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Real Madrid contra Atlético, un derbi de Champions

Los rojiblancos buscan la revancha después de las dos finales perdidas en 2014 y 2016

Ladislao J. Moñino
Griezmann falla el penalti en la última final de Champions.
Griezmann falla el penalti en la última final de Champions.A. Ruesga

Real Madrid y Atlético de nuevo. Otro duro escollo para el campeón en su carrera por convertirse en el primer equipo que logra dos Champions consecutivas. Otra gran revancha para los rojiblancos, aunque en el Manzanares la palabra cause grima. "Nuestra gente ha sabido superar lo que ha sido jugar dos finales de Champions, perderlas y son conscientes de lo que significa llegar aquí. La mentalidad que tienen los jugadores es la propia de una semifinal europea", expresó en Nyon Clemente Villaverde, consejero del Atlético. “No afectará lo que pasó en las dos finales. Nos conocemos muy bien. El Atlético aprovecha muy bien los errores del rival. Atrás son muy sólidos. Reciben muy pocos goles. Hay que ser muy firmes en ese primer partido para sacar un buen resultado y luego defenderlo en la vuelta", opinó Emilio Butragueño, director de relaciones institucionales del Real Madrid. La ida se disputará el martes 2 de mayo en el Santiago Bernabéu y la vuelta el miércoles 10 en el Vicente Calderón.

En clave rojiblanca será el tercer gran desquite tras la final de Lisboa. El primero se dio el curso siguiente a aquella primera cita en la capital lusa. Fue en los cuartos de final y se impuso el equipo dirigido entonces por Carlo Ancelotti. El gol de Chicharito rompió el empate a cero de la ida. El segundo ajuste de cuentas se dio en la última final de Milán. Para el Real Madrid significó la undécima, una muesca más que agigantó su heráldica y su condición de gran dominador de la Copa de Europa. Para el Atlético, la dolorosa y traumática derrota en los penaltis en San Siro generó un terremoto. Aquella rueda de prensa de Simeone dejando entrever un posible adiós aún retumba, aunque ya con menos fuerza, en el día a día del vestuario y del club.

Una vez más el bombo ha provocado que desde que el Atlético regresó a la Champions en 2013 en su camino se cruce el Madrid. Cuatro participaciones y cuatro enfrentamientos. Más allá del respeto que le genera el vecino, hay un sentimiento generalizado de incomodidad en todos los estamentos del club rojiblanco. De alguna manera, causa fastidio en toda la entidad que los sorteos hayan puesto tantas veces en el camino de Europa a su rival más encarnizado. Pero esto es la Copa de Europa y la historia dice que el Madrid casi siempre está al acecho. En el vestuario había quien prefería al Madrid a doble partido o quien era más pragmático, como Saúl: "Para ganar la Champions hay que derrotar a todos".

Al Madrid tampoco le agrada en demasía el Atlético, porque sabe que no será una eliminatoria fácil. Los precedentes dicen que en algún momento de los tres enfrentamientos anteriores el equipo de Simeone tuvo a tiro la conquista de las dos finales y que aquel cruce de cuartos también pudo hacerlo suyo de no haber mediado una infantil expulsión de Arda por una plancha incomprensible que le supuso la segunda amarilla.

Igual que en todos los éxitos se ha señalado al Cholo como el gran artífice, sus grandes debes como entrenador del Atlético están en esos tres enfrentamientos. La alineación de Diego Costa pese a sus problemas físicos previos a la final de Lisboa, la apuesta por Mandzukic en el partido de vuelta de los cuartos de final disputado en el Bernabéu o sus cambios en la dolorosa derrota de San Siro antes de llegar a la tanda de penaltis son tres puntos negros en su exitosa carrera en el banquillo rojiblanco. La historia de la competición dice, hasta en el enfrentamiento más remoto, que el Atlético siempre rozó la posibilidad de tumbar al Madrid. En la temporada 58-59 hubo que ir a un partido de desempate en La Romareda en el que los blancos se impusieron (2-1). El desempate se dio a cabo tras ganar el Madrid en el Bernabéu por 2-1 y el Atlético en el Metropolitano por 1-0 (entonces no contaban doble los goles fuera de casa).

De todos esos enfrentamientos, con el tremendo peso de dos finales ganadas, el Madrid reforzó la sensación de que su idilio con la competición le terminó empujándole hasta la victoria. Con el Atlético como rival, la entidad de Chamartín ha revivido ese aura que le rodea en su torneo fetiche. Sergio Ramos con aquel cabezazo en el minuto 93 en Lisboa y con el de Milán que supuso el 1-0 se levanta como el gran héroe blanco y emerge de nuevo para el Atlético como una pesadilla que revivirá en estos días previos. En la era Simeone, hay que añadir tres enfrentamientos a doble partido, dos en Copa, y uno en la Supercopa de España. El primero favorable al Madrid de Mourinho (3-0 y 0-2), se dio en las semifinales coperas del curso 13-14. En la temporada siguiente, en octavos, fue el Atlético el que pasó (2-0 y 2-2). La Supercopa de España de 2014 fue para los rojiblancos (1-1 y 1-0).

El Madrid se presenta a esta cita como el gran favorito. Es el vigente campeón y en el último mes ha destilado la sensación de que tiene el mejor plantel de la competición. El despunte de Isco y Asensio ha puesto en primera fila su fondo de armario. Relegado al segundo puesto de su grupo por el Dortmund en la fase previa, cuando tuvo que dar un golpe de autoridad en Nápoles o en Múnich lo dio. Si para el Atlético esta eliminatoria es un paso más para alcanzar ese objetivo tan anhelado, para el Madrid es un escalón obligado para reafirmar su hegemonía en la competición, siendo el primer club en ganarla dos veces consecutivas desde que se disputa bajo el formato y el nombre de Champions League.

La trayectoria del Atlético y su rendimiento en la competición delatan esa obsesión que hay en el vestuario por conquistar el torneo que definitivamente situaría al club entre la aristocracia del fútbol europeo. Fue primero de grupo por delante del Bayern de Múnich y liquidó al Leverkusen en el partido de ida (2-4). Con el Leicester manejó una eliminatoria de rompe y rasga con la solidez que le ha engrandecido bajo la dirección de Simeone. Ahora tiene delante su tercera gran revancha. Con el morbo añadido de que el Madrid será el que despida el Calderón de la competición europea si el Atlético no necesita jugar la fase previa de la próxima edición de la Champions.

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Sobre la firma

Ladislao J. Moñino
Cubre la información del Atlético de Madrid y de la selección española. En EL PAÍS desde 2012, antes trabajó en Dinamic Multimedia (PcFútbol), As y Público y para Canal+ como comentarista de fútbol internacional. Colaborador de RAC1 y diversas revistas internacionales. Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Europea.

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