Neymar no aprende
El brasileño, que puede perderse el clásico, es el jugador del Barça que más cartulinas ha visto esta temporada, el 60% de ellas cuando el balón no está en juego
La alegría de Neymar es incuestionable; también su temperamento. El 11 es tan capaz de plantarse frente a la más crítica prensa brasileña, como cuando las cosas no arrancaban en la Canarinha, como de encarar sin dudar a los defensas más duros. Desde el entorno del paulista, dicen que esta temporada está más maduro y sereno, que se cuida como nunca, dispuesto a volver a meterse en la pelea por el Balón de Oro, el The Best o cualquier premio que se otorgue a los mejores futbolistas del planeta. Sin embargo, Neymar no puede con su genio en el campo. Y, cuando parece que ya dejó en el olvido los comportamientos infantiles, vuelve a hacer alguna de las suyas, como el sábado ante el Málaga. Cuando más lo necesitaban sus compañeros, Neymar se fue a las duchas por dos tarjetas amarillas difíciles de justificar en un futbolista de 25 años que fue durante dos cursos el capitán de su selección.
Luis Enrique, sin embargo, lo exculpó en público. Y, para defender a su delantero el asturiano recurrió a un argumento ajeno a su manual de instrucciones: apuntar a los árbitros. “Sacar una tarjeta por atarse las botas…”, puso en duda el técnico del Barça, en referencia a la primera cartulina amarilla que vio Neymar ante el Málaga. Según el acta de Gil Manzano, la tarjeta fue por no respetar la distancia reglamentaria. El asunto es que no es la primera vez que el brasileño tiene un problema con sus zapatos. En los últimos dos meses, hasta en cinco partidos diferentes, Neymar o se cambió las botas o se puso a atarse los cordones en medio de un duelo. “Simplemente son molestias en ese par de botas y, por eso se cambia el calzado. Sabemos que es un riesgo que un jugador no esté en el campo, pero prefiero que esté un minuto fuera y que luego juegue el resto del partido a gusto. Intentaremos que no vuelva a suceder, pero no se las cambia porque le apetezca”, había explicado Luis Enrique antes del choque en La Rosaleda. Volvió a suceder.
El problema de Neymar no es solo que le aprietan las botas o que se le desabrochan los cordones, también le vienen arrebatos de ira durante los partidos. El 11 es el segundo jugador del Barcelona que más cartulinas amarillas ha visto a lo largo de la temporada, 13; son 15 si se tienen en cuenta las dos que vio ante el Málaga. Entre esas, nueve se las han enseñado mientras la pelota no estaba en juego. Busquets lidera la lista con 14.
Problema con las amarillas
Tiene un problema el Barcelona esta campaña con las cartulinas. En los 49 partidos que lleva disputados ha visto 104 tarjetas amarillas y cuatro rojas (Mathieu, en Champions; Sergi Roberto y Luis Suárez, en Copa del Rey; y Neymar, en la Liga). El Barcelona es el cuarto equipo español que más tarjetas ha recibido en todas las competiciones: solo lo superan el Alavés (120), el Sevilla (115) y el Celta (106). Y los azulgrana lideran la tabla si se los compara con los ocho equipos que se jugarán el pase a las semifinales de la Champions. El Madrid ha visto 88; el Atlético, 94, el Leicester, 77; el Mónaco, 84, el Dortmund, 68; el Bayern, 56; y la Juve, 85.
“Es curioso que con lo que nos cuesta dar patadas, nos carguemos de amarillas de forma incompresible”, analizó Luis Enrique. El Barça promedia 11,4 faltas cometidas por partido. Y los números dicen que los muchachos azulgrana se lleva 2,1 amarillas por duelo. Una estadística que lidera Neymar, que cada tres partidos ve una cartulina. No aprende el brasileño. Y, ahora, su presencia en el clásico ante el Madrid, el próximo 23 de abril, está en el aire. Competición puede castigarle con dos o tres partidos por un posible menosprecio al cuarto árbitro cuando se marchaba expulsado al vestuario y le aplaudió.
Dos años sin expulsados en la Liga
Neymar es el primer jugador del Barcelona que ve la tarjeta roja en lo que va de Liga. Hay que remontarse hasta el 25 de octubre de 2015 para encontrar a un futbolista azulgrana que se va a la ducha antes de tiempo en un partido. En aquella oportunidad fue Mascherano frente al Eibar. “El árbitro ha sido demasiado protagonista”, se quejó Robert Fernández, director deportivo del Barcelona, después del duelo ante el Málaga.
Esta temporada, el primero que levantó la voz contra los colegiados fue Piqué. “Ya sabemos cómo va esto”, dijo el central, tras el duelo contra el Athletic, al cuestionar que el árbitro no señaló como penalti una acción sobre Neymar y dejó sin castigo una agresión de Aduriz sobre Umtiti. Volvió a arremeter contra los árbitros después del partido entre Villarreal y Real Madrid, en el que no se sancionó con penalti una acción de Bruno en el minuto 74 que supuso el empate a dos. “Cada semana me dan más la razón”, soltó en su día y se llevó una multa de 3.000 euros. Y reincidió en París tras un partido de la selección española.
Iniesta, en cambio, no quiso cargar contra el trabajo de los jueces en Málaga. “Hablar de los árbitros no nos conduce a nada”, analizó el capitán del Barça.
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