Así logró Zarco su primera ‘pole’ en MotoGP: en Assen y bajo la lluvia
Márquez, segundo, y Rossi, cuarto, fueron los únicos favoritos que salvaron un sábado complicado
Siempre destacó en jornadas en las que la pista se ponía complicada. Cuando empezaba a llover y sus rivales empezaban a perder segundos a cada curva, Johann Zarco sacaba tajada. Eran aquellos los años (todavía) en los que aparecía de vez en cuando entre los pilotos de delante. No le sorprenden los chaparrones. Ahora, después apuntar dos títulos de Moto2 a su palmarés y de convertirse en la revelación de la temporada en MotoGP, verle rodar tan rápido o más que los favoritos ya no llama la atención. Menos si el asfalto está mojado. Peleaban Petrucci (otro piloto al que le gustan los días nublados) y Marc Márquez por apuntarse la pole cuando apareció el francés de la nada, en la última vuelta al trazado holandés.
Había parado de llover y la pista se había ido secando muy lentamente, de modo que en aquellos últimos minutos los pilotos no paraban de buscar cómo mejorar sus cronos: el compromiso entre un pilotaje delicado y el buscar la trazada con el agua justa era fundamental. Márquez rozó su tercera pole del año, pero Zarco tenía la última palabra. Y fue 65 milésimas de segundo más rápido. Saldrán desde la primera fila, junto a Petrucci. En la segunda, este domingo, formarán Rossi, muy competitivo normalmente en mojado y más ahora que ha podido ya competir con el nuevo chasis que Yamaha le llevó al test de Montmeló, y Redding, otro piloto rápido en mojado. Tanto él como Petrucci fueron los más rápidos llegados desde la Q1.
Las condiciones meteorológicas y de la pista dejaron en peor lugar a algunos de los favoritos. Viñales, líder del Mundial, se clasificó en la décima posición, justo por delante de Dovizioso, que se cayó a mitad de la sesión y ya no pudo mejorar sus tiempos. 12º saldrá Pedrosa, quien con un tiempo de 1m,49’6s obtuvo el peor tiempo de toda la parrilla. Pero incluso que los otros diez pilotos que tuvieron que competir en la repesca, entre los que se contaba Lorenzo, que cerró su peor sábado en MotoGP.
Lorenzo, 21º
Jorge Lorenzo había sido uno de los pocos que había salido a la pista en los primeros minutos de la FP4, la última sesión libre del fin de semana. La mañana había amanecido lluviosa y aunque las ráfagas de viento provocaban que ahora lloviera mucho y unos minutos después apenas cayera un imperceptible sirimiri, la pista estaba bastante mojada. Era necesario calzar los neumáticos rayados y el piloto de Ducati quiso probar cómo funcionaba su Desmosedici bajo la lluvia. En teoría debía ser muy competitiva. Y en aquellos compases iniciales rodó rápido, a pocas décimas de Zarco con la Yamaha satélite. Cuando al cabo de unos minutos la lluvia se animó y la pista quedó completamente cubriera de agua, en lugar de volver a subirse a la moto, como hicieron esta vez todos sus rivales, Jorge Lorenzo se quedó en el box. Así de complicado se encontró el trazado poco después. No se había clasificado para la Q2, así que debía jugársela primero en la Q1. Pero no funcionó para él la repesca.
Si el viernes ya había sufrido mucho en un circuito que hace años se le atragantó sobremanera (no está claro si fue incluso antes de romperse la clavícula, en 2013, y protagonizar 24 horas después de operarse una heroicidad), fue mucho peor este sábado pasado por agua. Hacía pequeños avances en la primera parte de la pista, pero lo perdía todo al llegar al último sector, el que todavía conserva la esencia del auténtico Assen. Terminó 21º (solo por delante de Smith y Rabat), su peor clasificación desde que llegó a MotoGP. Él, como muchos otros de sus colegas, se quejaron abiertamente del rendimiento del neumático trasero blando para lluvia. “Es demasiado duro, clamaba Pedrosa”. Y añadía: “No he podido trabajar en el rango de temperatura que necesita el neumático, no subía de 20 grados. En ningún momento he podido competir en igualdad de condiciones”. Lo mismo opinaron los dos pilotos oficiales de Ducati y el líder del mundial, Viñales, que no logró tener agarre en ningún momento. Todos refirieron los mismos problemas, pero unos pudieron salvarlos mejor que otros.
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