Kevin Durant, de MVP a la silla de ruedas en un minuto

El éxtasis de Kevin Durant, elegido el MVP de la final, fue la culminación de una carrera exitosa, pero no exenta de sinsabores. A sus 28 años, coincidió el final de etapa de Kobe Bryant y llega a su madurez cuando LeBron James es la figura más consolidada pese a que la terna de candidatos al MVP de la temporada sea la formada por Russell Westbrook, James Harden y Kawhi Leonard.

Poco tiempo antes de que Durant obtuviera ese premio al mejor de la temporada, en mayo de 2014, confesaba: “Fui el segundo mejor jugador en la universidad y el segundo en el draft. En tres ocasiones he sido el segundo en las votaciones para el MVP. He sido el segundo en las finales (la perdió en 2012 por 4-1 contra Miami y LeBron). Estoy cansado de ser el segundo. No voy a conformarme”. Ese verano alegó fatiga física y mental y renunció a disputar el Mundial de 2014 en España, una competición en la que, cuatro años antes en Turquía, llevó al título a su selección. En octubre de 2004 se fracturó el pie. Las primeras previsiones de los médicos de Oklahoma City, el equipo que lo eligió en el segundo puesto del draft de 2007 —el primero fue Greg Oden (Portland)— hablaban de un periodo de recuperación de entre seis y ocho semanas. Pero aquella lesión se complicó y solo le permitió jugar 27 encuentros esa temporada.

Tras varias recaídas, el doctor Martin O'Malley le recomendó un injerto óseo usando un pedazo de pelvis de Durant, además de un injerto sintético hecho de proteínas óseas que formarían un hueso grande y grueso alrededor del exterior del pie de Durant. En cierto sentido, O'Malley estaba creando un pie biónico, una técnica que nunca había probado en los jugadores de la NBA. La operación se llevó a cabo el 31 de marzo de 2015 en Nueva York. “Fui el MVP un minuto y al siguiente estaba en una silla de ruedas. Fue horroroso”, contó después Kevin Durant. Se recuperó, pero tras perder la final del Oeste el año pasado contra los Warriors, decidió fichar por el equipo californiano. Aquella decisión, solo posible porque había firmado cinco años antes un contrato multianual pero que le dejaba libre a su conclusión, le convirtió en un “villano”. La afición le recriminó por abandonar el equipo en el que militó durante nueve temporadas.

Para mí, lograr este primer título es como si hubiera tenido mi primer hijo Kevin Durant

Hubo dudas sobre la adaptación de Durant a los Warriors. Se disiparon. Pero el 28 de febrero, en un partido en Washington, su ciudad de nacimiento, volvió a oscurecerse su porvenir. Se lesionó y se temió que fuera a perderse la temporada. Pero no se rompió la tibia como se temió y tuvo tiempo para llegar en un estado de forma espléndido a los playoffs. Promedió 35,2 puntos y 8,4 rebotes y fue el autor de un triple decisivo cuando faltaban 45 segundos para el final del tercer encuentro. Por fin celebró el anillo y el título al MVP de la final. Lo hizo abrazado a su madre Wanda y a su compañero Stephen Curry, clave en su fichaje y adaptación a los Warriors. “Para mí, lograr este primer título es como si hubiera tenido mi primer hijo”, sentenció Kevin Durant.