haya en esto de la raqueta, lo tiene muy claro.
NADAL: “QUEDA FEO, PERO ES UN COLCHÓN”
Cuestionado por la polémica, Rafael Nadal también se pronunció después de ganar a Donald Young y firmar su acceso a la tercera ronda: "Hay que proteger al torneo, pero hay que ser realistas: para muchos jugadores, el prize money de aquí es un colchón muy importante para el año".
"Todos los gastos de un tenista no se cuentan habitualmente", continuó; "de lo que gana a lo que se queda un tenista hay bastante diferencia, la cantidad es inferior. Entiendo que hagan eso, porque se han ganado el derecho de estar en un Grand Slam, pero queda feo que entren a la pista si están mal".
Y, en la misma línea que Federer y Djokovic, avaló la norma introducida por la ATP este años: "Con la nueva regla, el que esta está en un torneo y tiene un problema se le paga lo que le toca, porque se lo ha ganado, y puede dejar su puesto a un perdedor de la clasificación; así unos cogen ese colchón y cubren gastos y los otros tienen una puerta abierta en el torneo".
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