Se reanuda el Dakar más interrumpido

Las lluvias están venciendo a Marc Coma. El nuevo recorrido del Dakar no ha podido exhibirse en su totalidad y por ahora no se han vislumbrado esa excitación y ese vértigo que aseguraba el director deportivo del Rally Dakar. Pero la culpa de todo la tiene el clima. O la época del año. Y es que los meses de verano son los más lluviosos en Bolivia, Paraguay y el norte de Argentina, por lo que la suerte siempre ha estado echada. Este año, particularmente, el azar fue malo, sobre todo porque los pronósticos meteorológicos que manejaba la organización eran alentadores.

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El agua obligó a suspender dos etapas: la sexta, en Oruro (Bolivia); y la novena, una de las más importantes, en Salta (Argentina) y a recortar otras tres. Por eso, este Dakar es el menos competido de todos. Hasta la décima etapa, solo se había completado el 57,80% de los kilómetros cronometrados para motos; cuadriciclos y autos: 1.903 sobre 3288. Para los camiones, la cifra es aún peor y desciende a menos de la mitad: 1501 kilómetros disputados sobre un total de 3109 (el 42,28%).

El alud de barro, piedras y agua que sufrió el pasado martes la localidad de Volcán, en la provincia de Jujuy (Argentina) excedió cualquier tipo de previsión y dejó consecuencias mucho más trascendentales que las de la propia carrera. Dos personas murieron, decenas fueron evacuadas y perdieron sus viviendas y el gobierno debió crear un comité de Emergencia para atender a los afectados. Las precipitaciones hicieron crecer los ríos de los cerros que rodean al pequeño pueblo de Volcán y el agua que bajó por la ladera arrastró todo en el camino.

Uno de los mayores temores de los organizadores son las modificaciones causadas por los fenómenos meteorológicos porque sus consecuencias son impredecibles. El volumen de vehículos que hay que reagrupar, la distribución rápida y eficaz de la información y la infraestructura necesaria para satisfacer las necesidades de los pilotos son solo algunos de los asuntos a solucionar.

"Será el más duro que se haya corrido en Sudamérica", así había definido Coma el diseñador del Dakar a su criatura. En parte tiene razón, con Carlos Sainz y Al Attiyah, favoritos en coches fuera de la competición tempranamente por distintos accidentes, al igual que el vigente campeón en motos, Toby Price, quien se fracturó el fémur. No ha sido tan atractivo, sin embargo, para el público, privado de ver los momentos más decisivos de la carrera.

Los vehículos debieron trasladarse el miércoles desde Salta hacia Chilecito por carreteras convencionales, asfaltadas, que también fueron afectadas por las pésimas condiciones meteorológicas. Algunas de ellas estaban cortadas y los pilotos se demoraron casi doce horas en alcanzar el campamento base para agruparse de cara a la etapa de ayer, que unía Chilecito con San Juan, adentrándose ya en el corazón de Argentina, ahora sí con un clima mucho más árido.

Ayer, quien perdió tiempo y se vio superado en la clasificación general fue el líder en coches, el francés Stephan Peterhansel, que atropelló al motociclista esloveno Simon Marcic y le fracturó la pierna izquierda. Peterhansel debió frenar para auxiliar al piloto de motos y perdió más de tres minutos por lo que podrá pedir recuperar esos segundos, según el reglamento. El español Nani Roma continuaba en la cuarta posición a más de 20 minutos de distancia del líder Sebastien Loeb.

En motos, el español Barreda finalizó en la segunda posición en la etapa y marcha tercero en la general.

Dicen que quien avisa no traiciona y Marc Coma, a pesar de todas las incidencias que ha tenido esta competición, la primera que lleva su firma, según dijo a EL PAÍS hace unos días, lo había anticipado: "Que vengan preparados para afrontar un Dakar de los duros. Ya sé que es algo que siempre se dice, pero yo sé de lo que hablo".