McLaren y Honda, divorcio a la vista
El equipo de Alonso sopesa volver a contar con los motores Mercedes
Cada vez son más los testimonios que apuntan a una más que posible ruptura entre McLaren y Honda, la compañía que desde hace dos años y medio motoriza los monoplazas de la escudería de Woking (Gran Bretaña). Los hay, dentro del garaje, que incluso apuestan a que las bases del divorcio ya están pactadas, y que se está buscando el mejor momento para soltar el bombazo. Hace ya tiempo que la cúpula de la estructura afirma estar en conversaciones con otros suministradores, aunque el sentido común y algún que otro indicativo llevan a pensar que la única alternativa coherente sería deshacer el camino que se comenzó a recorrer en 2015 para volver con Mercedes. Este desenlace ilustraría de forma inmejorable el ruinoso negocio de McLaren al aliarse con la marca de la gran H. Y dependiendo de los términos de ese hipotético acuerdo con el constructor de la estrella, también significaría una patada a los principios que impulsaron el vínculo con el fabricante japonés.
Ron Dennis, que por aquel entonces (2014) recuperó su papel ejecutivo en la formación británica, argumentaba que McLaren no podía permitirse depender de Mercedes, al disponer este de un equipo propio. Decía Dennis que, en esas circunstancias, el gigante de Stuttgart nunca iba a permitir que nadie más estuviera en condiciones de ganar carreras, una predicción que, efectivamente, se ha cumplido: desde la entrada en escena de la tecnología híbrida (2014), Mercedes es el motorista que más victorias acumula (59), aunque todas ellas fueron logradas por los dos monoplazas de la tropa de Brackley a pesar de equipar a Williams y a Force India también. “Nunca habíamos sido tan poco competitivos. Tuvimos un año muy malo con Peugeot, pero esta vez está claro que Honda subestimó el trabajo que tenía por delante”, declaraba este viernes Mansour Ojjeh, uno de los principales accionistas de McLaren, en una entrevista concedida en Bakú, donde este domingo se celebra la carrera del Gran Premio de Azerbaiyán (15.00, Movistar F1) a Motorsport.com. “Somos los únicos que nos podemos comparar con Ferrari porque ambos competimos en la Fórmula 1 y comercializamos coches de calle. Pero eso significa que necesitamos tener éxito en la F-1 para que el vínculo se mantenga”, añadía el saudí.
De la misma forma que las voces que anticipan la división irremediable entre McLaren y Honda suenan cada vez con más intensidad, también las hay que vaticinan que Mercedes abandonará el Mundial a corto plazo para volver a limitarse a su faceta como suministrador. Eso sería colocarse en la posición que ocupó hasta 2010, cuando le compró a Ross Brawn la compañía que llevaba su nombre. En esas circunstancias se entendería que McLaren quisiera tomar posiciones para convertirse, como lo fue en el pasado, en la punta de lanza de la firma alemana. Sin duda, eso sería un argumento de peso para tratar de persuadir a Alonso para que renueve su actual contrato, que expira a finales de esta temporada. Cuando se decidió romper con Mercedes, la prioridad era optar a pelear por el título; ahora, el primer objetivo es salir del pozo y asegurar la supervivencia del tinglado, y qué mejor manera de hacerlo que mantener a uno de los principales reclamos del Mundial.
Los más de 30 millones de euros de ficha que figuran en el contrato del español no sacian su hambre, pero las opciones que tiene son más bien pocas y él se dedica a especular con su futuro, la misma estrategia que ya empleó a finales de 2014, cuando se desvinculó de Ferrari. Su destino ha terminado por convertirse en un agujero del que ahora intenta salir a toda costa.
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