Rudy y Llull rinden al Valencia y dan el primer asalto de la final al Real Madrid

El Real Madrid venció a los puntos el primer asalto de la final de la Liga Endesa tras superar la rocosa resistencia del Valencia Basket en un partido bravo y equilibrado. Con el Rudy Fernández de sus mejores días (19 puntos) y el Sergio Llull de todas las noches (20), los de Laso desmontaron la obra de San Emeterio y Dubljevic para apuntarse un triunfo estratégico rumbo al título.

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Los primeros minutos instauraron la intensidad como recurso y señalaron al que acabó siendo el protagonista. Rudy Fernández, desencontrado durante todo el año, emergió poderoso en un día clave. Su 28% en triples durante la temporada regular se convirtió en un 4 de 7 desde el 6,75 para desmontar al conjunto de Pedro Martínez. Sikma anotó nueve puntos en un santiamén y el Valencia tomó el mando de inicio. Sin embargo, con el comienzo de las rotaciones, los naranjas perdieron fuelle y entre Ayón y Llull equilibraron el pulso (21-21, m. 10).

Doncic interpretó mejor el partido que Vives y, bajo la dirección del esloveno, se dinamizó el ataque madridista. Taylor y Felipe encabezaron la aplicación gremial de los suyos, aportaron puntos y defensa a partes iguales y el Valencia se acható ante el aro rival. Regresaron a la pista Diot y Sikma para poner orden pero, para entonces, el Madrid ya se manejaba con soltura (43-35, m. 18). Los naranjas perdieron el paso mientras resolvían el debate entre su afán por sujetar al enemigo y la intención de agitar el duelo para explorar el estado de su depósito. Pero bastaron dos triples episódicos, uno de Rafa Martínez y otro de Dubljevic, para atajar el estirón de los blancos. Incapaz de desatarse al contraataque, el equipo de Laso no encontraba el ritmo y la chispa para dar continuidad a su dominio.

El Madrid llegaba a la pelea por el título con 78 partidos de tralla física y psicológica (59 victorias y 19 derrotas). El equipo blanco solo alcanzó los 80 encuentros en la temporada 2013-2014 y este año establecerá una nueva plusmarca en su maratón. El Valencia por su parte, con 13 partidos menos en su cuentakilómetros (48 victorias y 17 derrotas), mezclaba la confianza por haber afilado su competitividad hasta la tercera final del curso, con las tribulaciones por haber perdido las dos anteriores. Entre la ambición y la fatiga, el primer asalto de la final se convirtió en una sístole y diástole sin dueño.

A la vuelta de la caseta, el Madrid buscó dinamitar el duelo con una vuelta de tuerca en defensa y las ráfagas de sus acreditados artificieros. Dos triples de Llull y otros de Rudy sentaron las bases para que los blancos lanzaran el demarraje, pero unas veces San Emeterio y otras Dubljevic se encargaban de ajustar cuentas (67-67, m. 32). Se incorporó Thomas a la misión del Valencia y Laso tuvo que buscar en su repertorio para ganar consistencia. Carroll dio un paso adelante, pero San Emeterio refrendó su estado de gracia y el partido se marchó a la cuerda floja (78-78, a 3m 37s).

De nuevo Rudy, esta vez con un dos más uno tras un providencial robo de balón de Llull, colocó a su equipo por delante en la recta de meta. Acelerando hasta el vértigo, el propio Llull encarriló la victoria blanca con una penetración febril que completó un parcial de 7-0 (85-78, a 2m 24) que resultó definitivo.