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Murray e Indian Wells, querer y no poder

El número uno, apeado por el 129 del mundo, Pospisil, no se despedía tan pronto de un Masters 1.000 desde 2013 (Roma). Es el único torneo de segunda categoría que se le resiste junto a Montecarlo

Alejandro Ciriza
Murray, durante uno de los descansos ante Pospisil.
Murray, durante uno de los descansos ante Pospisil.CLIVE BRUNSKILL (AFP)

Prometía emociones fuertes esta edición del Masters 1.000, pero tal vez no tan pronto, de forma tan abrupta, sin que a los seguidores del tenis les hubiese dado tiempo prácticamente para coger asiento. Pero resulta que el número uno del circuito, Andy Murray, comenzó el torneo con el pie torcido y lo que se presuponía un camino de rosas para él terminó convirtiéndose en un puente contoneante y quebradizo que cedió a la primera pisada. En consecuencia, en una caída al vacío, contra todo pronóstico, en la segunda ronda del torneo californiano y ante el 139 del mundo, el canadiense Vasek Pospisil.

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En realidad, al escocés nunca se le dio excesivamente bien el cemento californiano. Hace dos años alcanzó las semifinales y en 2009 se quedó a un solo triunfo del título, pero el resto de su trazado describe tropezones recurrentes, derrotas en segundas, terceras o cuartas rondas. El británico, un jugador camaleónico que se defiende en cualquier territorio, no consigue cogerle el pulso al torneo —el único Masters 1000 que se le resiste junto al de Montecarlo— y este año tampoco fue una excepción. Por tanto, seguirá siendo el único integrante del Big Four que no ha levantado el título en el Valle de Coachella, porque Rafael Nadal (3), Roger Federer (4) y Novak Djokovic (5) lo han festejado múltiples veces.

Así que al de Dunblane le costaba ofrecer alguna explicación medianamente consistente, después de 12 intentos frustrados. “No sé por qué es exactamente”, repetía una y otra vez cuando los periodistas le cuestionaban su sequía en California. “No sé qué ocurre, porque habitualmente lo hago bien en los entrenamientos. No sé por qué no he conseguido ganar aquí en todos estos años. No sé qué pasa realmente. Algunos años lo he hecho bien y otros no tanto… pero no sé por qué no he conseguido jugar a mi máximo nivel en Indian Wells”, titubeó Murray, que no cedía tan temprano en una cita del Masters 1000 desde 2013, cuando patinó sobre la arcilla de Roma, entonces ante Marcel Granollers.

A priori, el escocés (29 años) debía transitar por una alfombra roja hacia la final, ya que los rivales más fuertes transitan por el otro lado del cuadro y en su horizonte no se advertían ogros. Hace dos semanas había celebrado su primer título del año, en Dubái, así que nada hacía presagiar un adiós tan inmediato. Pero se encasquilló con Pospisil (26) y de rebote afloró una de esas historias melosas que suele deparar de vez en cuando el tenis. El canadiense, un jugador roto hasta no hace mucho debido a una depresión que le hizo descender 100 plazas en el ranking el año pasado, celebró uno de los días más felices de su carrera.

Feliciano Lopez, de capa caída

"No quiero entrar en los detalles, pero fue complicado. Muchas cosas profesionales y personales", indicó Pospisil, que procedía de la ronda previa y hasta ahora había registrado solo tres victorias en 20 partidos frente a rivales del top-10. Hace tres años, en enero de 2014, llegó a establecerse en el 25º peldaño del listado mundial. En 2016 rompió con el técnico que le había guiado en los últimos cuatro años, Frederic Fontang, y se encomendó al australiano Mark Woodforde, con el que poco a poco va reencontrándose. Ahora, Pospisil afronta al serbio Dusan Lajovic, superior al toledano Feliciano López (6-2, 4-6 y 7-6).

El español no termina de despegar este curso y volvió a firmar otro resultado negativo. En las semanas anteriores perdió a la primera contra Jordan Thompson (Acapulco), Pierre Hughes-Herbert (Rotterdam) y Fabio Fognini (Melbourne), y a la segunda en Montpellier y Auckland. Tan solo ha obtenido dos triunfos. En un escenario complicado se mueve también la canaria Carla Suárez, renqueantes y apeada en su estreno por Katerina Siniakova (42 de la WTA). Quienes sí lograron avanzar fueron Roberto Bautista (7-5 y 6-2 a Adrian Mannarino), Albert Ramos (6-4, 5-7 y 7-5 a Damir Dzumhur) y Pablo Carreño (7-5 y 6-2 a Peter Gojowczyk).

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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