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Osasuna desciende a Segunda a falta de cuatro jornadas para el final de Liga

El conjunto navarro regresa a la categoría de plata un año después de lograr el ascenso y deberá recomponerse desde la presidencia hasta el banquillo

GORKA PÉREZ
Messi celebra su segundo gol a Osasuna.
Messi celebra su segundo gol a Osasuna.Alex Caparros (Getty )

La abultada derrota ante el Barcelona (7-1) y la victoria del Leganés ante Las Palmas (3-0) han certificado el descenso matemático de Osasuna a Segunda División a falta de cuatro jornadas para el final de la Liga. El conjunto navarro regresa a la categoría de plata un año después de lograr el ascenso a Primera, tras completar una temporada decepcionante. El conjunto de Vasiljevic suma 18 puntos en los 34 partidos que ha disputado hasta el momento, y aunque lograse la victoria en los enfrentamientos pendientes no podría superar al Leganés, al que como mucho podría igualar con 30, y con el que tiene el golaverage perdido –cayó 2-0 en el estadio de Butarque y ganó por 2-1 en el Sadar­–.

Tras una temporada llena de irregularidades tanto técnicas como deportivas, Osasuna, que ha contado con tres entrenadores distintos a lo largo del curso –Enrique Martín, Joaquín Caparrós y Petar Vasiljevic–, volverá a tener que reestructurarse en Segunda para tratar de rearmar un proyecto que se ha demostrado fallido en la máxima categoría. El descenso de los rojillos, además, viene acompañado de una serie de penosos registros para el club, ya que tras la goleada sufrida en el Camp Nou, acumula 83 en contra, la mayor cifra en Primera. Con ellos también ha superado los 77 recibidos en el curso de 1949-1950 en Segunda, hasta hoy la peor marca en sus 96 años de historia.

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Acuciado por unas deudas que llegaron a alcanzar los 75 millones de euros –entre acreedores, bancos y la Hacienda Foral de Navarra–, desde los despachos de Tajonar se ha trabajado por desinflar una situación económica tan crítica que ha influido directamente en la escasez de recursos para confeccionar una plantilla que pudiera hacer frente al desafío de mantener la categoría. Con la obligación adquirida por parte de su presidente, Luis Sabalza, de dirigir el 25% de los ingresos anuales de televisión al pago de la deuda con Hacienda, y a la necesidad de generar un beneficio de 1,5 millones para tratar de cerrar esa herida económica en un plazo de seis años, la estructuración deportiva de la plantilla se ha gestionado desde la absoluta contención en el gasto.

Sin recursos para fichar

Vasiljevic, que comenzó la temporada como director deportivo y la acabará sentado en el banquillo, ha contratado a 15 futbolistas por un valor total de 2,2 millones de euros –ocho llegaron con la carta de libertad y cinco en calidad de cedidos–, y debido a su bajo rendimiento y a la secuencia de lesiones que ha diezmado al equipo en diversos tramos de la competición, se ha visto obligado a dar la alternativa en Primera a siete canteranos. Una mezcla que ha convertido a un equipo histórico –ha estado 37 temporadas en Primera–, en un bloque poco experimentado que empezó a descolgarse desde la quinta jornada de Liga y que ha estado en puestos de descenso desde la tercera jornada –ha sido último en 21 de las 34 semanas de competición–.

Con una asistencia media de 14.987 espectadores por partido (75%) –El Sadar tiene capacidad para 19.800, es el tercer estadio con menor aforo de Primera– la afición rojilla ha demostrado su apoyo al equipo a pesar de los malos resultados. El único punto de discrepancia manifiesta entre club y aficionados tuvo lugar tras el despido fulgurante de Enrique Martín Monreal en noviembre y la contratación de Caparrós. Martín Monreal fue el entrenador que un año antes del ascenso había logrado milagrosamente la permanencia en Segunda -un gol de Javier Flaño evitó el hundimiento hacia Segunda B, e incluso la desaparición- y ha dirigido tanto al primer equipo como al filial navarro a lo largo de 13 temporadas. El preparador navarro fue despedido tras la 11ª jornada, cuando el equipo estaba a solo tres puntos de la permanencia y había logrado ya una de las tres victorias que ha conseguido este año.

La junta directiva ya ha anunciado que no agotará su mandato (concluye en diciembre de 2018) y convocó elecciones anticipadas para el próximo mes de octubre. El técnico actual, Vasiljevic, no continuará en el cargo y a partir de ahora el trabajo en Osasuna se centrará en la necesidad de encontrar la manera de subsistir en una categoría que menguará considerablemente los ingresos de un club agobiado por los números.

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Sobre la firma

GORKA PÉREZ
Es redactor de la sección de Economía y está especializado en temas laborales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Antes trabajó en Cadena Ser. Es licenciado en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster en Información Económica de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.

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