El mal fario de Feliciano López

Él, reciente ganador en Queen's, era la alternativa, el hombre de la segunda línea que podía reventar el oligopolio del Big Four en el All England Tennis Club durante los últimos 17 años, por qué no; él, a sus 35 años, tenía toda la ilusión del mundo, porque llegaba lanzado y se considera en su veteranía mejor tenista que nunca; y él, el español a contracorriente, con ese toque díscolo que le acompaña fuera de las pistas, había acaparado un buen número de miradas antes de aterrizar sobre el césped de Wimbledon, el grande con el que suspira desde que comenzó a empuñar una raqueta.

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Sin embargo, todo se torció, "Empecé a sentir un dolor en la planta del pie izquierdo al principio del partido", se arrancó Feliciano López. "Estaba perfecto, pero de repente me ha empezado a doler, porque no ha sido ningún gesto en concreto. Pensaba que iba a ir a mejor con el antiinflamatorio, pero nada, no he notado ninguna mejoría y no tenía fuerza para arrancar, no me sentía competitivo", agregó el toledano, obligado a retirarse ante Adrian Mannarino cuando el marcador ya favorecía al francés por 5-7, 6-1, 6-1, 4-3.

"Es duro, porque hay cosas que uno no puede controlar en la vida. Pero que me pase esto justo hoy... Venía con mucha ilusión, porque no sé cuántos Wimbledons más voy a jugar y es una pena. Me podía haber pasado en cualquier otro Grand Slam del año y no aquí... No queda otra, hay que aceptarlo. Espero que no sea nada grave y puede recuperarme para competir bien durante lo que resta de año", cerró el español, quien a pesar de haber recibido atención médica no pudo continuar.