El Mundial que destronará a Yifán Hou comienza hoy en Teherán con velos

Hou es uno de los mayores fenómenos que produjo el ajedrez (masculino y femenino) en el siglo XX. Fue la campeona del mundo más joven de la historia en 2000, a los 16 años, a pesar de que ése Mundial se jugó por eliminatorias. Luego revalidó el título en un duelo con la india Humpy Koneru (número dos durante muchos años), en 2011. Obligada a defenderlo en 2012 por eliminatorias, cayó en las primeras, pero lo recuperó batiendo en un duelo a la campeona postiza, la ucrania Anna Ushenina, en 2013. Se negó a jugar la edición por eliminatorias de 2015 porque la FIDE la anunció (tras retrasarla un año por falta de patrocinadores) cuando ella estaba ya contratada para una exhibición en Hawai. Pero doblegó en 2016 a la nueva campeona postiza, la también ucrania Mariya Muzychuk. Harta ya de rogar sin éxito a la FIDE que el Mundial Femenino sea siempre como el Absoluto (Torneo de Candidatos cuyo vencedor se enfrenta al campeón en un duelo largo), y no de manera alterna como ahora, Hou ha renunciado definitivamente al título mientras no se cambie el formato.

La citada Mariya Muzychuk (6ª del mundo) es una de las pocas clasificadas que ha renunciado a jugar en Teherán por la obligación de hacerlo con el velo. La argentina Carolina Luján (79ª) y la estadounidense Nazi Paikidze (99ª) han adoptado la misma postura. Tampoco estarán, por otros motivos, Koneru (4ª) y la rusa Kateryna Lagno (7ª). Diversas fuentes consultadas por este periódico señalan la alta probabilidad de un pacto entre organizadores y participantes para que estas puedan quitarse el velo cuando las cámaras y autoridades abandonen el escenario, tras los primeros minutos de juego, lo que las aliviará del calor producido por esa prenda. Pero habrá otras molestias, como la prohibición de salir a la calle sin compañía masculina.

En ese contexto, y dada su excelente actuación en el reciente torneo abierto de Gibraltar, el más importante del mundo, Wenjun Ju debería triunfar en Teherán. Pero ese pronóstico es tan objetivo como frágil porque en eliminatorias a sólo dos partidas (excepto la final, a cuatro) y desempates a partidas rápidas, basta un error grave para que la remontada sea sumamente difícil. Ello da probabilidades razonables a Anna Muzychuk (hermana de Mariya, 3ª del mundo) y a la excampeona Alexandra Kosteniuk (5ª), quien ganó el título en un duelo contra Hou cuando esta tenía 14 años. En menor medida también cuentan la india Dronavalli Harika, la georgiana Nana Dzagnidze, la búlgara Antoaneta Stefánova (excampeona del mundo), la rusa Valentina Gunina y las chinas Xue Zhao y Zhongyi Tan. Quizá también, por su juventud, la rusa Alexandra Goriáchkina, de 18 años, a pesar de que ha progresado poco en los últimos años tras un fulgurante comienzo de carrera.

Ninguna española se ha clasificado, a pesar de que la FIDE anunció lo contrario el año pasado, cuando Sabrina Vega fue subcampeona de Europa y Ana Matnadze, undécima; en realidad, ambas están clasificadas para el Mundial de Janti Mansiisk (Rusia) de 2018; la confusión viene de que este Mundial se ha retrasado un año por falta de patrocinadores, de modo que los Europeos clasificatorios fueron los de 2014 y 2015. De las latinoamericanas, sólo la peruana Deysi Cori tiene alguna probabilidad razonable de superar las primeras rondas.

La sueca Pía Cramling, 36ª del mundo a los 53 años, es un destacado caso de pundonor y longevidad deportiva entre las 64 participantes. Casada con el gran maestro español Juan Manuel Bellón y residente en Estocolmo los últimos años, debe pagarse todos sus gastos a pesar de ser una de las deportistas más brillantes de Suecia (dos medallas olímpicas, dos Campeonatos de Europa y dos semifinales en Mundiales). Bellón se pregunta en Twitter “¿Qué más tiene que hacer Pía para recibir alguna ayuda de la Federación Sueca?”.