El rugido de Sergio Ramos
El central del Madrid, que acalló el Allianz Arena en 2014, dice que lleva todo el año cuidándose para partidos como el de hoy
Olía a césped el Allianz Arena. Desierto, con los banderines de córner todavía por poner, rodeado de cables y técnicos de sonido, ayer a las cinco de la tarde parecía un estadio más bien frío. Nada imponente. Nada comparado con lo que se encontrarán esta noche el Madrid y Sergio Ramos. El capitán goleador del conjunto blanco lleva 10 tantos esta temporada, cada cual más valioso. En Liga sus tantos le han dado 11 puntos al equipo. En Sevilla marcó en Copa en una noche de insultos y silbidos en la que fue su casa. En la Supercopa forzó la prórroga con un cabezazo y en Champions, en Nápoles, despertó al Madrid de la pesadilla en la que se había metido (iba perdiendo 1-0). Marcó dos,aunque el segundo se lo dieron a Mertens.
Hoy vuelve a la guarida del lobo. Y ya sabe lo que es acallar el Allianz Arena. Lo hizo en una noche de abril de 2014. Dos cabezazos suyos acabaron en cuatro minutos con los sueños de remontada del Bayern de Guardiola que en la ida había perdido 1-0 y terminó siendo goleado (5-0 en el global). El hechizo acompañó a Sergio Ramos también en la final de Lisboa. Allí también forzó la prórroga.
¿Se habrá acabado el cupo de goles del central del Madrid? “Ahora se cuece todo, está la carne en el asador y vienen los tiempos buenos, los que más disfruto. Llevo todo el año cuidándome para este tipo de partidos”, explicó el central el sábado después del derbi. Uno de sus socios favoritos es Kroos. El otro Modric. “Aunque lo parezca, no es tan fácil encontrar su cabeza”, contaba ayer el centrocampista alemán al que preguntaron si en Madrid echaba de menos las salchichas blancas de Múnich. “Lo que más me gusta es el sol y haberme integrado tan bien y haber aprendido el idioma”, contestó, en alemán. Cuando le pidieron que lo hiciera en castellano dijo que no. “Aquí estamos en Alemania y aquí se habla en alemán”, soltó cual jefe.
“Es un arma la de buscar la cabeza de Ramos, pero no tenemos que basar todas nuestras esperanzas en Sergio, tenemos mucho más que ofrecer y queremos demostrarlo”, prosiguió Kroos que en el vestuario siempre tira de ironía. Allí sí se atreve con el castellano. Desde sus botas salen la mayoría de los centros que Sergio Ramos termina cabeceando. Algo que aprendió en la playa con su padre. Se pasaban horas entrenando los remates de cabeza cuando el capitán del Madrid no era más que un niño.
La amenaza amarilla
Ancelotti dice de él que es un líder “de personalidad”. Un líder “de carácter fuerte, que nunca se asusta, nunca se preocupa y siempre se muestra optimista”. Zidane que coincidió con el central durante su último año de jugador, califica a Ramos de líder nato. “El mensaje de Sergio no llega sólo en cuartos de Champions y en noches como estas. Siempre es igual de importante, todos los días, antes de cada partido y en todos los entrenamientos, por eso es un líder nato”, aseguró ayer el técnico antes de dirigir el último entrenamiento en el Allianz Arena. Atento lo escuchaba el capitán entre Cristiano Ronaldo y Benzema.
Kroos explicaba ayer que es difícil pronosticar el resultado del partido, pero no lo que quiere hacer el Bayern. “Nos van a atacar pronto y a presionar arriba, pero no los 90 minutos como lo hacían con Guardiola”, dijo el centrocampista. Su inteligencia táctica unida a la de Modric y a los repliegues de Casemiro serán igual de fundamentales que el centro de la zaga. Lewandowski, con un problema en el hombro, es duda. Ramos está apercibido, de ver amarilla se perdería la vuelta. Las cinco veces que ha jugado contra el polaco ha sido amonestado cuatro.
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