Iñaki Williams rompe su silencio goleador
El delantero rojiblanco cumple en Anoeta cien partidos con el Athletic con solo 22 años
Hacía más de tres meses que Iñaki Williams no marcaba en la Liga, algo extraño en un delantero educado para el gol, aunque muchos de sus 27 partidos disputados esta temporada en la competición española los haya jugado como extremo y solo haya sido delantero centro por las ausencias de Aduriz. Tres goles en 27 partidos parecían desacreditarle como el relevo de Aduriz cuando al guipuzcoano se le caduque el DNI. Tres goles que curiosamente ha conseguido frente a los dos equipos guipuzcoanos del campeonato: dos se los ha hecho a la Real, en San Mamés y ayer en Anoeta, y el otro al Eibar en La Catedral.
En el estadio donostiarra dio ayer una lección de movilidad y sacrificio, sacando de quicio y de lugar a los defensas realistas, e imponiendo su velocidad cada vez que pudo ponerla en práctica.
El gol fue un error de Odriozola al ceder a su portero, pero Williams lo cazó por su ágil zancada, que le permitió llegar antes que Rulli a aquel balón sorteado por el lateral blanquiazul. No era tan fácil como pudo parecer. Era el segundo tanto del Athletic después del conseguido de penalti por Raúl García, tras un derribo de Xabi Prieto a Yeray. Y era el gol que prácticamente sentenciaba el partido.
Williams le había marcado en octubre del pasado año a la Real Sociedad en San Mamés el tercer gol del Athletic, que acabó ganando 3-2. Su otra víctima fue Asier Riesgo, el portero del Eibar, que encajó el segundo de los tres goles rojiblancos al equipo azulgrana.
Las cifras del delantero se redondean con dos tantos en la Copa del Rey y uno en la Liga Europa, un balance escaso para las enormes posibilidades de un jugador que poco o nada tiene que ver con Aduriz. Lo suyo es la velocidad, el buen disparo, pero adolece de falta de juego de cabeza y sus centros dejan mucho que desear. Pero en el fútbol moderno, la velocidad tiene un valor incalculable.
Enormes posibilidades
El gol de Williams no solo festejaba una victoria sino que rubricaba su partido número 100 con el Athletic, una cifra enorme para un muchacho que solo tiene 22 años y que debutó en diciembre de 2014.
La fe de Valverde en él es absoluta. Es el futbolista que más partidos ha jugado en esta Liga, (27), 23 de ellos como titular, además de los ocho de la Liga Europa. Lo que se dice un fijo para Valverde, ya sea como extremo, ya sea como delantero centro, por una banda o por la otra. Ayer lo hizo en Anoeta cuando la salida de Aduriz le convirtió en extremo, una posición extraña en sus orígenes, pero a la que ahora parece más habituado que a la de ariete.
El partido de Anoeta no permitía lucimientos. El trabajo y la estrategia estaban por encima de los hechos singulares. Y el Athletic se adaptó mejor a las circunstancias que la Real Sociedad, muy desfigurada en su manera de jugar.
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