Vuelve la actividad a Balaídos
El estadio del Celta se reabre para recibir al Shakhtar en la Europa League tras una semana de reparaciones en la cubierta del graderío afectado por el temporal
Acudió el pasado lunes por la tarde al estadio y entre los flashes de los fotógrafos, avisados para cubrir la visita, efectuó un repaso visual y escuchó las valoraciones de los técnicos. Luego Abel Caballero confirmó que Balaídos estaba en disposición de reabrirse y recibir a los 20.000 espectadores que se esperan esta tarde (19 horas, televisado por BeIn Sports) para presenciar el partido de Europa League entre Celta y Shakhtar Donetsk. Vuelve la actividad al estadio del Celta después de que la madrugada del pasado día 4 un temporal de lluvia y viento se llevase 20 metros cuadrados de la cubierta de uno de sus graderíos, justo un tramo que está previsto sustituir antes del inicio de la próxima temporada. Caballero ofreció más datos y volvió a reivindicar su decisión de impedir que se disputase el partido entre el equipo vigués y el Real Madrid apenas unas horas después de producirse los destrozos: “Había veinte metros más de cubierta que estaba suelta y se reforzaron 350 metros cuadrados que también estaban en mal estado. Había un riesgo serio. ¿Quién se hubiera hecho responsable si se juega y sucede algo?”.
Las obras se llevaron a cabo durante una semana, con una enorme grúa que facilitó los trabajos en altura. En ese tiempo se evidenció el mal estado del graderío afectado, uno de los tres sobre los que todavía no se había actuado en la remodelación que acomete Balaídos desde la pasada primavera. No se trata del primer parcheo. Hace tres años se disparó la alerta cuando el coliseo no logró superar la preceptiva Inspección Técnica de Edificios. El ayuntamiento de Vigo, propietario del estadio, tuvo entonces que asumir una reparación de urgencia para que pudiese seguir utilizándose. Y activó una remodelación que ya va con retraso respecto a la primera previsión y que todavía se prolongará durante al menos dos años más.
Mientras tanto el fútbol regresa a Balaídos y lo hace “con todas las condiciones de seguridad”, concluye el alcalde. En el ocaso de la tarde, cuando el balón vuelva a rodar, se aguardan las últimas luces de un día soleado y viento débil, el alcalde estará en el palco y volverá a mandar la pelota. “Ojalá construyamos entre todos el ambiente ideal para ganar a un equipo peligroso que históricamente está acostumbrado a la competición europea”, pide el técnico Toto Berizzo. El Shakhtar no juega partido oficial desde que el 12 de diciembre derrotó en Kiev al Dynamo y se puso trece puntos arriba al frente de la liga ucraniana. Hace un año supo gestionar una situación similar para eliminar con solvencia al Schalke 04 y seguir un camino que le llevó hasta las semifinales, donde el Sevilla le impidió reverdecer el laurel alcanzado al ganar en 2009 la última Copa de la Uefa. En esta ocasión han preparado el regreso a la competición con una semana de concentración en Murcia, dos más en el Algarve y desde el pasado jueves en Braga, a apenas una hora de Vigo.
Al Shakhtar ya no lo dirige el legedario Mircea Lucescu, que lo condujo durante doce años. Quien manda ahora es el luso Paulo Fonseca, uno de los técnicos de la cartera de Jorge Mendes, que saltó a la fama cuando en 2013 llevó al modesto Paços de Ferreira a disputar la fase previa de la Liga de Campeones. Luego fracasó en el Oporto, volvió a su anterior destino y el año pasado ganó la Copa de Portugal con el Braga. Está al frente de un equipo que desde hace tiempo llama al talento brasileño en ataque, donde hoy se espera que alinee de medio campo en adelante a cinco futbolistas de esa nacionalidad. “Vendrán bien preparados”, advierte Berizzo, que disponía de toda su plantilla para afrontar el partido y descartó a seis futbolistas en su convocatoria.
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