Un mes después, Nadal reaparece en Acapulco
Tras la final en Melbourne, el número seis vuelve a la competición sobre la pista rápida de México. Su objetivo es enlazar partidos en la gira americana para llegar al máximo a la estación de tierra batida
Más allá de los detalles técnicos, del drive, el servicio o la zancada, de todos los matices para los que siempre hay tiempo para hablar y teorizar, el cambio en la dinámica de Rafael Nadal se puede resumir en una sencilla frase. “Muchas veces, la gran diferencia entre un estado y otro está en la voluntad. Es muy distinto que un jugador tenga que ir a un torneo o quiera ir a un torneo, y ahora Rafa está deseando que lleguen los torneos. Cuando las cosas no iban bien, a Rafa le costaba todo un poco más, pero ahora está con muchas ganas, calculando puntos e intentando hacer todo lo posible para mantener la inercia de este inicio de año”, sintetiza Francis Roig, uno de los técnicos del mallorquín, quien mañana volverá a competir después de un mes de refresco y puesta a punto.
Regresa Nadal en un escenario amable, bajo el sol y el idílico paisaje de palmeras, arena y salitre de Acapulco. Un torneo que conquistó en dos ocasiones (2005 y 2013) y que desde hace tres años se disputa sobre una superficie dura y rápida, perfecta para abrir la gira americana de cemento e ir sembrando semillas de cara a Indian Wells (a partir del 9 de marzo) y Miami (22), los dos primeros Masters 1.000 de la temporada. “Esa es la idea, nada de especular. Venimos aquí a sacar resultados, porque cuanto más ganas, mejor te encuentras, y si te sientes bien todo parece más fácil”, agrega Roig, que acompañará a Nadal durante el próximo mes, en compañía de Carlos Moyá.
“Todo es una rueda”, prosigue el preparador a través del teléfono. “Empezó muy bien en Melbourne y si ahora rinde bien en el cemento llegará lanzado a la franja de tierra batida, que es el punto fuerte de la temporada. Todo va conectado. Lo fundamental es que Rafa crea que puede ganar otra vez y en Australia dio un gran paso. Volvemos a lo de siempre: es esencial que tenga continuidad, porque el año pasado no pudo tenerla. Iba muy bien, pero primero vino el golpe de calor en Miami, y cuando había recuperado el ritmo, con el título de Montecarlo, llegó lo de París y la muñeca, que lo rompió todo”, se extiende el técnico barcelonés.
Efectivamente, todo pasa por la continuidad, porque a Nadal le respete su cuerpo y consiga enlazar más de un mes sin contratiempos. “Voy semana a semana. Cuando llegue a Roland Garros, si he hecho bien las cosas, tendré más opciones”, afirma el número seis de la ATP, que en Acapulco encabeza un cuadro de lo más lustroso, completado con otros cuatro top-10 —entre ellos Novak Djokovic, Dominic Thiem o Marin Cilic— y el argentino Juan Martín del Potro. “En 2016 no pudo ser, porque tuve mala suerte, así que ahora ese es el objetivo”, indica el balear. “No he visto a nadie que superar las adversidades como él, pero necesita regularidad. Estas semanas tiene que acumular partidos y ganar, ganar y ganar, aunque sobre pista rápida siempre se puede perder”, previene Roig.
Cuanto más ganas, mejor te encuentras, y si te sientes bien todo parece más fácil FRANCIS ROIG, TÉCNICO DE NADAL
Nadal aterrizó a punto en Acapulco (ATP 500), donde jugará en sesión nocturna. El sábado atendió un compromiso publicitario, posó ante las aguas del Pacífico, en un lujoso resort, y se ejercitó con su amigo Feliciano López. Debido a la ausencia a última hora de Milos Raonic, será segundo cabeza de serie y por lo tanto no se cruzaría con Djokovic hasta una hipotética final. Pero, para abrir boca, Nadal se medirá al alemán Mischa Zverev (33 del ranking). Cabe recordar que en su calendario figuraba previamente el torneo de Rotterdam, pero declinó competir en Holanda por la exigencia del mes en Australia. “Físicamente se encuentra muy bien, sin problemas. Dolores pequeños siempre hay, pero los ha tenido toda la vida. Todo está en orden. Paró simplemente por precaución, porque no tiene ninguna prisa”, tranquiliza Roig.
Y recoge el guante Nadal, quien alcanzada la treintena configura su calendario de un modo muy diferente a cómo lo hacía en sus épocas de plena bonanza física. “A mi edad no lucho por ser el número uno", concretó el español; "si lo soy, fantástico, pero no voy a hacer lo mismo que hacía cuando tenía 22 años e intentaba diseñar el calendario para intentar ser número uno. Ahora lo hago para llegar bien preparado a los torneos y hacer mi carrera lo más larga posible. Sigo teniendo objetivos ambiciosos, pero que no me lleven a tener una carrera menos larga”.
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